Unos sacerdotes fueron de vacaciones sin sus atuendos para que no los identifiquen como clérigos. Tres de ellos decidieron ir a Brasil. Estaban determinados a tomar un auténtico descanso. En cuanto el avión aterrizó, se dirigieron a una tienda y adquirieron bermudas, sandalias y lentes negros realmente llamativos.
A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo turístico. Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo un trago y disfrutando del sol y el paisaje, cuando una rubia despampanante que mataba, usando una micro tanga y topless, pasó caminando junto a ellos y no pudieron evitar mirarla con admiración.
Al pasar, la rubia sonrió y dijo “Buen día, Padre; buen día, Padre”, dirigiéndose a cada uno individualmente al hacerlo.
Ellos quedaron atónitos. ¿Cómo diablos podía ella saber que estaba frente a sacerdotes?
Al día siguiente regresaron a la tienda y compraron prendas aún más llamativas. Una vez más, con su nuevo atuendo, se ubicaron en sus sillas para disfrutar del sol.
Luego de un momento, la misma rubia atractiva, usando una colorida parte baja del bikini y topless, volvió a pasar frente a ellos y una vez más los saludó:
“Buen día, Padre; buen día, Padre” … y comenzó a alejarse.
Uno de los clérigos no pudo evitarlo y abordó a la joven:
— Un momento, señorita.
“¿Sí, Padre?”.
— Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero debo saber cómo es posible que usted sepa que somos clérigos, vestidos como estamos.
“Padre, ¿no me reconoce? Soy yo, ¡la Hermana Catalina!”.
Autora: Una novicia ocurrente.
El regalo de Toña y otros líos de sus amigas
La Toña dice a su amiga:
— ¡Muérete de envidia! Me regalaron una lavadora y creo que fue de Lady Gaga.
“¿Y cómo sabes?”.
— Pues porque la caja decía LG.
Autor: Un marido gallego.
* * *
— Marthica, ¿sabes quién fue Juana de Arco?
“Pues… una drogadicta”.
— ¿De dónde sacaste eso?
“Pues del libro, ¡dice que murió por heroína!”.
* * *
La Gloria dice:
“El doctor me pidió que me tomara tres muestras de orina, pero nada más me tomé dos, ¡sabe horrible!”.
* * *
— ¿Qué opinas sobre las hipotecas, Luchita?
“Me parece una excelente idea que los hipopótamos tengan dónde bailar…”.
* * *
— Maruja, ¿viste “El Señor de los Anillos”?
“Sí, ¡pero no le compré nada!”.
* * *
La Pilarica llama al técnico del internet y muy enojada se expresa:
“¿Qué pasa con el Facebook? Me dice ‘Su clave es incorrecta’, entonces pongo ‘incorrecta’ pero ¡no abre!”.
* * *
Un cura en la iglesia dice:
“Hoy confesaré a todas las devotas”.
Juanita se levanta y pregunta:
“Y las que vinimos en sandalias, ¿cuándo nos toca?”.
* * *
Elena sale corriendo y grita:
“¡Auxilio, me robaron mi camioneta!”.
Un señor se acerca y pregunta:
— ¿4 x 4?
“Mmm… 16, pero ahora ayúdeme, ¿vale?
* * *
— Señorita Sara, ¿qué opina usted sobre la gelatina?
“En realidad no sé qué decir. En mi escuela sólo conocí la ‘Y’ griega y la ‘I’ latina, pero la ‘G’ latina, nunca supe de ella. Tal vez no fui ese día a clases.
* * *
— Señorita Carmen, ¿le corto su pizza en cuatro o en ocho?
“En cuatro, no más; no creo que me coma ocho pedazos”.
* * *
— Dígame, Luisita. ¿Qué hace usted cuando tiene frío?
“Me acerco al calentón”.
— ¿Y cuando tiene mucho, mucho frío?
“Prendo el calentón”.
Autora: Ex amiga.