Pilar de las artes plásticas de Baja California, Francisco Chávez Corrujedo (Guanaceví, Durango, 1947) inauguró, el jueves 17 de noviembre, la individual “Trans-firiendo el tiempo”, en la Galería Internacional del Centro Estatal de las Artes (CEART) de Tijuana.
Con el montaje y museografía de Héctor Juárez, Erick Carrillo, Olga Margarita Dávila e Ivonne Aranda, Coordinadora de Exposiciones del CEART Tijuana, la muestra de Chávez Corrujedo consta de consta 45 piezas, entre pintura y escultura, donde conviven ranas, perros y gatos; además de temas como la guerra.
Tres textos de sala del poeta Víctor Soto, el historiador Gabriel Rivera Delgado y Fernando García Rivas acompañan a la exposición de Juan Francisco Chávez Corrujedo:
“Cada imagen de Francisco Chávez Corrujedo es una espira susceptible de ser fragmentada en remolinos purísimos y enérgicos que arroban, seducen con la invocación de su llamado.En el continuo fluir del discurso pictórico de Chávez Corrujedo nosotros somos el tiempo que él afirma desplegando lienzos de lo que pasa danzando y que detiene para encantarnos y exorcizarnos. Ausencia y abundancia, drama y ceremonia, su relato describe un rito que actualizamos como espectadores de esta exposición con la que el artista regresa vencedor de los demonios que nos asedian. Por estas imágenes renacemos e iniciamos un nuevo ciclo, porque más allá de las maderas y las cuerdas está la visión rescatada por el artista capaz de oír y ver el aleteo catastrófico, el grito revuelto plasmado en amarillos, azules, rojos surgidos del principio y el fin como embriones o aullidos vertiginosos, ancestrales, desdoblándose, volviendo al reposo en el arqueo de la carne y los huesos sumidos en el paso del tiempo, en la corriente del sueño”, se lee en el texto de sala “Reflexiones” del poeta Víctor Soto Ferrel.
“El conjunto de la obra se refleja en cada imagen y cada imagen reproduce el conjunto de fantasmales volutas y reverberaciones de sonido que leemos como secuencias de cargas metálicas sacadas, expuestas, deletreadas con cesuras magenta, carmesíes en trazos hechos por brazos lentos, memoriosos de sombras arrastradas desde el origen, sigilosas; de manos que atrapan insomnes maullidos visibles por el montaje en un sistema metafórico inhalado, irisado de verdes albercas, de fósiles atrapados en la roca, en el caracol incandescente del aire altísimo; en la palpitación prodigiosa de sonora, abismal soledad enroscada en el agua de gotas serpentinas, pletóricas, eufóricas sobre un mar desollado”, complementa Soto Ferrel.
Asimismo, el historiador José Gabriel Rivera Delgado apunta en otro texto de sala titulado: “Trans-firiendo el tiempo: exposición de Francisco Chávez Corrujedo”:
“El artista plástico posee una verdadera vocación por transmitir a través de su obra, su entorno natural y social y lo que esto conlleva. Francisco Chávez Corrujedo es un extraordinario ejemplo de ello. Tiene una fructífera trayectoria de más de cuatro décadas como artista plástico en nuestro estado. Su presencia ha sido permanente, constante, creadora, motivante, formadora. Es un personaje que ha sabido plasmar en sus lienzos, con firmeza intelectual, la problemática universal, regional y local, pero siempre con especial énfasis en el medio natural. Nativo del pueblo de Guanaceví, Durango, realizó parte de sus estudios básicos en Monterrey, Nuevo León”.
El historiador Rivera Delgado agrega: “Desde los años sesenta fue residente ocasional de Tijuana y a finales de los setenta, después de terminar sus estudios profesionales en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, decide residir permanentemente en esta ciudad fronteriza. Pero fue, sin duda, en ese hermoso pueblito duranguense donde encontró su vocación artística. Ahí, aprendió amar la naturaleza en sus diversas expresiones; en buena medida porque su casa era una huerta y su lugar de origen era el medio geográfico vinculado totalmente a la naturaleza. Es en ese contexto, donde el niño Francisco descubrió el primer impulso por elaborar dibujos de aves, plantas, paisajes y animales, como principal muestra de su creatividad. En su madurez artística, esa será su constante inspiradora en la mayor parte de su obra pictórica que tiene en su catálogo de pintor consolidado ya como Forjador de Baja California”.
“La trascendente trayectoria de Chávez Corrujedo, se puede sintetizar como uno de los pintores contemporáneos más importantes de la ciudad de Tijuana y del estado de Baja California. Su productividad artística está reflejada en más de cuatro décadas. Su presencia se destaca como pintor, muralista, escultor, conferencista, promotor cultural y profesor. Se desempeñó por 37 años como catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Tijuana, así como fundador del Taller de Artes Plásticas y maestro fundador de la Escuela de Artes de la misma Máxima Casa de Estudios; igualmente, por 26 años, fue maestro de educación artística en la Escuela Secundaria Técnica No. 1. Su obra se ha exhibido en distintas ciudades del país, así como en el extranjero, en más de 35 exposiciones individuales y más de 50 colectivas y, como miembro de la Corresponsalía Tijuana del Seminario de Cultura Mexicana, ha promovido la cultura en todas sus facetas además de haber presentado ponencias referentes al arte de Baja California y la educación artística y haber elaborado escritos, publicados en periódicos, revistas y libros de historia. En ese sentido, a Francisco Chávez Corrujedo se le reconoce su espíritu de sembrador tanto en jóvenes estudiantes como a un público en general, el interés, el conocimiento y la valorización hacia las manifestaciones visuales”, señala Rivera Delgado y continúa:
“Su principal visión como artista plástico, ha sido plasmar la riqueza de la naturaleza donde los elementos orgánicos, derivados de las plantas, los animales, los seres humanos, así como los paisajes del medio ambiente, forman el cúmulo de elementos para recrear y darle contenido a su obra. En todo ello hay un reflejo de su pensamiento, su sensibilidad hacia la vida, enraizado de sus orígenes nativos, sus antecedentes familiares, su formación escolar, sus experiencias de vida y su residencia en esta región fronteriza”.
