Te busco y no te encuentro
cuando quiero decirte
lo mucho que te quiero, lo mucho que te adoro.
Me postro ante la luna, le cuento mi tristeza;
le pido que te traiga muy pronto junto a mí.
Le digo que estoy sola sin tu dulce mirada,
sin besos de tu boca ni de tu canto notas;
que extraño tus caricias y también tus abrazos
y el tono de tu voz al decir que me quieres.
No escondas tu presencia ni el dulzor de tus ojos,
escríbeme un poema sobre mi piel desnuda;
con el fuego en tus labios y el roce de tus manos
escribe cada verso de nuestro amor sagrado.
Hoy me siento cautiva del amor que me brindas
mas no te quiero lejos cual estrella en el cielo;
quiero tocar tu rostro, también tocar tu pelo
y escuchar cuando dices que soy tu amor eterno.
Lourdes P. Cabral.
San Diego, California