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lunes, septiembre 30, 2024
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“La enfermedad nos devuelve a la infancia”: Verónica Murguía

La narradora mexicana recrea la peste de la Edad Media en “El cuarto jinete”, novela editada por Era. “Cuando salió lo de la estampita (mostrada por AMLO en 2020 al inicio de la pandemia de COVID-19), yo dije: ¡No puede ser, estamos en la Edad Media!”, ironizó la autora en entrevista para ZETA

Una obra de ficción bastante real sobre la peste del Siglo XIV -iniciada en 2003 y reescrita durante la pandemia por COVID-19 del Siglo XXI-, es lo que recrea Verónica Murguía en “El cuarto jinete” (Ediciones Era, 2021), donde la autora despliega asombrosamente su vasto conocimiento de la Edad Media.

“Según Juan de Patmos, el cuarto jinete del Apocalipsis vendrá montado en un caballo bayo; su nombre será Mortandad y le acompañará el Infierno. Pareció cumplirse así en 1348, cuando la peste bubónica mató a más de un tercio de la población europea. Esta novela nos sumerge con inaudito realismo en aquel momento terrible. Vemos a los frailes dirigir doloridas preguntas a Dios, a los fanáticos flagelantes culpar de todo a los judíos, a pecadores sanos o moribundos clamar su arrepentimiento”, se lee en “El cuarto jinete”.

“En un París desolado, los niños huérfanos mendigan y roban para sobrevivir, los sepultureros cristianos y los judíos de la Hevra Kadisha se apresuran en su fúnebre y multiplicada tarea, mientras otros, rebosantes aún de vitalidad, se entregan al disfrute sin pérdida de tiempo o intentan vanamente huir de la epidemia. Y están los que procuran paliar el sufrimiento y la soledad de los incurables: las monjas enfermeras y Abu Alí Ibn Mohamed de Ronda, médico sabio y compasivo disfrazado como Pedro de Hispania, y su joven discípulo, cuyo aprendizaje de la compasión será una ardura conquista del alma”.

“A ESCRIBIR LA NOVELA COMO UNA ESPECIE DE EXORCISMO”

En entrevista para ZETA, Verónica Murguía contó que empezó a escribir “El cuarto jinete” en 2003, sobre la peste bubónica; el primer borrador se mantuvo en reposo, hasta que en 2019 irrumpió la epidemia por COVID-19.

“La primera versión, en 2003, habrá quedado menos de la mitad, había más personajes hombres, no había tantos personajes mujeres y estaba más haciendo los monólogos masculinos; entonces, la reescribí y traté de equilibrarla. Yo escribí la novela sobre el Siglo XIV, sin pensar que nunca iba a haber un paralelismo”, contó la autora al retomar la novela en 2020.

¿Cómo fue esa coincidencia de la peste de la Edad Media de tu novela iniciada en 2003 con la pandemia de 2019?

“La coincidencia fue totalmente azarosa. Yo escribí la novela porque siempre me ha llamado la atención la peste negra. Yo creo que la primera vez que leí de la peste negra fue en ‘El Decamerón’ (escrita en 1353 por Giovanni Boccaccio), que gira sobre un grupo de chicos, porque son todos muy jóvenes, que se van a las afueras de Florencia a contarse cuentos y a pasar el tiempo, porque todo mundo se está muriendo en la ciudad. Es una obra muy alegre, pero habría que pensar que cuando regresan a la ciudad lo que les espera es la peste. Entonces, Boccaccio cuenta que la peste era terrible, que vio que unos puercos se peleaban por unos trapos que traía puestos un apestado, y que luego los puercos también se murieron. Esa fue la primera noticia que yo tuve de una enfermedad tan tremenda, tan devastadora. Luego, en una pintura de Matthias Grünewald, en una reproducción de un libro que tenían mis papás, vi a un apestado; me quedé muy impresionada, porque era un ser sufriente, está representado el enfermo con la panza muy inflada y con pústulas, porque Matthias Grünewald hizo unas pinturas para unos hospitales, entre la Edad Media y el Renacimiento”, contó Murguía.  

“Años después, como en 1984, encontré una mención a un padre que fue el último en quedar vivo de su monasterio y que dejó una notita que decía que él creía que él era el único hombre sobre la tierra y que dejaba pergamino y tinta por si alguien más sobrevivía; me impresionó muchísimo porque ser el último hombre sobre la tierra es de una soledad que no alcanzo a imaginar. Entonces empecé a leer sobre la peste; y bueno, durante la Guerra de Irak, que es el principio del horror del Siglo XXI, empecé a escribir la novela en 2003 como una especie de exorcismo de lo que yo traía dentro de coraje, de tristeza, impotencia”, rememoró.

