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Murió el historiador Enrique Florescano

A la edad de 85 años, murió el historiador mexicano Enrique Florescano, informó este lunes 6 de marzo la Secretaría de Cultura federal:

“La Secretaría de Cultura del @GobiernoMX lamenta el fallecimiento del reconocido historiador Enrique Florescano Mayet, quien fue director general del INAH, coordinador nacional de Proyectos Históricos del CONACULTA y galardonado en 1996 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes”, comunicó la Secretaría de Cultura federal que titula Alejandra Frausto.


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“Profundamente consternada por la partida de uno de los grandes, el Dr. Enrique Florescano. Dedicó gran parte de su vida al estudio del dios Quetzalcóatl y de la cosmovisión del maíz. Que todas las semillas de maíz germinen en tu honor. Buen viaje, maestro”, emitió Frausto.

Asimismo, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) informó:

“Lamentamos el sensible fallecimiento del doctor Enrique Florescano, referencia indiscutible de la historia de México y gran amigo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde recibió un reconocimiento por su vida y obra, en 2016, y el Homenaje al Bibliófilo en 2018. Acompañamos en la pena a su familia, sus amistades y sus lectores. Descanse en paz”, emitió FIL Guadalajara.


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Enrique Florescano (Coscomatepec, Veracruz, 8 de julio de 1937) es autor, entre otras obras, de “Ensayos sobre la historia de las epidemias en México” (1980), “El mito de Quetzalcóatl” (1993), “Memoria indígena” (1999), “Memoria mexicana, ensayos sobre la reconstrucción del pasado” (2000), “Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica” (2004), “¿Cómo se hace un dios? (2016)”.

El historiador también fue distinguido con Premio Nacional de Ciencias Sociales de la Academia de la Investigación Científica, actualmente Academia Mexicana de Ciencias (1976); las Palmas Académicas (1982) y L’Ordre National du Mérite (1985) en Francia; Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía (1996) de México, e Investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (2006). En 2016, FIL Guadalajara le rindió homenaje por las aportaciones de su trabajo a la historia mexicana.

En 2013, en ocasión a la publicación de “La función social de la Historia” en la colección Breviarios del Fondo de Cultura Económica (FCE), Enrique Florescano lamentó en entrevista para ZETA: “Siento un pesar enorme por lo que está ocurriendo en el país, se está desmembrando, rompiendo el tejido social, en todos lados”.

Fotos: Enrique Mendoza

A continuación, la entrevista íntegra que el historiador Enrique Florescano concedió a ZETA en 2013, titulad a “Enrique Florescano, en la Colección Breviarios”:

ENRIQUE FLORESCANO, EN LA COLECCIÓN BREVIARIOS

La obra de Enrique Florescano ha encontrado, con merecida justicia, su lugar natural: La Colección Breviarios del Fondo de Cultura Económica (FCE).

Se trata de la legendaria colección que inaugurara Don Alfonso Reyes en 1933 con la traducción de “La literatura griega” de C.M. Bowra (Ancient Greek Literature), publicada por Oxford University Press en ese año y que en la serie Breviarios lleva el número 1.

Sobre literatura, arte, historia, religión, filosofía, psicología, ciencias sociales, ciencia y técnica, la colección es imprescindible para cualquier lector principiante o especializado.

De hecho, los primeros Breviarios eran empastados, de 10.8 por 17.3 centímetros, color café; tenían también un cubrepolvo, y en la contraportada la advertencia:

“Los Breviarios del Fondo de Cultura Económica constituyen la base de una biblioteca que lleva la universidad al hogar, poniendo al alcance del hombre o la mujer no especializados los grandes temas del conocimiento moderno. Redactados por especialistas de crédito universal, cada uno de estos Breviarios es un tratado sumario y completo sobre la materia que anuncia su título; en su conjunto, cuidadosamente planeado, forman esa biblioteca de consulta y orientación que la cultura de nuestro tiempo hace indispensable”; tal era la visión de Don Alfonso Reyes.

La célebre colección incluye títulos como “La Historia de la literatura francesa” por Robert G. Escarpit en 1948, cuyo Breviario lleva el número 4; “La literatura española”, de Julio Torri de 1952, el 56; “Balzac” por Jaime Torres Bodet, en 1959, le toca el 149; “La literatura rusa”, a cargo de Marc Slonim traducida por Emma Susana Speratti, el 163, por citar solo algunos.

Con “La función social de la Historia”, a Don Enrique Florescano le corresponde el número 576 de la famosa serie:

“Fue una decisión de la editorial. Yo había pedido que fuera una edición en la Colección Popular, que está escrita para el gran público no solamente para los historiadores, y quería que saliera en un formato y precio accesible para el público más grande; pero ellos decidieron que fuera en la Colección Breviarios porque pues, sí, tiene ese gran prestigio y no es muy diferente el precio entre la Colección Breviarios y la Popular”, expresa a ZETA Enrique Florescano.

El reconocido historiador recuerda con nostalgia su formación humanista e intelectual a través de la Colección Breviarios a la cual ahora merecidamente pertenece:

“Para mí es un recuerdo de juventud, porque mi papá compró los primeros 100 Breviarios; había un librerito y venían ahí metidos los primeros 100; entonces, fue un gran regalo que él me dio, porque él era profesor, entonces nosotros empezamos a leer mucho estos libros. Me acuerdo muy bien del librero, porque era un librero en caoba, y olía”, rememora.

