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viernes, noviembre 22, 2024
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Se eleva 300% indigencia en Tecate

Francisco, originario de Tabasco, arribó a Tecate en marzo luego de más de un mes de atravesar varios estados de la República. En tres meses cumplirá un año viviendo en los túneles de desagüe del Río Tecate y en el parque de la ciudad, cuando el verano lo permitía. “Salí de mi casa con el propósito de ir a los Estados Unidos y hacer dinero, tenía familia, pero por mi problema de alcoholismo ya ni me hablaban o se me escondían”, platicó a ZETA.

“Entonces, un día que traía como 600 pesos me subí al camión y luego, cuando me quedé sin dinero, empecé a pedir raite, luego dinero, y así hasta que llegué aquí. Ya que vi que no está fácil pasar uno solo, pues me quedé aquí, y pues aquí me la paso”.

Al preguntarle si quería regresar a su pueblo dijo que sí, pero no aceptó la compra del boleto; él prefiere el dinero para comprarlo cuando termine sus pendientes.

Anteriormente , Tecate contaba con un albergue para quienes arriban desde el interior de la República o de países extranjeros con el objetivo de cruzar a los Estados Unidos; podían pernoctar hasta tres días en la Casa del Migrante “Nuestra Señora de Guadalupe”, ubicada en la colonia El Descanso. Ahí recibían alimentos incluso quienes se encontraban en situación de calle, que, si bien no se podían quedar a dormir, si eran apoyados con comida y vestimenta. Pero con la pandemia las cosas se complicaron para los administradores y el personal que atendía, pues era difícil conocer el estado de salud de quienes llegaban a solicitar un lugar, las donaciones se redujeron y con la pérdida de los apoyos económicos para cubrir servicios como agua y luz, que se les fue retirado durante la administración del exgobernador Jaime Bonilla, todo se complicó aún más.

A pesar que hicieron esfuerzos conjuntos para su apertura durante el 2022, el asesinato violento del presidente de la Casa del Migrante, el párroco José Guadalupe Rivas en Santa Verónica, zona rural de Tecate, junto a otro hombre, llevó al cierre total del albergue.

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Hasta el momento, el arzobispo Francisco Moreno Barrón ha dicho que las autoridades aún se encuentran sin pistas que permitan esclarecer el asesinato, además de que no se tiene fecha para la reapertura de este albergue, pues no hay quien quiera hacerse cargo de él por el miedo que existe ante la violencia que impera no sólo en Tecate o el estado, sino en toda la República.

“Beto” tiene 19 años, consume cristal desde los 14, es originario de Veracruz y hoy recorre las calles de Tecate para ver si alguien le da una moneda o encuentra comida en los tambos de basura. No recuerda ningún número telefónico de su familia y tampoco quiere regresar a su hogar, lo regañan mucho, comenta a ZETA. Intentó una vez cruzar a Estados Unidos, pero lo detuvieron y deportaron por Tijuana, donde fue golpeado por otros indigentes que pretendieron abusar de él, una noche que decidió ir a dormir a la canalización.

Regresó a “casa” en Tecate, una casa hecha con cartón y unas cobijas viejas bajo el puente del bulevar Universidad. En su estancia en el Río de Tecate conoció a Martha y a Miguel;  cuando hace mucho frío hacen una fogata, pero no deben olvidar apagarla porque Martha tiene esquizofrenia y de pronto se pone violenta, aseguró Beto.

Como Martha, un alto número de personas que deambulan por la ciudad sufren de problemas mentales que van desde esquizofrenia, depresión, psicosis o bipolaridad, que en ocasiones derivan en enfrentamientos entre los mimos indigentes o incluso en el asesinato de alguno de ellos.

Según estadísticas de Protección Civil y Bomberos, el 60% de los incendios que son atendidos en la zona del Río Tecate, donde se concentra la mayor parte de los indigentes, son provocados por éstos, generado por el calentamiento de alimentos, fogatas o por la quema de plásticos para obtener cobre.

Ni el gobierno del estado, federal o municipal de Tecate, tienen algún proyecto que permita a corto, mediano o largo plazo, brindar ayuda a quienes sufren algún tipo de trastorno y residen en las calles de Tecate. Durante el mes de diciembre, informó el presidente municipal de Tecate, Edgar Darío Benítez Ruíz, dará inició un operativo enfocado a la detención de quienes  “vagabundeen” por la ciudad, y se tendrán sanciones más firmes con quienes sean reincidentes, pues son las personas en situación de calle, a decir del primer edil, los responsables de una serie de hechos delictivos que han estado ocurriendo en la ciudad como lo son daños a propiedad ajena, los llamados “cristalazos”, robo a transeúntes y otros más que han sido sorprendidos con estupefacientes o armas blancas.

Mientras tanto, el número de personas en situación de calle aumenta en cifras exorbitantes, se les puede observar justo en el centro del Pueblo mágico, en el parque Miguel Hidalgo, al exterior de la parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe, en las inmediaciones del Río Tecate, o por la mañana pernoctando en las principales avenidas de la ciudad como los son la Benito Juárez y Miguel Hidalgo. Algunos de ellos con bebidas embriagantes, estupefacientes e incluso jeringas abandonadas en espacios considerados de esparcimiento familiar.

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