“Me alegro de que la Bienal sirva para recordar la importancia de que la cultura de la libertad pueda reinar plenamente en México, país donde ha soportado en años recientes amenazas y desafíos muy duros”, refirió el Nobel
El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, regresó a Guadalajara tras dos años de ausencia, para participar activamente en la Bienal que lleva su nombre, misma que se realizó del jueves 25 al domingo 28 de mayo en diversas instalaciones de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Cabe anticipar que la Bienal Mario Vargas Llosa se llevó a cabo en 2014 y 2016 en Lima, Perú; en 2018 no se realizó, no obstante, ese año la Cátedra Vargas Llosa y Fundación UdeG, bajo el liderazgo de Raúl Padilla López (1954-2023), fundador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), firmaron un convenio para celebrar el acontecimiento literario en las ediciones 2019, 2021 y 2023 en Guadalajara. Tras el fallecimiento de Padilla, la V Bienal Vargas Llosa se realizó en su honor.
Durante la Bienal, el autor de “La ciudad y los perros” participó en diversas actividades; por ejemplo, entregó directamente el V Premio de Novela Mario Vargas Llosa a David Toscana por su novela “El peso de vivir en la tierra” (Alfaguara, 2022), dirigió unas palabras en homenaje a Raúl Padilla durante un concierto a cargo de la Orquesta Solistas de América en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, protagonizó una charla con Marisol Schulz Manaut y compartió un elocuente discurso donde advirtió una vez más sobre el daño que han provocado los populismos en América Latina.
“PADILLA FUE UNO DE LOS GRANDES PROMOTORES CULTURALES DEL ÁMBITO DE NUESTRA LENGUA”
Evidentemente, la V Bienal Mario Vargas Llosa estuvo marcada por la ausencia de Raúl Padilla, fallecido apenas el 2 de abril de 2023, a la edad de 68 años; no obstante, imágenes y palabras de recordación abundaban durante el transcurso del acontecimiento literario.
Por ejemplo, en los escenarios donde se realizaban las actividades, como el Auditorio del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas, en la Sala Plácido Domingo y en el Paraninfo Enrique Díaz de León, se veía siempre una fotografía luctuosa en blanco y negro de Raúl Padilla López.
Por supuesto, el discurso más significativo en memoria de Padilla fue el que pronunció Mario Vargas Llosa, ante una repleta Sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas de la UdeG, previo al recital que compartiría la Orquesta Solistas de América, el sábado 27 de mayo por la tarde.
“El destino ha querido que dediquemos este concierto a la memoria de Raúl, pero lo cierto es que se habría celebrado aun si las trágicas circunstancias que todos conocemos no nos hubieran privado de su presencia; porque fue idea suya que la Bienal ofreciera un concierto de música clásica como parte de las jornadas literarias que nos reúnen esta semana en Guadalajara, con esa visión amplia que lo caracterizaba. Él pensaba que entre las mesas redondas dedicadas al debate literario y cultural y las deliberaciones intensas del Jurado había lugar para la música y que un concierto como éste enriquecería estas jornadas. Por eso, y por lo mucho que le debemos, hemos dedicado en su memoria el concierto de Tchaikovsky y de Beethoven”, contó el Premio Nobel de Literatura ante autoridades universitarias, como el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí; Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL Guadalajara, los más de 30 escritores hispanoamericanos participantes en la Bienal y público en general.
