Los asesinos de la periodista María Guadalupe Lourdes Maldonado López fueron beneficiados con un juicio abreviado y sentenciados a 20 y 24 años de prisión, luego de aceptar que cometieron el homicidio contra la comunicadora el domingo 23 de enero de este año.
Durante la audiencia celebrada este miércoles 26 de octubre de 2022, la cual estaba programada para las 9:00 horas, la juez de control Leticia Larrañaga Vizcarra sentenció a 20 años de prisión a Kevin Alberto Villarino y Erick Eduardo Contreras Ramos; mientras que para Guillermo Julián Castro Garzón la pena fue de 24 años.
Además del pago de 486 mil 950 pesos, como reparación del daño a la familia de la periodista. Esta sanción la obtuvieron luego de que la Fiscalía General del Estado promoviera la figura jurídica del juicio abreviado, donde los implicados aceptaron los cargos y se les benefició con la tercera parte de la condena mínima por el delito de homicidio calificado con ventaja.
Como la parte ofendida, se encontraba el hermano de la periodista, Óscar Hugo Maldonado López, quien aceptó los términos del juicio abreviado y la condena contra los atacantes de su hermana. De igual manera estuvieron de acuerdo los tres defensores privados, el asesor jurídico y el defensor público de los ahora sentenciados.
Durante poco más de cinco horas que duró la audiencia el fiscal especial estatal del caso, Atalo Machado Yépez, dio lectura a las pruebas con las que contaba la FGE para culpar a Castro Garzón, de ser el asesino material de la comunicadora y a Alberto Villarino y Eduardo Contreras coautores del homicidio.
De acuerdo con lo presentado por el fiscal Erick Eduardo Contreras transportó en el taxi libre que rentaba desde diciembre a Guillermo Julián Castro y a Kevin Alberto Villarino al domicilio de Lourdes Maldonado, ubicado en la privada Chalco del fraccionamiento Las Villas en Tijuana.
La esperaron por 15 minutos y cuando la comunicadora de la tercera edad se encontraba estacionando su auto frente a su domicilio, Castro Garzón, de 22 años, le disparó a la altura del cuello desde afuera del auto, quebrando el vidrio del conductor; el asesino corrió al taxi donde lo esperaban y huyeron del lugar.
En el proceso del desahogo de las pruebas y el análisis de la juez para sentenciar a los ahora privados de la libertad en el centro de reinserción social de La Mesa en Tijuana, los tres estaban riéndose, chocando sus puños e incluso Kevin Alberto Villarino hacía la mímica de cómo se guardaban el arma y cómo fue el disparo, mientras la juez leía.