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sábado, febrero 17, 2024
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Algunas farmacias de Tijuana y Los Cabos venden fentanilo y metanfetaminas, afirma Los Ángeles Times

Algunas farmacias ubicadas en Tijuana, Baja California y en Cabo San Lucas, Baja California Sur, están vendiendo píldoras, con recetas falsificadas, mismas que están mezcladas con fentanilo y metanfetaminas, haciéndolas pasar por productos farmacéuticos legítimos. Así lo indicó una investigación periodística publicada, el 2 de febrero de 2023, por el diario estadounidense Los Ángeles Times, firmada por los periodistas Keri Blakinger y Connor Sheets.

“En Tijuana, los reporteros encontraron que las píldoras vendidas como oxicodona dieron positivo en fentanilo, mientras que las píldoras vendidas como Adderall dieron positivo en metanfetamina. Las pruebas realizadas más al sur en Cabo San Lucas y cerca de San José del Cabo arrojaron resultados similares, aunque allí, incluso los analgésicos más débiles, incluidas las píldoras vendidas como hidrocodona, también dieron positivo por fentanilo. Muchos son casi indistinguibles de sus contrapartes legítimas”, indicó el reportaje del citado medio.


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Según Los Ángeles Times, la investigación encontró que el 71 por ciento de las 17 píldoras analizadas dieron positivo para “drogas más potentes”. El citado rotativo recordó que una semana antes, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés) registró resultados similares.

“Hasta ahora, no estaba claro que el poderoso opioide sintético se hubiera abierto camino en las cadenas de suministro de las farmacias. Aunque las farmacias mexicanas son conocidas por vender una amplia gama de medicamentos sin receta, muchos de los cuales requieren receta médica en los Estados Unidos, los expertos generalmente creían que esas píldoras eran al menos lo que los dueños de las tiendas decían que eran. Ahora, eso ya no es una apuesta segura.”, agregó el mismo rotativo californiano.

“‘Cada vez que tenga productos falsificados que contengan fentanilo, habrá personas que los usen y mueran’, dijo Chelsea Shover, investigadora de la UCLA y autora principal del estudio. Esto se debe a que los consumidores, incluidos los turistas estadounidenses, que sin saberlo compran estas píldoras adulteradas corren un mayor riesgo de sufrir una sobredosis cuando ingieren drogas mucho más fuertes de lo que esperaban. Pero con qué frecuencia sucede eso es imposible de decir”, indicó Los Ángeles Times.


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“No está claro si las autoridades de ambos países están al tanto del problema. Carlos Briano, vocero de la Administración de Control de Drogas de EE.UU. [DEA], dijo en un comunicado: ‘Los remitimos a las autoridades mexicanas sobre este tema’. El Departamento de Estado de EE.UU. y la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca no hicieron comentarios en respuesta a consultas detalladas por teléfono y correo electrónico. Múltiples agencias gubernamentales locales y nacionales en México también ignoraron las solicitudes de comentarios”, aseveró el diario estadounidense.

Sin embargo, según Los Ángeles Times, David Trone, quien copresidió la Comisión de EE.UU. para combatir el tráfico de opioides sintéticos, calificó, a través de un comunicado, los hallazgos de la investigación del citado rotativo, como “extremadamente preocupantes”.

Por su parte, John Laird, senador estatal del Distrito 17 de California -que durante el 2022 encabezó una legislación que facilitó a las farmacias de California la distribución de nuevos agentes de reversión de opioides, tan pronto como sean aprobados por el Gobierno Federal estadounidense, describió los hallazgos de la Investigación de Los Ángeles Times, como “realmente impactantes”.

“Estos lugares están al alcance de la mano, y los estadounidenses viajan a estos lugares, y están en riesgo de una manera que antes no era evidente. Y creo que a medida que salga a la luz esta historia y aprendamos más detalles, tendremos que buscar para ver si hay alguna legislación estatal que deba revisarse para hacer un seguimiento”, dijo Laird al citado rotativo.

“No he visto nada como eso. Creo que habla de la falta de vigilancia policial de lo que sucede en las farmacias”, indicó Cecilia Farfán Méndez, quien estudia a los cárteles del narcotráfico mexicano, como jefa de investigación en el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego (UC San Diego).

“Encontrar píldoras contaminadas en una farmacia mexicana no requiere mucho esfuerzo: haga una visita a cierta plaza comercial escasa cerca del distrito rojo de Tijuana. Pasee por las pintorescas tiendas y los muelles bordeados de yates de Cabo San Lucas. Pasee por un distrito comercial repleto de turistas adinerados en San José del Cabo”, narraron los periodistas en su reportaje..

“En los distritos turísticos de estas tres ciudades, aparentemente hay carteles de farmacias cada pocos pasos. No es raro ver dos o tres en la misma cuadra. Las ventanas de las tiendas y las paredes encaladas a menudo están cubiertas con letras en bloque que anuncian una gran cantidad de productos farmacéuticos. Algunos tienen letreros tipo sándwich en la acera que anuncian pastillas”, escribieron Blakinger y Connor Sheets

Según el citado reportaje del rotativo californiano, durante enero de 2023, dos reporteros de Los Ángeles Times viajaron un par de ocasiones a México con tiras reactivas, para revisar más de una docena de pastillas en busca de adulterantes peligrosos.