El Nobel no dudó a la hora de homenajear al artífice de que la Bienal Vargas Llosa se celebrase en 2019, 2021 y 2023 en Guadalajara:
“Raúl Padilla fue uno de los grandes promotores culturales del ámbito de nuestra lengua y del mundo; reunía características que rara vez van juntas: una enorme sensibilidad por la cultura en general y la literatura en particular; una visión, a la vez tapatía-jalisciense, mexicana, latinoamericana y universal; la vocación de soñar proyectos ambiciosos y la capacidad empresarial de ejecutarlos; una fuerza persuasiva capaz de convencer a cualquiera de que esta ciudad era una de las capitales culturales del mundo, y que aquí debían realizarse grandes ferias y festivales literarios, cinematográficos y artísticos, y un olfato para convocar a los mejores como lo prueba, por ejemplo, el trabajo extraordinario que ha hecho Marisol Schulz como directora de la Feria Internacional del Libro que el propio Padilla fundó y presidió. Su relación con la Universidad de Guadalajara es casi legendaria, pues transformó esa gran casa de estudios descentralizándola, aumentando su rigor académico y su prestigio, y vinculándola a la economía productiva a partir de una visión moderna de lo que debe ser una universidad; gracias a ello pudo hacer de la Universidad de Guadalajara y de la Fundación que lleva su nombre una plataforma cultural influyente más allá de las fronteras de Guadalajara, Jalisco y México. Su legado de Raúl Padilla es, pues, enorme y lo sobrevivirá. Hemos querido simbolizar nuestro reconocimiento a su figura dedicando a su memoria el concierto que ahora vamos a escuchar, y que como tantas otras iniciativas felices él mismo propuso. Muchas gracias”, leyó el Nobel entre aplausos.
Luego de las palabras de Vargas Llosa, bajo la batuta del maestro Iván López Reynoso, la Orquesta Solistas de América compartió un memorable concierto en memoria de Raúl Padilla, que incluyó la “Sinfonía No. 6 en Si Menor, Op. 74” (Patética), el “IV movimiento” (final, adagio lamentoso) y “Variaciones sobre un tema Rococó, Op. 33” de Tchaikovsky (1840-1893). Después del intermedio, el ensamble musical tapatío deleitó al público con “Sinfonía No. 5 en Do menor, Op. 67” de Beethoven, para concluir con vítores de un público de pie y con aplausos prolongados.
“LAS GRANDES NOVELAS SE HAN HECHO PARA DESCRIBIR REALIDADES”
Una de las actividades que realizó Mario Vargas Llosa en Guadalajara fue una charla titulada “Literatura para tiempos recios” (parafraseando su novela “Tiempos recios”) que compartió con Marisol Schulz Manaut, directora general de la FIL Guadalajara y, por cierto, ex editora del Nobel, en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la UdeG el domingo 28 de mayo.
En algún momento de la conversación, Schulz citó el libro “La verdad de las mentiras” de Mario Vargas Llosa, para posteriormente preguntarle:
“El prólogo de ‘La verdad de las mentiras’ -que es un libro que yo he releído no sé cuántas veces porque en realidad es también todo un canon, una guía para tus lectores de todas esas obras que te han marcado y de las que tú has abrevado-, tú dices: ‘Cuando leemos novelas no somos los que somos habitualmente, sino también los seres hechizos entre los cuales el novelista nos traslada’. No somos los mismos cuando entramos a una novela”, refirió Marisol Schulz.
Entonces el Nobel argumentó sobre su idea de la novela y de los lectores de este género:
“Cuando uno lee novelas accede a una realidad distinta de la que vive todos los días, por eso leemos novelas, porque de alguna manera las novelas nos apartan de ese mundillo pequeñito, muchas veces sórdido en el que vivimos; y accedemos, como ‘Madame Bovary’, a un mundo deslumbrante, a un mundo maravillo que nos llena de ideas, un mundo que nos lleva a rechazar el mundo real. Y entonces, ¿por qué somos grandes soñadores?, ¿por qué queremos para nuestros países un mundo distinto? Porque leemos novelas”.
Entonces, el autor de obras como “La guerra del fin del mundo” y “La tía Julia y el escribidor”, compartió su idea de la novela:
“Las novelas son los grandes incentivos para que deseemos cosas distintas en el mundo que nos rodea y que resulta un mundo muy pequeñito, muy sórdido, muy atrasado respecto a lo que somos capaces de inventar, de soñar. Y entonces, yo creo que las novelas, con esos héroes románticos y con esas figuras maravillosas que tienen las novelas, pues nos van seduciendo, nos van estimulando y nos hacen desear una realidad distinta para el mundo en el que vivimos”.
