Por lo menos 80 presuntos jefes de plaza, líderes de células o capos del narcotráfico han sido detenidos durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, situación que no ha disminuido el accionar de los cárteles de la droga, ni la violencia que se vive en todo el territorio nacional, donde continúan los homicidios dolosos, el tráfico de drogas a través de cargamentos o narcomenudeo, los secuestros, desapariciones forzadas y las fosas clandestinas con cadáveres o restos de los mismos.
A pesar de que para el mandatario no hay una “guerra” en contra del tráfico de drogas ilícitas auspiciada por el gobierno que encabeza, es una realidad que la militarización de la seguridad pública ha derivado en enfrentamientos contra organizaciones delictivas y en el Gabinete de Seguridad ya se maneja nuevamente el lenguaje de los anteriores sexenios al informar de manera constante la detención de individuos, a quienes etiquetan a la vieja usanza como “objetivos prioritarios” y como “principal generador de violencia” en determinada demarcación territorial.
Algunos de los presuntos traficantes fueron detenidos hasta en dos ocasiones y no necesariamente por las fuerzas federales (Ejército, Marina, Guardia Nacional, Agencia de Investigación Criminal o en Centro Nacional de Investigación); sin embargo, en muchos de los informes quincenales o mensuales colocaron las acciones de captura entre los logros de la llamada Cuarta Transformación (4T), que igual que en pasados mandatos han servido para difundir la idea que se trabaja sobre los fenómenos de la inseguridad y la violencia.
Durante los poco más de cuatro años de mandato lopezobradorista, fueron detenidos al menos 31 líderes significativos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), casi el doble que los 16 presuntos operadores relevantes del Cártel de Sinaloa (CDS) en sus diversas facciones. Le siguen nueve jefes de las diferentes células que componen el Cártel del Golfo (CDG); seis de la organización delictiva Cártel Beltrán Leyva (CBL) y tres del Cártel de Caborca (CDC). Con dos capos están los cárteles del Noreste (CDN), Independiente de Acapulco (CIA), Arellano Félix (CAF), Santa Rosa de Lima (CSRL), Independiente de Colima (CIC) y Guerreros Unidos (GU). Y con uno, Los Zetas, La Familia Michoacana, Los Mexicles y el Cártel de Juárez.
El año en curso podría ser el más productivo en ese sentido para las autoridades, pues hasta esta publicación han detenido a 19 personajes importantes del mundo criminal, siendo 2022, con 21 capturas similares, el mejor año. Penosamente hay narcotraficantes que no han sido localizados ni aprehendidos, de los llamados “objetivos prioritarios”, entre ellos Ismael “Mayo” Zambada García, mandamás del CDS y los hijos de su ex socio Joaquín “El Chapo” Guzmán: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, además de Joaquín Guzmán López “El Güero-Moreno”.
Tampoco se ha detenido a Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, ni a sus lugartenientes o jefes operativos y financieros Gonzalo Mendoza Gaytán “El Sapo”, Ricardo Ruiz Velasco “El Doble R”, Carlos Andrés Varela “La Firma” y Audías Flores Silva “El Jardinero”. Los hermanos Johnny “El Pez” y José Alfredo “El Fresa”, de apellidos Hurtado Olascoaga, que representan a La Nueva Familia Michoacana, tampoco son capturados. Y por el estilo están capos diversos, incluyendo a los que afectan a Baja California, como Pablo Edwin Huerta Nuño “El Flaquito”, Alfonso Arzate García “El Aquiles” y Jesús Alexander Sánchez Félix “El Ruso”.
MÁS RELEVANTES
Sin duda alguna, las detenciones más notables de la actual administración han sido las de Rafael Caro Quintero, Ovidio Guzmán López “El Ratón”, Alfredo Cárdenas Martínez “El Contador”, José Antonio Yépez Ortiz “El Marro” y Rosalinda González Valencia “La Jefa”, esta última, esposa del prófugo narcotraficante “El Mencho”, líder del CJNG. En el caso de Ovidio y “El Contador” fueron detenidos en dos ocasiones; el primero fue liberado en su captura primaria por sus propios aprehensores; y el segundo, por un juez y hubo que volverle a buscar.
