La muerte de un tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y el ingreso de otro a una jaula con un buzo entre 2016 y 2019, derivaron en la prohibición del avistamiento en jaula de estos ejemplares en el Área Natural Protegida Isla Guadalupe.
La especie está listada en la NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de Amenazada y protegida por la NOM-029-PESC-2006, por lo que se prohíbe la captura o retención de ejemplares vivos, muertos, enteros o alguna de sus partes, y en consecuencia, no pueden ser objeto de consumo humano ni comercialización.
En octubre de 2016 circuló a través de la plataforma YouTube un video en el que se observaba a un ejemplar de tiburón blanco impactando e ingresando a una jaula de la embarcación SOLMAR V como resultado de la atracción mediante un cebo atado a una cuerda, hecho ocurrido el 4 de octubre alrededor de las 14:00 horas.
La carnada fue desplazada hacia la jaula de observación, provocando que el animal se impactara e introdujera a la estructura, saliendo por la parte superior de la misma; el tiburón ingresó a la jaula mientras un buzo estaba dentro.
En el video se hicieron evidentes daños en la zona de branquias y abdomen del escualo, pese a que el Manual de Buenas Prácticas para la Observación de Tiburón Blanco mediante el Buceo en Jaula en la RB Isla Guadalupe, el estudio de capacidad de carga de la Subzona de uso público tiburón blanco y el Programa de manejo de la RB Isla Guadalupe y permisos expedidos por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), señalan textualmente:
En aquel momento, la CONANP anunció la conclusión de modificación del Programa de Manejo de la RB Isla Guadalupe, mediante el cual se consideraba el diseño óptimo para las jaulas de observación, a fin de proteger a los usuarios y a la especie durante el desarrollo de la actividad, a través de la implementación de la regla administrativa 60: “Los materiales para la elaboración de las jaulas y la estructura de las mismas no deberán afectar, lastimar o dañar a los tiburones, por lo que las uniones o soldaduras de los barrotes deberán ser desbastadas a fin de evitar bordes cortantes y deberán protegerse las esquinas con materiales que minimicen y amortigüe cualquier golpe o impacto. La apertura máxima de las barras horizontales será de 30 centímetros”.
El otro incidente grabado en un par de videos ocurrió el 9 de octubre de 2019, pero se conoció hasta diciembre del mismo año, cuando el activista Arturo Islas Allende los difundió en sus redes sociales.
El ejemplar fue identificado como Stouffer#194, de 3.5 metros de longitud, monitoreado desde 2016, el cual murió tras quedar atrapado durante más de veinte minutos entre los barrotes de una jaula -y posteriormente irse hasta el fondo del mar ya sin vida -en la que buzos realizaban avistamiento del animal en Isla Guadalupe, reserva de la biosfera que de julio a diciembre recibe a esta especie.
Sin mencionar la muerte del ejemplar, la CONANP reconocería “un incidente en el cual un ejemplar colisionó con una de las jaulas de observación de la embarcación Undersea Hunter, dedicada a la prestación de servicios turísticos, quedando atorado entre los barrotes, la cual tenía una abertura de más de 35 centímetros”. Distancia que violaba la regla administrativa 60, publicada después del incidente anterior.
El activista Arturo Islas denunció públicamente que la embarcación -él aseguró que había sido el Nautilus– siguió operando normalmente el día del incidente y el resto de la temporada, sin sanción ni suspensión.
NUEVAS REGLAS
El 9 de enero de 2023, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó el acuerdo por el que se da a conocer el resumen del programa de manejo de la reserva de la biosfera Isla Guadalupe -administrada por la CONANP- que establece cambios a las reglas administrativas y limitaciones al aprovechamiento de las poblaciones de vida silvestre.
De acuerdo con la Semarnat, esta Área Natural Protegida es importante debido a su alta biodiversidad y condiciones geográficas, al tratarse de una isla separada 260 kilómetros de la Península de Baja California, en la que conviven mamíferos marinos como el lobo marino de California, el lobo fino de Isla Guadalupe y el elefante marino del norte, así como centros de anidación de aves marinas como el albatros de Laysan y las especies marinas tiburón blanco y delfín nariz de botella.
El nuevo programa, que se actualiza cada cinco años, determina las actividades, acciones y lineamientos necesarios para el manejo y administración de Áreas Naturales Protegidas.
En el Diario Oficial de la Federación se explica que debido a que se han observado malas prácticas entre 2016 y 2021, es necesario no permitir la actividad turístico-recreativa de observación de tiburón blanco. El uso de drones y otras tecnologías tripuladas a distancia se limitarán a la actividad científica.
Dada la presencia de especies como la tonina o delfín nariz de botella, especie residente sujeta a protección especial, no se permitirá la pesca deportivo-recreativa, en virtud de que la dieta de estos delfines está en competencia directa con algunas de las especies objetivo de la pesca señalada como jurel de Baja, macarela estornino y cabezón, por lo que, de seguir esa actividad al ritmo que se lleva a cabo actualmente, las toninas estarían expuestas a disminuir su población.
El documento indica que la pesca deportivo-recreativa es una actividad con múltiples impactos en el medio ambiente marino, ya que implica una reducción en el tamaño poblacional de diversas especies objetivo, pérdida de diversidad genética, alteraciones en las cadenas tróficas y pérdida de resiliencia ecológica.
Al respecto, Julio Meza Virgilio, presidente de la Asociación Estatal de Pesca Deportiva, denunció que embarcaciones estadounidenses no respetan la prohibición de practicar la pesca deportiva.
Pobladores y concesionarios de la Isla son cómplices, ya que reciben algunos regalos y dádivas, pero “no representan ningún valor comparado con el saqueo que hacen de esa zona”.