Ya pasado un año de que el autócrata presidente ruso Vladimir Putin lanzara a sus generales a invadir Ucrania, y aunque ha ocupado la sexta parte de ese país víctima, para su enorme rabieta, lo han contenido. Ha habido episodios donde le han propinado el proverbial ojo morado: primerísimo la resistencia, tan valerosa; segundo, detenerlo y rechazarlo a las puertas de Kiev, la capital; tercero, cuando le hundieron el crucero insignia “Moscú”; cuarto, la contraofensiva al noreste; y quito, neutralizar el puente del Mar de Azov.
Frustrado, y en su rabieta enfurecida, cada vez arremete a dejar peor destrozado a ese país, y continúa amenazando con sus armas nucleares.
Como mencioné el año pasado, la guerra o iba a acabar en un retiro (improbable), o toda Ucrania ocupada y el surgir de una rebelión de guerrillas (no dado), o conflicto destructivo y prolongado por tiempo indefinido, sobre todo contra civiles (la trágica situación actual). Peor, siendo desigual la guerra (“asimétrica”, tecnicismo, al ser Rusia 25 veces más grande en superficie y casi cuatro veces más en población,, desde el inicio ha tenido supremacía en tropas, tanques, aparatos aéreos y navales, una industria armamentística inmensa y, repito, tiene armas nuclear), Ucrania, a pesar de su valerosa defensa, de ningún modo se le aproxima, y por sus menores recursos está desesperadamente limitada a depender de endeudarse por las armas que Europa y EU le dan a cuentagotas.
Desde hace siglos, Rusia persigue su manual de estrategia de guerra de desgaste (tecnicismo para “de atracción”). Como hace dos siglos (en 1812) contra Napoleón, que mientras llegaba y tomaba Moscú, le hicieron guerra de guerrillas y tierra calcinada, sin dejarle conseguir alimentos para sus tropas; al final, el brutal invierno ártico tuso acabó con el 90 por ciento de las tropas francesas y sus aliados. Igual que el siglo pasado contra Hitler, cuando en 1941 retrasaron todo el frente hasta que en vista de Moscú, de nuevo el invierno brutal paralizó al ejército alemán. Y este año recién pasado, tras los descalabros, esperaron y relanzaron su ofensiva con el frío del crudo invierno.
Putin, típico autócrata obsesivo sin escrúpulos, al grado de arrasar todo un país, hasta el suyo propio (que ya convirtió en títere de China), sabe la desventaja de Ucrania y no da visos de terminar la guerra este año; ignora el consejo de hace más de dos mil años del militar chino Sun Tzu, de no arrinconar al oponente, que así menos se dejará.
Mientras, acá en México, a la fecha el Sr. López sigue con su antojo por deformar la ley y hacer que el INE le deje manos libres para hacer elecciones a su antojo; e igual arrinconándonos a la ciudadanía a oponernos, saliendo a manifestar contra semejante pretensión. Es tan parecido a Putin en esa característica temperamental obsesiva.
Acá en mi Tijuana todos los ciudadanos ya exigimos que este inepto cabildo de Montserrat Caballero tape tanto bache. Me recuerda al distante último año del PRI (el gobierno en 1989, las calles eran baches con trozos de pavimento de vez en cuando) antes que los del PAN con Carlos Montejo y Ernesto Ruffo los sacaran en la primera alternancia del México actual, y el Sr. Montejo sí cumplió con taparlos, recoger la basura y hacer a los burócratas municipales y policías más eficientes y menos mordeloncitos. Pero en el 2000, tras ganar Fox y que el PAN se degenerara en partido mayoritario, fue terrible ver cómo se mutaron a ser igual de rateros, ambiciosos, impunes y demás marrullerías.
Hoy, igual de triste se ve que los de Morena quieren batir el récord más rápido en hacerse peores desastrosos que los del PRI o PAN. Acá el camino a Playas se les cayó igual que la Línea 12 del Metro del D.F. por no darle mantenimiento. ¿Han visto que aporte de áreas turísticas no bachean calles ni pintan líneas, separando carriles ni cruces peatonales?
Si los ahorros de la cacareada “austeridad republicana” son dejarnos destrozada a la ciudad, devuélvanos la entrada. Ya todos son iguales -los de Morena o el PRIAN-, de plano inútiles, que sólo piensan cuánto robar y cómo chapulinear. A ver si tras la marcha del 26 de febrero en defensa del INE, los corruptos de Morena, PAN, PRIN y demás ofertan caras nuevas, limpias. Pidamos porque se dé la paz en Ucrania, el mundo y nuestro México. Ánimo.
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez.
Tijuana, B.C.