Pepito se está bañando y desde la regadera grita:
— ¡Mamá, ya no hay champú!
“Usa el mío entonces”.
— ¡No puedo!
“¿Por qué?”.
— ¡Porque dice que es para cabello seco, y ya lo tengo mojado!
* * *
Muy enojado, el padre de Pepito reclama:
— ¿Le dijiste a tu hermana que es tonta? ¡Ve y dile que lo sientes!
“Hermanita, ¡siento que seas tan tonta!”.
* * *
La profesora en clase:
— Pepito, has llegado tarde a la escuela toda esta semana. ¿Sabes lo que eso significa?
“Sí maestra, ¡eso significa que hoy es viernes!”.
* * *
Pepito llega contento a su casa:
“¡Mami, mami! Escribí una composición que conmovió a la maestra.
“¿En serio? ¿Cómo lo sabes?”.
— ¡Porque me dijo que daba pena!
* * *
El profesor se acerca a Pepito:
— Sabes muy bien que no puedes dormir en mi clase.
“Lo sé, profesor. ¡Podría dormir si no hablara tan alto!”.
* * *
Días después, el profesor felicita a Pepito:
— Me alegra ver que has mejorado la letra.
“Gracias, profe. Ahora va a poder ver lo mal que está mi ortografía”.
* * *
Con una sonrisa en la cara, Pepito exclama:
— ¡Mamá, mamá! ¡Aprendí a escribir!
“¿Y qué escribiste?”.
— ¿Cómo voy a saber? ¡Te dije que aprendí a escribir, no a leer!
Autor: Siempre Jaimito.
Elecciones en el Infierno
Una señora muere y llega a las puertas del Cielo, donde se encuentra con San Pedro:
“Bienvenida al Paraíso. Antes que te acomodes, te comento cómo es esto. Lo usual aquí, es hacerte pasar un día en el Infierno y otro en el Paraíso, y luego podrás elegir dónde quedarte por toda la eternidad”.
San Pedro la acompaña al elevador y baja hasta el Infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y delante del mismo están todos sus amigos y otros más. Todos bien vestidos y muy contentos.
Corren a saludarla, la abrazan y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un partido de golf y por la noche cenan juntos en el restaurante del club, con langosta como plato principal.
Comparten la noche con hermosísimos y liberales jóvenes muy bien portados. Se encuentra también al diablo, un tipo muy simpático que se divierte contando chistes y bailando.
La pasan tan bien que, antes que la mujer se dé cuenta, es hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y la saludan mientras sube al elevador.
Se abre la puerta y llega al Cielo, donde San Pedro la está esperando y le informa:
“Ahora es el momento de pasar un día en el Cielo”.
Así que ella pasa 24 horas saltando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Ya estaba aburrida cuando después del tiempo transcurrido, San Pedro va a buscarla:
“Ya pasaste un día en el Infierno y otro en el Paraíso. Ahora debes elegir para toda tu eternidad”.
La señora toma un momento de reflexión y responde:
“Bueno, el Paraíso ha sido descansado, pero creo que he estado mejor en el Infierno; elijo el Infierno”.
Así que San Pedro la acompaña hasta el ascensor y otra vez baja hasta el Infierno.
Cuando se abren las puertas del elevador, la mujer se encuentra en medio de una tierra desierta, cubierta de desperdicios. Ve a todos sus amigos tristes, vestidos con harapos, recogiendo inmundicias y metiéndolas en bolsas negras.
El diablo la alcanza y le pone un brazo en el cuello. La señora balbucea:
“No entiendo. Ayer estuve aquí y había bellos jóvenes, un campo de golf y un club. Comimos langosta y caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un lugar desértico, lleno de porquerías… y mis amigos parecen unos miserables”.
El diablo la observa, luego sonríe y dice:
“Ayer estábamos en campaña. ¡Hoy ya votaste por nosotros!”.
Autor: Anónimo de equis partido político de guinda.