Alfredo Cárdenas Martínez, sobrino del ex líder del Cartel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, ya contaba con antecedentes de detención durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (febrero de 2018), pero sólo duró dos días privado de la libertad. En esta administración fue capturado por primera vez el 2 de marzo de 2019 en San Luis Potosí, mediante orden de aprehensión dictada por el Juez de Control del Primer Distrito de la Primera Región Judicial de Tamaulipas, por su probable responsabilidad en el delito de privación ilegal de la libertad y asalto.
“El Contador” estuvo preso en el penal estatal de Ciudad Victoria y en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 14 en Gómez Palacio, Durango, de donde salió el 29 de octubre de 2020, al ser absuelto por el juzgador. Pero nuevamente fue atrapado por fuerzas federales el 26 de febrero de 2022 cuando circulaba en un vehículo por calles de la Alcaldía Cuauhtémoc en Ciudad de México. A la fecha también están detenidos sus hijos Alexis y Axel Alfredo Cárdenas Rodríguez, quienes cayeron en manos de las autoridades apenas el 30 de abril del presente año.
Por su parte, Ovidio Guzmán fue detenido la primera vez el 17 de octubre de 2019 y liberado de inmediato por elementos del Ejército Mexicano por orden de López Obrador, debido a la generación de violencia abierta en contra de los habitantes por parte de la célula de Los Menores, afín al Cártel de Sinaloa que encabezan sus hermanos Iván y Alfredo Guzmán Salazar -Los Chapitos- y que tuvo un saldo de ocho personas muertas, 16 lesionados, cancelación de 12 vuelos, suspensión de clases y cierre de comercios.
Además, hubo 19 bloqueos con vehículos incendiados y se registró la fuga de 55 presos del Centro Penitenciario de Aguaruto, Sinaloa. Al lamentable episodio se le conoció como “Culiacanazo”.
Sin embargo, hubo un “Culiacanazo 2.0” el 5 de enero de 2023 tras un nuevo operativo que culminó con la detención de Ovidio, reclamado en extradición por Estados Unidos. La captura en Jesús María, municipio de Culiacán, tuvo peores consecuencias que el intento fallido anterior: 10 militares fallecidos, 19 presuntos agresores del CDS abatidos, numerosos bloqueos y 21 personas detenidas, de las cuales, además del “Ratón”, sólo 13 continúan en prisión y les fue retirado el delito de terrorismo por no haberlo acreditado plenamente el Ministerio Público federal.
Las detención de José Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, líder del Cártel Santa Rosa de Lima en Salvatierra, Guanajuato, fue la primera medallita que se apuntaron militares, elementos de la Guardia Nacional y de la fiscalía local el 2 de agosto de 2020. Luego vino la captura de Rosalina González Valencia el 15 de noviembre de 2021 en el municipio de Zapopan, que tuvo como consecuencia la privación de la libertad de dos elementos de la Secretaria de Marina, liberados días después en un lote baldío del municipio de Puerto Vallarta.
Otro trofeo de las Fuerzas Armadas fue la localización del mexicoamericano Juan Gerardo Treviño Chávez “El Huevo”, líder del Cártel del Noreste, el 13 de marzo de 2022 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la cual origino una reacción violenta del grupo criminal con narcobloqueos en el puente internacional. Después, el 15 de julio de ese año, en Choix, Sinaloa, fue aprehendido el legendario narcotraficante Rafael Caro Quintero, al que se le señala como líder del Cártel de Caborca, escindido del CDS y alineado en un tiempo con Los Beltrán Leyva. El apodado “Príncipe” cumple una pena pendiente de prisión y se encuentra sometido a procedimiento de extradición por el secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, en 1985.
En 2023 destacan las detenciones de José Rodolfo Villarreal Hernández “El Gato”, perteneciente al Cártel Beltrán Leyva, el 7 de enero, en la Alcaldía Venustiano Carranza en CDMX y solicitado en extradición. El 8 de febrero, durante un cateo en la Sindicatura de Tacuichamona, en Culiacán, fue detenido José Guadalupe Tapia Quintero “Lupe Tapia”, miembro del CDS de la facción del “Mayo”, con cinco personas más, señalados como principales productores de pastillas de fentanilo y metanfetaminas. Y el 30 de abril, en Zapopan, fue atrapado Rodrigo Omar Páez Quintero “El R”, sobrino de Caro Quintero, quien estaba al frente del Cártel de Caborca. También es reclamado por Estados Unidos.
