Vaya película de Martin McDonaugh. De esas que no se olvidan, que lo tienen a uno piense y piense sin sacarse de la mente a los personajes Pádriac (Colin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson), dos amigos del alma en una isla remota frente a la costa irlandesa que un día, aparentemente de la nada, se distancian. O al menos es lo que Colm quiere, exige.
Todo parece haber ocurrido de repente. Para Colm, Pádriac de pronto es un hombre rutinario, le resulta aburrido. Sorprendido por la reacción, insiste, busca a Colm, quien llega al punto de decir que si sigue detrás de él, se cortará un dedo. El ultimátum es escalofriante, tanto como se vuelve esta película conforme avanza la historia.
Sabemos que esto tiene fondo, será acaso el contexto de la Guerra Civil en Irlanda, aunque el lugar donde todo ocurre, Inisherin, es ficticio.
Hay que esperar el final, nada esperado, menos por la garra que tanto Farrell como Gleeson exhiben en un mano a mano de dos grandes maestros en escena.
Por lo que concierne a la historia hay todo, suspenso, algo de comicidad gracias a Gleeson y una intensidad que sólo un director del nivel de McDonaugh pudo haber logrado. Disponible en HBO Max. Sin duda, una joya de este año. ****
Punto final.- El 23 de marzo, al fin la película “¡Qué viva México!”, de Luis Estrada, llegará a salas de cine.