El General de División Diplomado del Estado Mayor en el retiro, Alfonso Duarte Múgica, quiere ser gobernador de Morelos.
Nacido en aquella tierra, en el municipio de Puente de Ixtla, regresó a la región luego que, en 2019, después de 49 años en el servicio militar, causó baja por retiro.
La inseguridad es el principal problema de Morelos. No sólo lo reflejan encuestas realizadas entre la población de esa entidad, también el hecho de que los asesinatos son cada vez más frecuentes; desde masacres donde asesinan a cinco personas en una casa habitación, hasta fines de semana sangrientos en los que se contabilizan 14, 15 ejecutados en tres días.
El origen de la violencia y la inseguridad en Morelos está en la confluencia criminal de cuatro cárteles en la región, los cuales se desarrollan delincuencialmente a partir de la impunidad y corrupción que con complicidad proveen las fuerzas de seguridad.
Morelos no tiene una particularidad atractiva para el narcotráfico, no es lugar de instalación de laboratorios clandestinos, como tampoco lo es para la siembra o trasiego de precursores. Aquella entidad pasó de ser una localidad de retiro y refugio para criminales como Amado Carrillo en los noventa o Arturo Beltrán Leyva en los dos miles. Pero fue precisamente la llegada del Cártel Beltrán Leyva el detonante de la inseguridad y violencia en esa región.
Hoy en día, el Estado ocupa la posición doce entre los más violentos del país, de acuerdo al conteo de ZETA con relación a las ejecuciones en los primeros cuatro años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Gobernado aún por el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien fue abanderado por el PES, pero terminó aliado de Morena, Morelos lidia con la actividad criminal de cuatro cárteles:
Guerreros Unidos, La Familia Michoacana, Los Rojos y Cártel Jalisco Nueva Generación.
La impune guerra que estas organizaciones criminales sostienen por el narcomenudeo en la región morelense, ha vulnerado a la ciudadanía, pues de la distribución de drogas y el ajuste de cuentas, los narcocriminales han pasado al cobro de piso, la extorsión, las desapariciones; y se han descubierto varias narcofosas con cientos de cadáveres.
Buscando una solución y políticas de contención de esta inseguridad y violencia, el General Duarte Múgica ha encontrado el apoyo de una parte importante de la comunidad morelense para buscar la candidatura al Gobierno del Estado en 2024, cuando se renovará tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo y las cabeceras municipales.
El apoyo que empresarios, políticos, grupos religiosos y sociedad civil han dado al General Duarte no es gratuito. Le reconocen los resultados que en su lucha contra la inseguridad y violencia tuvo en sus 49 años de ejercicio militar, particularmente a partir del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Efectivamente, fue durante la guerra contra las drogas del calderonismo cuando el General Duarte cobró notoriedad. Primero en Tijuana como Comandante de la II Zona Militar, y posteriormente como General Comandante de la II Región Militar con sede en Mexicali, pero con influencia en Sonora, Baja California y Baja California Sur.
En Baja California, junto al gobernador José Guadalupe Osuna Millán, encabezó la estrategia de seguridad que el entonces Presidente Calderón llamaría Modelo BC, instaurando las mesas de coordinación entre corporaciones e instituciones de procuración de justicia para elaborar políticas públicas de contención y combate en conjunto.
Duarte encabezó la persecución contra los miembros de los cárteles Arellano Félix y de Sinaloa, que ubicaron a BC y a Tijuana como el Estado y ciudad más violentos.
Duarte se ganó la confianza de los bajacalifornianos, aun cuando criminales intentaron litigarle -lo lograrían con el también retirado Teniente Julián Leyzaola- por presuntos casos de tortura, cuando policías municipales, estatales y criminales del CAF fueron aprehendidos al final de la primera década del 2000.
De Baja California, Duarte Múgica fue enviado como Comandante de la III Región Militar con sede en Mazatlán, Sinaloa, que tiene como zona de dominancia los estados de Sinaloa y Durango; posteriormente fue también Comandante de la VIII Región Militar en Oaxaca, donde concluyó, con su retiro, su carrera militar.
De concretarse la aspiración del General Duarte a lograr la candidatura al Gobierno del Estado de Morelos, esta sería, hasta el momento, por la Alianza Va por México. El militar en el retiro ya ha sostenido pláticas con Marko Cortés, dirigente del Partido Acción Nacional; tiene el aval de Jesús Zambrano, líder del Partido de la Revolución Democrática, y, aun cuando no se ha reunido con Alejandro Moreno, del Partido Revolucionario Institucional, ha entablado diálogo con Pablo Casas y Joaquín Hendricks. Tal parece que la alianza opositora va con el General.
Encuestas recientes en aquella entidad federativa dan el triunfo, aun sin estar abierto el proceso electoral y sin candidatos, al partido oficial, Morena, pero el General Duarte está dispuesto a medirse en encuestas de selección de candidatos con quienes aspiran a la candidatura desde la oposición.
El último gobernador de formación militar fue precisamente en Morelos, Jorge Carillo Olea, quien no concluyó el sexenio -sirvió cuatro años, de 1994 a1998- al solicitar licencia cuando le restaban dos años de gobierno, ante las acusaciones de actividades criminales.
De lograr la candidatura, el General Alonso Duarte sería el primer militar en el retiro candidato en la era de un Presidente como Andrés Manuel López Obrador, conocido por su tendencia a militarizar distintas áreas de gobierno… aunque Duarte, el militar aspirante, lo sería por la oposición.