Durante su argumentación, el Premio Nobel de Literatura también se refirió a la función de la novela:
“Yo creo que la novela tiene esas dos funciones: en primer lugar, nos hace detestar el mundo real y nos hace soñar con un mundo distinto, por ejemplo, en América Latina en el mundo de la novela no hay cuartelazos, no hay militares; los militares respetan las costumbres estrictas, no se levantan contra la autoridad que elegimos, y entonces no hay prejuicios raciales, esos prejuicios raciales que fomentan la violencia en nuestros países; frente a eso nada mejor que leer buenas novelas”.
Y sentenció:
“Las grandes novelas se han hecho para describir realidades que son muy distintas de las latinoamericanas”.
“MÉXICO, PAÍS DONDE HAN SOPORTADO EN AÑOS RECIENTES AMENAZAS Y DESAFÍOS MUY DUROS”
Mario Vargas Llosa ha recreado desde la ficción a algunos dictadores de América Latina a través de célebres novelas como “La fiesta del Chivo”, “Conversación en La Catedral” o, incluso, en su obra de largo aliento más reciente, “Tiempos recios”; además en ensayos como “Sables y utopías. Visiones de América Latina”.
En otras palabras, en cualquier escenario que se presente es común que el autor se pronuncie contra los dictadores y populistas de Latinoamérica.
Dicho y hecho, durante la V Bienal Mario Vargas Llosa también traía palabras contra los populistas de América Latina que, advirtió, “están causando mucho daño”, tal como expresó el jueves 25 de mayo en la Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas:
“La Bienal tiene lugar este año en un mundo convulso, incierto, sacudido por guerras y amenazado por diversos autoritarismos y en una América Latina donde el populismo, la demagogia, el estatismo, la intolerancia y el extremismo ideológico están causando mucho daño”, expresó de manera general, para posteriormente abordar los casos particulares de Perú, Ecuador y, claro, México.
“Algunos países, como el mío (Perú), han podido librarse por fortuna del zarpazo dictatorial a que, como lo anticipamos tantas veces muchos de nosotros en la campaña electoral de hace dos años, el Presidente (Pedro) Castillo -hoy preso- pretendió destruir la democracia desde el poder. Otros países, como el Ecuador, intentan evitar que las fuerzas retrógradas y oscurantistas del pasado encarnadas por el prófugo Rafael Correa y otros vuelvan a apoderarse del Estado, pero hay muchos que ya están en manos de líderes autoritarios de los que costará tiempo y esfuerzo liberarse”.
Vargas Llosa fue bastante claro al señalar a los culpables o irresponsables de creer todavía a los populistas:
“En muchos casos esto será por culpa de votantes que no supieron medir las consecuencias de sus preferencias, y en otros por actos de fuerza o circunstancias que torcieron la voluntad popular. En todo caso, la realidad es que en América Latina, nuestro ámbito geográfico inmediato, la libertad no pasa por un buen momento, y frente a ello una respuesta necesaria es la afirmación de la cultura; y allí que encuentros como el nuestro no tengan una connotación puramente literaria, son por supuesto eventos esencialmente literarios, pero en la medida en que la literatura y la cultura en general son un espacio de libertad, nuestro encuentro también es una defensa de aquellos valores que en el actual contexto latinoamericano están tan venidos a menos”.
Finalmente, se refirió al México “de años recientes”, haciendo evidente alusión al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), aunque prefirió no mencionarlo directamente por su nombre: “Me alegro, por cierto, de que la Bienal sirva también para recordar a los presentes la importancia de que la cultura de la libertad pueda reinar plenamente en México, país donde ha soportado en años recientes amenazas y desafíos muy duros”.