“Toda su experiencia, sus influencias y sus aportaciones en el mundo de las artes plásticas, se resume en su obra evidenciada con las características particulares del color muchas veces intenso y sugestivo y en movimiento constante con la textura y la línea curva. En esta exposición titulada “Transfiriendo el tiempo” Chávez Corrujedo pretende sintetizar la diversidad de los elementos de la naturaleza y cómo se recrean a través del tiempo y el espacio”, concluye Rivera Delgado.
Y Fernando García Rivas en su texto “Transfiriendo el tiempo: Francisco Chávez Corrujedo y su pasión matérica por el color”, advierte:
“Siempre que me toca ver una exposición colectiva o individual en la que participa el maestro pintor Francisco Chávez Corrujedo, vuelvo a experimentar la sensación placentera que me provocan los grandes maestros de color y la forma, a la vez que prescinde de todo acabado académico. Desde que lo conozco, ya sea en su casa que hospitalariamente me ha abierto las puertas como una morada cómoda, o en Mexicali cuando viene a inaugurar una exhibición de arte, Chávez Corrujedo ha demostrado ser una persona sencilla, dedicada a su labor tanto en la docencia como en su producción artística personal. Cuando observé su pintura premiada en un concurso de artes plásticas de la UABC en 1990, ‘Locomoción’, descubrí a un pintor naturalista que lograba una combinación de los colores primarios y sus derivados (azul, amarillo, rojo verde, morado, negro) para conseguir impactar al ojo con esa extraña mezcla atmosférica de luz y sombras. Luego de experimentar con varios asuntos temáticos, como los músicos de jazz, los quijotes, equinos, las mariposas y toda esa combinación de elementos y seres vivos de la naturaleza representada en movimientos armoniosos, Corrujedo muestra en su más reciente exposición: Transfiriendo el tiempo, una variante al eterno tema de ‘La creación’”.
Continúa García Rivas: “Como en ciertas pinturas o mixografías del genial pintor oaxaqueño Rufino Tamayo, donde las formas o los temas parecen ser un pretexto para dar rienda suelta a su discurso cromático, de esa manera Corrujedo explora el espacio del lienzo o el cuadro para aplicar sus gamas y pigmentos con el mismo impulso creador que lo motiva. En esta su serie pictórica, la naturaleza juega un papel determinante en su mirada bifurcadora de lo abstracto con la pura figuración expresionista. El color es la materia prima detonante en la obra plástica de Chávez Corrujedo, ya sea si lo aplica con base en una textura de arenas y resinas que le otorgan volumen a un criadero de anfibios que surgen ‘Emergiendo’ con toda vivacidad de su entorno acuoso. Sin embargo, las obras que más lo identifican son, a mi gusto, ‘Atardecer’, acrílico sobre tela en la que se combinan escasos colores para representar, por medio de movimientos del pincel en ‘arabesco’ (‘figuras geométricas vegetales y patrones extravagantes que imita formas de hojas, flores, frutos, animales y que aparecen en las paredes de construcciones árabes’), el nacimiento de un ave-mariposa con la cabeza y el pico abierto esperando el alimento. Hay cuadros que me recuerdan el color intenso del pintor zacatecano Pedro Coronel; ‘En movimiento’ es una pintura abstracta con algunas semblanzas figurativistas en base a contrastantes colores cálidos y fríos, azules y naranjas y leves pinceladas de amarillo para destacar un territorio de aves, círculo de cielo, mar y tierra en poética conjunción. A esta línea pertenece ‘Primavera’, óleo sobre tela que deja ver su marcada obsesión plástica por los artrópodos, esos seres de alas tan delicadas que sólo con tocarlos se desintegran. En esta conjunción que habla sobre la vida en todas sus formas y manifestaciones, emergen en este laboratorio de la creación el incesante movimiento acuático de unas siluetas ‘Evolución’ revoloteando en una espiral de colores armónicamente contrastante”.
Concluye García Rivas: “Su ejercicio perspicaz de las formas que juegan entre sí le otorgan un dominio del espacio del lienzo, no importa si en él caben el juego de palabras en un ‘Despapaye’, el popular dicho mexicano para referirse al caos, el alboroto o el desorden, aquí sirve para mostrarnos una serie de papayas coloridas cortadas sin semilla que le sirven de pretexto al autor para crear una serie de gamas tonales que van del naranja, rojo, amarillo verdoso y azul. La obra que nos presenta en ‘Transfiriendo el tiempo’ es la reunión consumada de más de treinta cuadros de su reciente creación y es el resultado de toda una vida de trabajo, creando formas y colores siempre armonizando en su universo plástico que comparte con nuestra mirada atónita”.
“Trans-firiendo el tiempo” de Francisco Chávez Corrujedo permanecerá abierta al público en general en la Galería Internacional del CEART Tijuana, de lunes a sábado, de 10:00 AM a 5:30 PM, hasta febrero de 2023.