Mientras Poder Ejecutivo presume que “revivió” el proyecto de Francisco Vega de Lamadrid para la instalación de cámaras, empleados de la central de emergencias denuncian las precarias condiciones en que trabajan
Baja California se encuentra en una situación precaria en materia de seguridad. Los altos índices delictivos ubican al Estado en el top 3 de homicidios a nivel nacional y como uno de los de mayor incidencia delictiva en México.
Mientras corporaciones municipales carecen de lo mínimo para operar, el Estado decide aventurarse a comprar un equipo de vigilancia de avanzada tecnología -al menos eso dicen- para reforzar la operatividad en la entidad.
Irónicamente, mientras el Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4) se vuelve el epicentro de la política de seguridad en BC al invertir mil 200 millones de pesos para la adquisición de cámaras, arcos lectores y fibra óptica, los operadores de la central se encuentran en condiciones precarias y de abandono por parte del Gobierno del Estado.
En diciembre de 2022, trabajadores colgaron una lona en el cerco perimetral de las oficinas de C4 en Mexicali, donde hacían constar que trabajaban bajo protesta debido a condiciones deplorables.
Algunos empleados han hecho pública en redes sociales su inconformidad por la falta de pago de las primeras semanas del año, ya que el Poder Ejecutivo se retrasó en la entrega de contratos para su firma.
Según la inconformidad de los empleados, un grupo de ellos fue contratado mediante el esquema de asimilados, es decir, sin prestaciones sociales. Los ofendidos han enviado varios mensajes a ZETA para denunciar lo que están viviendo, puesto que el contrato no se signó hasta febrero, por lo que hubo varias semanas que no cobraron salario y ahora no tienen certeza de que les será remunerado.
Los inconformes también han criticado que no cuentan con personal suficiente en toda la entidad para atender todas las emergencias, ni con mobiliario, y en algunas áreas -como en Denuncia Anónima 089- las condiciones son aún más precarias, toda vez que además de ser menos personal, los sueldos son aún más bajos.
Atención especial a esta área del Poder Ejecutivo, ya que podrán tener tecnología de punta para vigilar las ciudades, no así personal suficiente para volverlo efectivo ni en la central de emergencias, ni en la calle, debido a las carencias humanas de las corporaciones de seguridad.
LA PUGNA CONTRA EL NARCO-CORRIDO
En medio de una administración que no ha tenido la capacidad de organizarse y trabajar en una sola dirección en beneficio de la Capital bajacaliforniana, la alcaldesa Norma Alicia Bustamante Martínez inició un conflicto con los cantantes que -según ella- hacen apología del delito, así como quienes incentivan el consumo de enervantes.
El martes 14 de febrero, como lo ha hecho las últimas tres semanas, la ex conductora de noticias fijó una postura que nadie le pidió sobre las restricciones que pretende imponer en contra de grupos musicales que cantan narco-corridos.
La restricción llegó a tal grado que, advirtió, en los recintos administrados por el Gobierno de Mexicali no permitirán a cantantes como Santa Fe Klan o “Klan Santa Fe”, como ella se refiere al rapero guanajuatense.
Bajo el argumento -oxidado, por cierto- de que incentiva a la juventud a cometer delitos o consumir enervantes, Bustamante Martínez reclamó por este tipo de interpretaciones y aseveró que se generará una prohibición. Sin embargo, dejó a libre albedrío de los promotores si desean continuar con este tipo de eventos en inmuebles que no pertenezcan al Ayuntamiento.
Interesante que las carentes políticas de bienestar, la poca inversión en seguridad y el descontrol político dentro de Cabildo, le parezcan irrelevantes a Bustamante como para hacer estos temas a un lado y posicionarse en contra de grupos musicales que, dicho sea de paso, tienen agendas pactadas en recintos desde hace meses, como el caso de Explosión Norteña y Marca Registrada; o incluso Robot 95, que en próximos días tendrá participación en el Palenque del FEX y el Parque Vicente Guerrero.
La restricción más absurda de la administración de Norma, y no puede cumplirse a sí misma.