A contrapelo de la coyuntura nacional, en donde Andrés Manuel López Obrador, con vulgaridad y primitivismo le ha apostado a utilizar el recurso público, como un instrumento que la vía de la dadiva electoral pretende ganarse la simpatía electoral de los votantes, en Coahuila la sociedad no se ha tragado el cuento de las engañifas presidenciales.
La aversión intelectual de López Obrador, su ignorancia política y su rechazo al trabajo institucional colegiado, menospreció la capacidad organizativa y la tradición política de un Estado como Coahuila, con una historia emblemática, combativa, con capacidad para procesar sus diferencias y construir sus acuerdos.
Somos un pueblo con una tradición respetable y respetada, pero también con una historia rebelde y democrática. Aquí no nos dobla la consigna política presidencial, ni las promesas para ingresar a un supuesto e inexistente paraíso de la 4T. Su miserable demagogia rancia, populachera y mentirosa, la rechazamos con una acción concertada, democrática e incluyente. No somos cualquier Estado; somos lo que somos, producto de un esfuerzo colegiado, positivo y propositivo. El discurso presidencial insulso, demagógico e insustancial palidece frente a la historia de una Entidad construida, fortalecida y desarrollada con la participación colectiva de todas y todos los coahuilenses.
Somos un estado que, junto a Pancho Villa, combatimos en cuatro batallas dramáticas a las fuerzas dictatoriales de Victoriano Huerta en mi ciudad natal del Torreón Coahuila. Nuestra tierra fecundó los anhelos democratizadores de Francisco I Madero. Somos la tierra que en la Hacienda de Guadalupe firmamos el Plan de Guadalupe, en contra de la dictadura de Victoriano Huerta, en donde Venustiano Carranza jugó un papel determinante.
La leyenda de la historia de nuestro pueblo, nos narra que nuestros antepasados los pueblos indígenas Guachichiles en tiempos de paz, se dedicaban a producir flechas.
Con estos antecedentes, con orgullo y determinación puedo afirmar que Coahuila es un pueblo, con la sabiduría que te brinda la experiencia y la combatividad guerrera en los combates con el enemigo.
Por todo ello, puedo afirmar, convencido, que la figura del joven Manolo Jiménez, expresión de las nuevas generaciones, representa y expresa la historia de un pueblo orgulloso de su pasado, su presente y las potencialidades futuras que se advierten en el horizonte para nuestro Estado.
La experiencia de Manolo Jiménez al frente de sus responsabilidades en el Cabildo de Saltillo, en el Congreso del Estado y como presidente Municipal del histórico Municipio de Saltillo, en donde erradicó la inseguridad de los grupos criminales, lo ha consolidado como una verdadera opción de Gobierno para las y los Coahuilenses.
Mi familia, mis amigos de los barrios, las colonias, los ejidos, universitarios y los camaradas del partido en el que milito (PRD) saldrán el 4 de junio a votar por las y los candidatos a diputados locales de la alianza PRD-PRI y PAN por dos razones:
La primera de ellas para que gane Manolo Jiménez, quien, como expresión de las nuevas generaciones, se convierta en uno de los mejores gobernadores del Estado, lo que estoy seguro hará. Su compromiso en las responsabilidades que he desempeñado nos permiten ubicarlo como una garantía de que ha sido un funcionario público comprometido con las principales preocupaciones ciudadanas de las y los coahuilenses, entre ellas la seguridad, el desarrollo y el progreso de las y los tijuanenses.
La segunda, pero igual de importante que la primera, impulsar desde esta bella, combativa y guerrera tierra un movimiento nacional por la reconstrucción democrática de nuestro país, por la vía del dialogo, la política y la negociación. Somos los herederos del Plan de Guadalupe, sólo como un ejemplo.
Más allá de lo que pueda suceder en el futuro, quiero mandarle un abrazo fraterno con todo mi cariño, reconocimiento y admiración a quienes apoyan al joven Manolo Jiménez, expresión de las nuevas generaciones coahuilenses.
Estaré al tanto minuto a minuto de lo que pase en Coahuila.
Los dirigentes de los partidos (PVEM, PT y Morena) convertidos en franquicia que han venido a Coahuila, a faltarle el respeto a sus propios candidatos, a los cuales, sin preguntarle su opinión, los han hecho a un lado para declarar su apoyo frente al infame Guadiana, cuyas concesiones mineras le fueron otorgadas durante los sexenios de Fox y Caderón: Lenin Pérez y Mejía Berdeja, con quienes no he tenido contacto hace años o nunca en la vida, quiero manifestarles mi respeto a su esfuerzo y dedicación.
Puedo diferir de sus planteamientos, sin embargo, estoy convencido de que lo que piensan y declaran, es el producto de una visión propia de la realidad, en la cual, aunque difiera de ustedes la respeto y me parece que es una majadería de las direcciones nacionales de quienes los apoyaron inicialmente. Sepan que siempre tendrán mi respeto y mano amiga abierta.
Un abrazo fraterno desde Saltillo, Coahuila.
Jaime Martínez Veloz, ex diputado y ciudadano tijuanense.
Correo electrónico: radioveloz@gmail.com