Bajan los marcianos de la nave y se acercan a la casa del gallego Paco:
— ¿Quién es?
“¡Venimos de Marte!”.
— ¿De Marte de quién?
***
Una madre pregunta a su hija:
— ¿En qué se parece un alienígena al fin de semana?
“¿En qué, mami?”.
— ¡En que los dos se van volando!
***
— Papá, ¿los marcianos son amigos o enemigos?
“¿Por qué lo preguntas, hijo?”.
— ¡Es que se están llevando a mi abuelita!
“¡Pues entonces son amigos!”.
***
A dos extraterrestres se les estropea la nave y tienen que aterrizar en la Tierra. Al poco de bajar ven a un humano, se acercan a él y le preguntan:
“Hola, buenos días. ¿Nos podría decir dónde estamos”.
Luego de pensarlo un rato, el tipo responde:
“Están ustedes en la Tierra”.
Uno de los extraterrestres dice a otro:
— Vámonos, es un terrestre idiota.
“No, no es idiota; lo que pasa es que es un funcionario de gobierno”.
— ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo sabes?
“Sencillo, mira. Le hicimos una pregunta sencilla, que cualquier pseudointeligente de la galaxia podría haber respondido inmediata y eficazmente, pero se ha quedado un rato pensando la respuesta y al final dijo algo que ya sabíamos, y además ¡no nos sirve para nada!”.
***
Un niño pregunta:
— Papá, ¿cómo se llama aquel extraterrestre que sale por la boca?
“Alien-to”.
***
En el hospital, un astronauta presume a un neurocirujano:
— He ido muchas veces al Espacio y nunca he visto algún extraterrestre.
“Yo he abierto muchos cerebros ¡y nunca he visto ideas!”.
***
¿En qué se parecen los políticos inteligentes, comprometidos, empáticos con la sociedad, trabajadores, amables, sobre todo honestos, generosos, a los extraterrestres?
En que ninguno de los dos existe.
Autor: Anónimo del Pentágono.
Burrada
Un señor platica con un joven:
“¿Sabes? Nuestro Presidente es como un burro sobre un poste”.
Después de un breve lapso, el joven dice:
“No entiendo eso del burro sobre el poste. ¿Qué significa eso, señor?
El señor explica:
“Si vas caminando por el campo y ves un burro haciendo equilibrio arriba de un poste de alumbrado, ¿qué es lo que piensas? Mira:
“Primero: Tú no entiendes como llegó ahí.
“Segundo: No puedes creer que esté ahí.
“Tercero: Sabes que no pudo subir allí solito.
“Cuarto: Estás seguro de que no debería estar ahí.
“Quinto: Estás consciente de que no va a hacer nada útil mientras esté allí.
“Lo único sensato sería ayudarlo a bajar, ¿verdad? Entonces, en las próximas elecciones ¡ayudemos a bajar al burro!”.
Autor: Adversario de un burro.
La bruja Josefina
Llega el Presidente a la casa de la bruja adivina Josefina:
“Josefina, esta semana soñé varias veces con un palacio y con mucha sal. Por favor, ¿me puede decir qué significa?”.
Josefina mira su bola de cristal, mira al Presidente, luego mira nuevamente su bola de cristal y finalmente dice:
“Significa que el pueblo está hablando, señor Presidente”.
El Presidente se queda pensando y consulta:
“¿En qué sentido?”.
La bruja mira atentamente su bola de cristal y responde:
“Claro, señor, el pueblo está diciendo: ‘¡Sal del Palacio, Presidente!’.
Autor: Un fifí.
Maldición
Un hombre acude con un brujo:
— Señor brujo, quisiera saber qué tengo que hacer para deshacer una maldición que me echaron hace años.
“Para poder deshacerlo, necesito saber cuáles fueron las palabras exactas que emplearon al echarle el conjuro”.
Sin pensárselo, el hombre contestó:
“Yo los declaro, marido y mujer”.
El brujo se queda pensativo y dice:
“Eso no es una maldición, ¡ESO FUE UNA CONDENA!”.
Autor: Un juez.
Herencia
Un hombre se desahoga con su amigo:
— Cuando mi padre murió, me dejó todo el centro del pueblo porque a mi hermano mayor le dejó la periferia y todos los arrabales, y a mi hermano menor, le dejó la parte norte, pero a mí me dejo sólo todo el centro del pueblo.
“No sabía que tu padre fuera rico”.
— ¿Rico? ¡Trabajaba en DHL!
Autor: Anónimo de FedEx.
Ovejas jugando a la pelota
Dos ovejitas juegan a la pelota y en eso se les va.
Una de ellas grita:
“¡Beeeeeeeee!”.
La otra contesta:
“¡Beeeeeeeee tú!”.
Autor: Gerente de Recursos Humanos.
Dedicado
— ¿A qué te dedicas?
“Básicamente, a respirar. No gano mucho, pero me da para vivir”.
Autor: Becario del Bienestar.
Vaya amigos…
Dos amigos charlan, uno de ellos es muy pesado, hasta el punto que el otro se le acerca y le da un guantazo enorme en toda la cara, el otro se le queda mirando y exclama:
— Compadre, ¡esto no se va a quedar así!
“¡Ya! ¡En unos minutos se te va a hinchar!”.
Autor: Un pasivo.