Vecinos de la calle Roble del fraccionamiento Cubillas Sur, en Tijuana, manifestaron su temor ante inminente riesgo que corren sus viviendas por el deslizamiento suscitado en su calle, el cual aseguran no fue debidamente atendido por administraciones pasadas.
“Esto viene desde el 2020 cuando por una fuga de la CESPT se propició el deslave y posteriormente vinieron la lluvias y se empezó a hacer el deslave. Se hicieron gestiones a la CESPT, al Ayuntamiento y nada más contestaron que por el Ramo 33 no tenían presupuesto”, comentó Raúl de la Vega, vecino afectado.
Añadió que el jueves 20 de abril sostuvieron una reunión con el secretario general de gobierno de Baja California, Catalino Zavala Márquez, funcionarios de las dependencias involucradas del actual Ayuntamiento, personal de la paraestatal, y funcionarios de Protección Civil del Estado en la que se acordó presentar un proyecto en una semana para la rehabilitación, que incluye hacer una boca de tormenta y una avenida que baje hasta la calle Acacias para que no se siga desbordando el suelo.
Isabel Guzmán, quien tiene su casa en la parte de abajo de donde se encuentra el deslizamiento manifestó su temor ante el riesgo que existe de que la tierra caiga sobre su casa.
“Estoy todas las noches sin dormir porque me levanto con cualquier ruido a ver si no está cayendo tierra. Sí está en riesgo mi casa, Protección Civil Municipal me dijo que no. Estamos latentes a que la tierra nos caiga allá”, mencionó.
Cabe destacar que su vivienda ni siquiera ha sido etiquetada por Protección Civil, a pesar de que se localiza prácticamente debajo de la afectación.
Sobre si tiene confianza en que las autoridades respondan por las afectaciones dijo “no creo, si no nos hicieron caso cuando se cayó todo. El gobierno estatal decía que CESPT no tenía responsabilidad y el gobierno municipal decía que no era responsabilidad de ellos”.
El deslizamiento en la calle Roble del fraccionamiento Cubillas Sur se registró el 10 de abril de 2020 y de acuerdo a los habitantes los movimientos de tierra continúan, dejando a ocho casas el peligro de venirse abajo.