“¿Qué pasaría si los elementos estuvieran vivos?”. La llegada a los cines de “Elementos” estaba envuelta en especulaciones sobre los paralelismos con el universo de “Zootopia” (2016) o el retorno al clásico dilema a lo Romeo y Julieta, todo debido a los trailers; sin embargo, el nuevo largometraje de Disney y Pixar aprovecha lo mejor de las casas productoras para brindar un imaginario entretenido y memorable por igual.
La película presenta a Ember Lumen, una joven de fuego que nació a las afueras de Ciudad Elementos, luego de que sus padres migraran hace 20 años, y que lucha con su temperamento exaltable mientras espera heredar el negocio familiar; entonces conocerá a Wade Ripple, un joven agua -elemento imperante en la ciudad- que trabaja como inspector y que todo el tiempo muestra sus sentimientos.
En la dirección de Peter Sohn, es posible empatizar con los personajes de Ember y Wade, así como su desarrollo y ambientación; y en especial apreciar la complejidad y el increíble trabajo visual. Pero la mayor cualidad de “Elementos”, es la manera en que, si bien los infantes disfrutarán el humor y las instantáneas de la historia, los más grandes apreciarán el distanciamiento de la premisa tradicional americana de “seguir tus sueños”, a una demostración de que las circunstancias de la vida no son tan absolutas como dividir los elementos en agua, fuego, tierra y aire, sino que siempre hay más detrás. (Andrea López González / Especial para Zeta)