“¡NO PUEDE SER, ESTAMOS EN LA EDAD MEDIA!”

A propósito de algunos paralelismos entre peste bubónica del Siglo XIV -allá por 1345- y la pandemia por COVID-19 de 2020, en pleno Siglo XXI, Verónica Murguía lamentó cómo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez gestionó la contingencia sanitaria; de hecho, la escritora lamentó el pasaje aquel cuando AMLO mostró sus estampas y amuletos, el 19 de marzo de 2020, al inicio de la calamidad: “El escudo protector es la honestidad. Eso es lo que protege, el no permitir la corrupción”, expresaría López Obrador, seguido de un “Detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”.

Entonces, Murguía lamentó: “El paralelismo se fue dando y, desgraciadamente, yo siento, en mi opinión personal, que la gestión de la pandemia fue un desastre, empezando por eso de las estampitas (mostradas por López Obrador); ‘váyanse todo a sus casas y abrácense, que no hay problema’ y la negativa (de López-Gatell) ante el cubre bocas”.

Foto: Cortesía

Comparando el oscurantismo y dogmatismo de la Edad Media o las creencias religiosas sobre los castigos divinos de las pestes con la ignorancia mostrada por AMLO y López-Gatell en pleno Siglo XXI, a Murguía no le quedó más que ironizar:

“Cuando salió lo de la estampita (mostrada por AMLO), yo dije: ¡No puede ser, estamos en la Edad Media! Pero los medievales no tenían la más remota idea de lo que estaba pasando, y aquí sí, y se manejó muy mal, me parecía imperdonable el manejo político de la situación”.

“LA ENFERMEDAD NOS DEVUELVE A LA INFANCIA”

En el diálogo con este Semanario, Verónica Murguía advirtió sobre su erudición sobre la Edad Media mostrada evidentemente en “El cuarto jinete”:

“Toda mi vida he leído sobre la Edad Media, desde chica leo de la Edad Media. La verdad es que todos mis libros tratan de asuntos medievales, casi todo lo que he escrito es sobre asuntos medievales”.

Entonces recordó cómo proliferaron ambas pestes por Europa: “Cuando la pandemia (de COVID-19) se extendió por Italia, me impresionó mucho porque la peste negra se inició porque unos mongoles comieron marmota y un cambio de temperatura también hizo que los roedores domésticos y urbanos se mezclaran; entonces, la pulga pasó de la marmota a la rata y las pulgas de la rata se subieron a la gente, y esa picadura de pulga era absolutamente mortal”.

Aunque los autores y datos históricos son verdaderos, Murguía señaló que finalmente se trata de una obra de ficción:

“El ámbito es todo verdadero; o sea, todo lo que los rodea es verdad, las calles, las costumbres, la forma de medir las horas, todo es verdad; pero los personajes no son de verdad, los saqué de mi cabeza, son ficción”.

Recordó a su esposo, David Huerta, quien en 2021 por supuesto leyó la versión final de “El cuarto jinete”:

“David Huerta llegó a leer todo el libro, porque murió apenas el 3 de octubre de 2022. Entonces, él leyó todo, conocía la primera versión, todo lo que he escrito en la vida lo escribí gracias a él, y para él. Yo escribía para dialogar con él, para que supiera qué tenía yo en la cabeza, para que supiera cómo era lo que lo veía en mi mente. La novela le gustaba mucho; no era objetivo porque yo era su esposa”.

Hacia el final de la entrevista, a la autora se le citó un pasaje tan revelador como reflexivo de “El cuarto jinete”, algunas características de la obra: “La peste los despoja de las diferencias: aquí son iguales el pobre y el rico, el cobarde y el valiente, el hermoso y el feo, el noble y el humilde”. Luego sentenció:

Escribí la novela con una idea de lo que significa vivir en un mundo donde se le temía realmente al otro como portador de una enfermedad. Es obligada la reflexión, porque la enfermedad nos devuelve a la infancia”.

Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Estudió Comunicación en UABC Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en Baja California en la categoría de Periodismo Cultural. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”. Periodista cultural en Semanario ZETA de 2004 a la fecha.
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