Los Atlas de Riesgo en México deben actualizarse cada tres años señala la Ley General de Protección Civil, no obstante, la última actualización que en Baja California fue hace una década, en el 2012.
En respuesta a la necesidad de modernizar el Atlas de Riesgo, pues se trata de un instrumento en línea donde a través de mapas se pueden identificar áreas de mayor vulnerabilidad y prevenir siniestros (como inundaciones, incendios, tsunami, sismos y otros eventos climatológicos), el Gobierno del Estado respondió que están en proceso de renovación.
La Secretaría General del Gobierno del Estado, que encabeza, Catalino Zavala Márquez, aseguró que se encuentran trabajando en conjunto con el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).
“Hay una mesa de trabajo con el CICESE, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, la Coordinación Nacional de Protección Civil, y la Coordinación Estatal de Protección Civil, para actualizar el Atlas; se busca crear una propuesta conjunta, para contar con una plataforma compatible a nivel nacional”, respondieron.
“Se trabaja en la propuesta de actualización donde se contemplan los nuevos aspectos que debe incluir la nueva versión del Atlas”, indicaron.
Sobre los recursos económicos para llevar a cabo este proceso de modernización, la Secretaría contestó que actualmente se trabaja en una propuesta económica para actualizar el Atlas por parte de Cicese.
Además aclararon que en este 2023 no se han solicitado recursos extraordinarios a consecuencia de las lluvias o nevadas, ni tampoco para la compra de equipo nuevo para atender siniestros, como los deslaves o inundaciones ocurridos.
“Para la recuperación de zonas afectadas existe, como mecanismo financiero, la declaratoria de desastre estatal o federal, depende de la situación de las zonas; derivado de las últimas lluvias y nevadas, no se ha solicitado este mecanismo”.
La recomendación, ya que las lluvias continuarán, es disminuir la movilidad urbana y en carretera.
“Jamás intentar cruzar una corriente de agua o una zona inundada, ya sea caminando o en un vehículo; no exponerse a cambios bruscos de temperatura: mantenerse en lugares cálidos, abrigarse, consumir alimentos calientes, proteger a niños y adultos mayores; evitar utilizar calefacción a través de fogones o artefactos que emiten monóxido de carbono (humo)”.