Dispersando poesía sobre ensambles sonoros emparentados con la sutileza del jazz, el cantautor cubano Francisco Céspedes deleita esta noche a un millar de bajacalifornianos que, reunidos en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, son cautivados con los versos del hombre de 66 años que, de principio bromeó hasta con los que nerviosos, buscaban tarde su localidad.
Imponiéndose de inicio con “¿Dónde está la vida?”, el barítono complace esta noche de los enamorados a los de 3, 4, 5 y 6 décadas de edad, los que le aplauden, vitorean, siguen su canto, suspiran, sueñan, y caminan sobre sus estrofas para reavivir sus romances, mismos que atestiguan el semblante vigoroso de un Céspedes cobijado de plenitud, mientras su nombre se ilumina de rojo y blanco sobre una pantalla de led.
Ataviado en un saco, pantalón, y lentes oscuros, Pancho, como le gritan del graderío, fluye entre teclados, guitarra, bajo, tambores, e instrumentos de viento (trompeta y trombón). Maniatado por las cuerdas de nylon, el cubano-mexicano destaca: “Parece que hoy es el día de San Valentín, primero fue el dia de los enamorados, luego creció al día del amor, y después le incluyeron la amistad”.
Escoltado por seis instrumentistas, Francisco interpreta “Luna”, a lo que sumó: “Esta pieza es para los que están enamorados. Que son un gran problema. Así somos los seres humanos. Salud. Este es jugo de uva, antes era tequila. Antes de ello, sustancias prohibidas. Cannabis, con el que hice a mis hijos. Pregúntele a Froyd. ¡Qué payaso soy!”, precisó, mientras se aseguraba de la estabilidad del banco en el que se postraría para cantar.
Luego de interpretar “Qué hago contigo” sobre un ensamble de jazz y bolero, el cantautor afirmó: “Es un mito de que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos”, y luego de recordar a sus hermanas aún residentes de Cuba, bromeó: “La gente piensa que yo hago el amor como las canciones que escribo, pero no se puede, a lo mejor en el tiempo sí, duro 3 minutos igual”, arrancando las risas de los presentes.
Previo a cantar “Tú por qué”, Céspedes volvió a interactuar para el goce de los asistentes: “Ya estoy viejo, me salen pelos en las orejas, me tengo que teñir el cabello, para engañarme a mi mismo”, sonrió, instantes después, recordó a su ex mujer: “Ésta se la hice a la mamá de mis hijos”, y unió los versos de “Como si el destino”.
Llevando al público hacia una noche íntima, y bohemia, el cubano canta esta noche ante una Tijuana mojada que se rinde a sus pies, cuyas nubes esconden el resplandor de la Luna, pero que de pronto abre su cielo para cantarle a su Cuba, y recordar a sus muertos, entre ellos a su abuelo postizo, Armando Manzanero.