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jueves, noviembre 21, 2024
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La foto que no es de todos

“Construye demasiado bajo, quien construye bajo las estrellas”

Edward Young, poeta inglés

Entre el pasado julio del 2018 y el reciente febrero del 2022, Francisco “Kiko” Vega de la Madrid fue reprobado y rechazado por más de dos terceras partes de la ciudadanía bajacaliforniana en encuestas de opinión locales; incluso en nacionales, llegó a colocarse en el penúltimo lugar de aprobación, apenas superado por el “Bronco”, gobernador de Nuevo León. Datos duros de: Massive Caller, El Financiero, Arias Consultores, CAUDA, Plural Mx, entre otras encuestadoras.

Cualquier panista que participó en mayor o menor medida en las campañas electorales de 2018, 2019 y 2021, resintió y soportó dicho rechazo público, patente en la sociedad organizada, organismos empresariales, medios de comunicación y en los lugares de evaluación más importantes: las urnas. Negar lo anterior es engaño puro. Ahí están los resultados: ni una sola posición de mayoría en tres elecciones, pasando a ser tercera fuerza política en la Baja California de un PAN que gobernó por 30 años. La frivolidad e irresponsabilidad desbordadas -herrajes distintivos en la historia política “Kiko”- nunca fueron compartidas por la mayoría del panismo, pero en la tibieza de su freno, se nos fue un partido político que merecía más de sus dirigencias y militantes.

Y así llegamos al momento actual de Acción Nacional, buscando ser referente en el próximo 2024… y en esa ruta cada vez más corta, para esa opción ciudadana, cada vez más necesaria, todo cuenta y todo representa una oportunidad para aquellos que desde la oposición política buscan ser alternativa de gobierno; sin lugar para margen de error, mucho menos por parte del Líder Estatal del PAN, quién terminó cometiéndolo.

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Priorizando sus querencias y el aparente peso interno que tiene sobre su dirigencia el que fuera gobernador, Mario Osuna se equivocó. Sin titubeo, publicó en redes una sonriente foto con “Kiko” haciendo la señal de la “V”, aquella de la campaña de 2013: ‘V’ictoria de ‘V’ega. Entre buenos y leales amigos, resulta irreprochable la placa de dicha cena; pero sí lo es el mensaje por difundir, al hacerla pública. Como guía de un partido político de oposición, todo cuenta.

Porque bajo el manipuladísimo cliché de la “unidad”, el efecto de dicha fotografía fue precisamente lo contrario: se le asestó un golpe directo e inmerecido a un panismo que se ha mantenido en Acción Nacional a pesar de Kiko Vega; que estoicamente sigue participando en política partidista, defendiendo postulados y principios cada vez más difíciles de compartir ante un electorado pragmático, de visión y resultados inmediatos. Un movimiento tan individualista como descortés, que busca contra toda lógica, sentido común y competitividad electoral, allanarle un lavatorio público al exmandatario y quizás, en la esquizofrenia del estatus quo, subirlo al templete del 2024, en un mitin de voto duro y ciudadanía ausente.

El “timing” de esta “suma” no pudo ser más inoportuno: apenas unos días después de la manifestación a favor del INE, donde la ciudadanía volvió a alzar la voz y puso nervioso al régimen, revelando una fuerza y narrativa fresca, espontánea, contagiosa, que debería ser capitalizada por la oposición mostrándose empática, en sintonía con dicha movilización… no dinamitarse las extremidades mandando precisamente el mensaje contrario, en el peor momento.

Acción Nacional debe hacerse responsable de sus acciones y de sus omisiones. Si quiere poner en un pedestal o en el sótano a su gobernador, es su exclusiva decisión. Ojalá ejecute bien dicha catarsis su dirigencia; pero en este momento, por encima de las cuentas partidistas, la lucha por ideales vuelve a llamarnos: existe una obligación patriota, cívica, histórica de asumirse cómo oposición y vehículo ciudadano ante la más grave batalla política, contra un autoritarismo digital y mediático, sin reclamo de sangre directa, pero no por esto menos eficaz y violento que el del viejo régimen; contra gobiernos corruptos e ineficientes, sin respeto a instituciones ni obediencia a la ley, cada vez más grandes y obesos en gasto y nómina militante, con mayores tributos para mantenerla; contra un poder público invasor de todo tipo de libertades: políticas, económicas, de expresión y crianza.

Esas banderas pueden ser izadas triunfalmente el 2 de junio de 2024, solo basta que dejemos de pensar en nosotros mismos, para pensar en nuestra nación y en Baja California; porque el PAN de todos, es primeramente de los mexicanos.

Héctor R. Ibarra Calvo es mexicalense, abogado postulante y catedrático de Amparo en Cetys Universidad. Regidor en el XXII y XXIII Ayuntamiento de Mexicali.

Correo: hectoribarra@idlegal.com.mx Twitter: @ibarracalvo

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