En farmacia tras farmacia en Tijuana, Cabo San Lucas y San José del Cabo, pidieron Percocet y oxy y Adderall. Preguntaron qué tan fuertes eran las pastillas. Dijeron que planeaban dividir las píldoras o usarlas para estudiar o ir de fiesta o, en algunos casos, no dieron una razón por la que querían las poderosas drogas. Ninguno de los farmacéuticos preguntó más”, señaló el diario.

“Invariablemente, las tablillas se guardaban en algún lugar oculto. Aunque los frascos de medicamentos menos controlados, como Xanax, Viagra o Ultram, a menudo se exhibían en vitrinas de vidrio, se ocultaban sustancias más potentes y mejor reguladas, como la oxicodona, ya sea real o falsa”, agregó Los Ángeles Times, que también detalló que las tabletas cuestan entre 15 y 35 dólares cada una, “según la tienda y la supuesta potencia”.

“Es un precio lo suficientemente alto como para estar fuera del alcance de muchos usuarios de drogas locales, pero al alcance de muchos turistas. Las farmacias como estas aceptan pagos en casi cualquier formato: tarjeta de crédito, pesos o dólares”, agregó el diario.

El diario narró que en una tienda en Tijuana, todas las drogas resultaron ser legítimas, o al menos no contenían fentanilo, mientras que en otra farmacia, una pastilla azul, etiquetada como “M30” y vendida por 25 dólares como “oxicodona mexicana”, dio positivo por fentanilo, mientras que una pastilla azul del mismo precio, etiquetada como “K9” y vendida como “oxicodona estadounidense” no dio positivo.

Asimismo, un solo paquete de Adderall, de 30 miligramos, vendido por 25 dólares estadounidense, sí resultó positivo para metanfetamina. “En Cabo San Lucas, donde las farmacias permisivas que atienden a los turistas parecían aún más fáciles de encontrar, nueve muestras de cuatro farmacias dieron positivo para adulterantes: seis resultaron para fentanilo y tres para metanfetamina”, señaló el diario.

“Veinte millas de distancia, en la ciudad turística de San José del Cabo, una pastilla azul de oxicodona de una tienda dio positivo por fentanilo, mientras que una blanca de otra no. Entre las tres ciudades, varias tiendas se negaron a vender las píldoras individualmente y dos se negaron a venderlas sin receta”, indicó Los Ángeles Times.

Según el citado diario, los resultados son paralelos a los que encontró el equipo dirigido por UCLA en cuatro ciudades no identificadas en el norte de México. También descubrieron que todas las píldoras falsificadas provenían de tiendas en áreas frecuentadas por turistas, en lugares que a menudo presentaban anuncios de medicamentos en inglés.

“No sabemos exactamente cuándo comenzó esto, y no sabemos qué tan extendido está […] No sabemos quién compra estas píldoras, no sabemos quién las toma y no sabemos qué les sucede a las personas que las toman. La incógnita más importante es probablemente cuántas personas han muerto o han tenido consecuencias graves para la salud por ello, y no tenemos idea”, dijo Chelsea Shover, investigadora de la UCLA y autora principal del estudio realizado por dicha Universidad.

“Es casi seguro que los cárteles son la fuente de las píldoras falsificadas que aparecen en las farmacias”, abundó Farfán Méndez, quien agregó lo más probable es que los dueños de las farmacias no compren directamente de las organizaciones criminales, ya que, por lo general, existen redes de intermediarios, por lo que no está claro cuántos farmacéuticos saben que están vendiendo píldoras mezcladas.

“Cuando los reporteros visitaron el mes pasado, al menos algunos trabajadores de farmacias parecían conscientes de que sus productos de venta libre eran inusualmente potentes. ‘Este es muy fuerte’, advirtió un hombre que trabajaba una tarde detrás del mostrador en una farmacia a menos de media milla de la frontera entre Estados Unidos y México en Tijuana. Estaba diferenciando entre dos pastillas que presentó cuando le pidieron oxicodona: la que señaló, que luego dio positivo en fentanilo, y otra que dio negativo”, recordó Los Ángeles Times.

“El hecho de que los reporteros e investigadores pudieran encontrar con tanta facilidad farmacias que venden tabletas con fentanilo en varias ciudades mexicanas “señala que [los clientes] van a estas farmacias en busca de oxys falsificados. Entonces puedo ver el incentivo para suministrarlo”, enfatizó Farfán Mendez, al citado diario.

Sin embargo, la jefa de investigación en el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego dijo que los cárteles podrían verse obligados a reconsiderar ese enfoque, “si comenzamos a ver una cantidad de muertes en un área determinada, especialmente si son turistas estadounidenses” y la “Policía” toma medidas enérgicas contra la práctica.

No obstante, Farfán Méndez abundó que, dadas las deficiencias en los datos de muertes en México, detectar esas muertes podría ser difícil, lo que significa que los cárteles tendrán pocas razones para frenar su comercio de píldoras “Si es rentable y no hay mucha aplicación, van a seguir haciéndolo”, finalizó la investigadora de la UC San Diego.

Autor(a)

Carlos Álvarez Acevedo
Carlos Álvarez Acevedohttps://www.carlosalvarezacevedo.com
Corresponsal del semanario ZETA de Tijuana y del periódico Noroeste de Sinaloa, desde febrero de 2016. Durante varios años fungí como editor de opinión y jefe de redacción del diario digital SinEmbargo.
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