Son mil 900 pesos, aproximadamente, que gasto cada mes al comprar el medicamento [Concerta 27], más 500 pesos del Omega 3… Así llevamos meses; hasta me han ofrecido ‘conseguirme’ el medicamento, por el doble de precio”, dijo Cynthia, mamá de un niño con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que ha tenido que desembolsar de su cuenta el tratamiento.
Misma situación vive Alejandra, quien tiene Trastorno Límite de Personalidad: “me recetaron Clonazepam para los ataques de ansiedad; cuesta como 600, pero no me funcionó. El Tafil cuesta como 200; luego fue Bupropión, que está entre 900 pesos y mil 200 pesos”, comentó a ZETA.
En recorrido realizado por este Semanario al Instituto de Psiquiatría de Baja California (IPBC), manejado por el Instituto de Salud y Bienestar (Insabi), se pudo constatar que la farmacia se encuentra completamente vacía: no hay una sola clave de medicamento, para ninguna enfermedad mental.
Esto se debe, en parte, al desabasto que hay en todo el país desde que inició 2023; sin embargo, las autoridades de salud, tanto en el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) como en la Secretaría de Salud, afirman que sí se cuenta con ellos, y sólo son “algunos medicamentos” los que hacen falta.
Culpan a IMSS Bienestar
La misma señaló que sólo se han enterado de rumores relacionados con la transición de Insabi a IMSS Bienestar, anunciada desde mayo de 2023, pero cuando preguntan a superiores, nadie les contesta.
Sin embargo, José Adrián Medina Amarillas y Desirée Sagarnaga, titular de Salud y delegada del IMSS en Baja California, negaron que los servicios psiquiátricos vayan a ser parte de la federalización.
Actualmente, los pacientes que terminan su tratamiento o cambian de medicamento donan lo que les sobra al mismo Instituto para que otros aprovechen, pues muchos de ellos son costosos.
Niegan desabasto
México vive una tercera ola de desabasto de medicamentos psiquiátricos, la más fuerte hasta el momento, pues ya ha durado casi seis meses, debido a que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) cerró el laboratorio mexicano Psicofarma -encargado de proveer de estas sustancias- por supuestas irregularidades en su producción.
En mayo, la Cofepris liberó la comercialización de un millón 16 mil 781 cajas de Amitriptilina, Clozapina, Alprazolam, Zolpidem, Diazepam y Perfenazina, para tratar a pacientes con depresión, ansiedad, psicosis y esquizofrenia, pero no ha permitido que Psicofarma vuelva a producir y distribuir medicamento.
Medina Amarillas comentó a ZETA que no ha habido desabasto, sino deficiencias en el surtimiento de algunos medicamentos, pero “nosotros hemos podido mantener la cantidad suficiente, para que no estemos en crisis y que tengamos pacientes que les esté pasando un antipsicótico, un antidepresivo”.
Por otro lado, recalcó que en el almacén central y en el IPBC de Mexicali contaban con el abasto suficiente para atender las crisis, por lo que no había razón para que no contaran con claves en Tijuana.
Del IMSS al IPBC
Familiares de Ruby Flores Fraga, quien permanece hospitalizada desde el pasado 10 de mayo en la Clínica 1 del IMSS, a espera de poder ser ingresada al Instituto Psiquiátrico de Baja California en Mexicali (IPBC), denunciaron que el personal no está capacitado para brindar atención a pacientes psiquiátricos y que hacen falta medicamentos.
Según Fabián Flores, hermano de la mujer, la situación se derivó de un brote psicótico que tuvo Ruby (quien padece esquizofrenia paranoide), el cual no fue atendido en un inicio por la falta del medicamento Clozapina, y a la falta de cupo en el IPBC, que a la fecha persiste.
Acusó que por la falta de convenio entre el IMSS y el Hospital de Salud Mental de Tijuana, su hermana deberá esperar para poder ser ingresada en el IPBC en Mexicali aproximadamente un mes más, para tener una atención digna, así como tratamiento especializado.
De momento, aunque la condición de Ruby es estable, sus alucinaciones visuales y auditivas continúan, situación que los médicos están controlando con otros medicamentos psicotrópicos, como Valproato, Olanzapina y Aripiprazol, porque aunque llegue la Clozapina, ya no se la suministrarán (al ya no ser viable para ella).
Ante la falta de cupo en el IPBC, que atiende a pacientes psiquiátricos de todo Baja California, Fabián realizó un llamado a las autoridades para que la creación de un hospital mental en Tijuana sea una realidad.
Por su parte y mediante ficha informativa, el IMSS negó el desabasto de medicamentos y manifestó que “en caso de que esta situación se presente, se realizan compras emergentes para evitar afectar a los pacientes”.
Contrario a lo anterior, la titular del IMSS Regional Baja California, la doctora Desirée Sagarnaga Durante, aceptó el desabasto, diciendo “pues sí, como todo porque es a nivel nacional, pero se ha estado resolviendo a manera que ahora ya es mínimo. No es problema de ningún mando ni financiero ni administrativo”, declaró.
Respecto a la falta de convenio con el Hospital de Salud Mental de Tijuana, al que eran remitidos los pacientes psiquiátricos del IMSS, la institución respondió que éste se debe a que es “un servicio subrogado, el cual se agotó el instrumento legal en marzo” y que “actualmente está en proceso de licitación”.
Según información del IMSS, actualmente hay 10 pacientes psiquiátricos en espera de ser ingresados al IPBC en Mexicali por episodios psicóticos, depresión mayor, entre otros padecimientos mentales.