El doctor Enrique Florescano Mayet (Coscomatepec, Veracruz, 1937) es autor de un legado historiográfico crucial en la formación no solo académica, humanista o intelectual:

“Siento que también la Historia también tiene la obligación de forjar buenos ciudadanos”, expresa a este Semanario el historiador, por cierto autor de “La historia y el historiador” (1997), “Para qué estudiar y enseñar la Historia” (2000), “Quetzalcóatl y los mitos fundadores de América” (2004), “Los orígenes del poder en Mesoamérica” (2009) y “Atlas Histórico de México” (2009); a su acervo se suma entonces “La función social de la Historia”.

Su breviario está dividido en dos partes: “La función social de la Historia” y “Los pilares de la construcción historiográfica”.

Para empezar, al historiador Enrique Florescano le ha tocado cambiar también la forma de construir historiografía:

“La escritura de la historia va cambiando, casi con cada generación, digamos que hasta 1940, 1950, la tradición de la gran historiografía, la que nos venía de Europa, Estados Unidos, estaba concentrada en la historia política, en la historia institucional, y en la historia de los grandes hombres.

“Y de repente, viene la relación de la Historia con la antropología, economía, geografía, con la etnografía, la Historia se empieza a cambiar en su contenido y en su forma; en su contenido porque ahora ya no son los grandes hombres ni solamente los asuntos políticos sino la formación de la sociedad, de las ciudades, quienes viven y habitan la ciudad, y ahí empiezan a entrar grupos, gente, que no estaban en la mira de los historiadores, por ejemplo los obreros, las mujeres, los campesinos, los pueblos sin Historia, como decía Eric Hobsbawm, y eso da un cambio total a la historiografía”.

Con los nuevos protagonistas como contenido de la Historia, cambian también las formas:

“Eso da un cambio a la historiografía, porque el historiador tiene que inventar nuevos métodos, pensar en nuevos archivos, pensar en nuevas formas de explicar la Historia; cambia el tema pero también cambia la manera de explicar y escribir”.

El mito y la narrativa oral como pilar de la construcción historiográfica juega un papel crucial en “La función social de la Historia”:

“La Historia ha tenido un parte importante de mito. El mito ha jugado un papel importante en la reconstrucción del pasado, en todas las épocas. Cuando nace la Historia científica, la Historia crítica se hace a un lado esas narraciones como míticas, como legendarias, en fin, falsas”, justifica Florescano.

“Ahora, hay una recuperación y una revaloración del mito porque al fin y al cabo y el mito contiene lo que una parte de ese pueblo pensaba que era la realidad o imaginó así la explicación de su mundo, los dioses, la cosmogonía, el origen de los seres humanos, el origen de las plantas cultivadas, cómo nació el saber, cómo eran los dioses que otorgaban conocimientos a los seres humanos, el conocimiento de la escritura, la sabiduría, del canto; para nosotros es una cantera riquísima el mito”.

El doctor Enrique Florescano reconoce también la labor del periodismo de investigación que todavía se realiza en algunas partes del país en cuanto a documentación de la violencia e inseguridad como parte de la historia de México donde abundan decapitados y desaparecidos, desmembrados o enteipados, encobijados y enterrados en narcofosas:

“Ahí tenemos un problema grave, inmenso, porque estamos perdiendo la memoria de lo actual, por las presiones que ha tenido el grupo de periodistas que se han atrevido a documentar el problema del tráfico, de las muertes, secuestros, en el norte tenemos un récord de desaparecidos importante, la mayoría de los redactores, periodistas que van a hacer el análisis de esta realidad pues ya tienen miedo, se inhiben, se autocensuran”.

Lamenta en torno a la vapuleada libertad de prensa:

“En los estados casi no se puede hablar de libertad de prensa; la mayoría de los periódicos están subvencionados por los gobiernos estatales o locales, hay intervención directa, censura”.

Denuncia también la deficiente información cuantitativa gubernamental en cuando a homicidios dolosos, secuestros, ejecuciones y desaparecidos:

“No tenemos una información confiable, porque la que da la Procuraduría, la que da la Presidencia, la que da la Gobernación, no coincide, ni siquiera las cifras oficiales coinciden”.

El humanista deja entrever el sentimiento que ocasiona la cruenta situación del país:

“Siento un pesar enorme por lo que está ocurriendo en el país, se está desmembrando, rompiendo el tejido social, en todos lados; sí estoy consternado por lo que está pasando en este país”.

El futuro lo ve nada halagüeño:

“Estoy angustiado, a veces no duermo bien, tengo pesadillas, tengo pesar por lo que le va a pasar a mis nietos; los niños del futuro mexicano tienen un panorama terrible”.

Finalmente, sobre el primer semestre de gobierno de Enrique Peña Nieto, el doctor Enrique Florescano es bastante lapidario: “Todavía no veo claro el cambio”.

Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Estudió Comunicación en UABC Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en Baja California en la categoría de Periodismo Cultural. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”. Periodista cultural en Semanario ZETA de 2004 a la fecha.
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