Nutrido de un programa que abraza la diversidad del cine mexicano, e incluye el estreno latinoamericano de “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades”, de Alejandro G. Iñárritu y “Pinocho”, de Guillermo del Toro, el Festival Internacional de Cine de Morelia celebra su vigésimo aniversario, del 22 al 29 de octubre
Colocando a México como plataforma de proyección, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) encontró su vocación abrazando la diversidad fílmica mexicana, abriendo el abanico para sectores artísticos y fortaleciendo una industria creativa que se reunirá en la Capital michoacana del 22 al 29 de octubre para celebrar el vigésimo aniversario del encuentro cinematográfico, puente para realizadores y espectadores que disfrutarán de la exhibición de 59 cortometrajes, cinco documentales, once obras michoacanas y 10 largometrajes mexicanos: “Días borrosos”, de Marie Benito; “Dos estaciones”, de Juan Pablo González; “La hija de todas las rabias”, de Laura Baumeister; “Huesera”, de Michelle Garza Cervera; “Manto de gemas”, de Natalia López Gallardo; “El Norte sobre el vacío”, de Alejandra Márquez Abella; “Ruido”, de Natalia Beristaín; “Santa Bárbara”, de Anaïs Pareto Onghena; “Trigal”, de Anabel Caso; y “Zapatos rojos”, de Carlos Eichelmann Kaiser.
En medio de la euforia festiva, Cuauhtémoc Cárdenas, vicepresidente del FICM, dialogó con ZETA para puntualizar el abandono presupuestal por la cultura.
“No se trata de esta administración, sino de décadas de abandono. La Unesco sugiere que los gobiernos presupuesten el 2% del Producto Interno Bruto a la cultura, y en México es 20 veces menor a ello, cuando es más que necesario que se amplíe el derecho de acceso a la cultura, que sea proporcional, y también sea un acto de justicia hacia un sector protegido por los derechos de autor, esas empresas que son nuestros embajadores y que generan riqueza, empleos, además, una rentabilidad social que no se refleja en dinero, sino en mejoramiento en la calidad de vida, felicidad, salud emocional, procesos de convivencia y oportunidades de desarrollo”, reflexionó.
“Asimismo, nos ayuda a tener un mejor espíritu y alma del país. La cultura debe ser tomada en cuenta por igual que el cuidado ambiental, desarrollo sustentable, inclusión social y el crecimiento económico”, agregó Cárdenas.
Respecto a la salud de un encuentro fílmico que genera una derrama económica 10 veces mayor a lo que el Estado invierte en él, “quisiéramos llegar a más salas, municipios y comunidades, tener actividades académicas durante el año, pero vamos viento en popa, con buena salud. Hace 20 años solo teníamos ‘Nicotina” con Diego Luna para inaugurar el festival (2003), hoy, vemos cómo la industria recobró otro nivel, y luego de que el cine fungiera como una parte sanadora durante la pandemia, éste tuvo una revaloración, sin embargo, dependemos de apoyos fiscales, por ello buscamos generar utilidad que permita seguir produciendo y tampoco depender de plataformas que han traído dinero para coproducir”, afirmó el vicepresidente del FICM.
“Sin embargo, no es cine porque no hay profundidad y el entretenimiento no está peleado con la calidad, lo que pelea con la calidad es la prisa, la necesidad o creencia de explotar fórmulas, de hacer cosas desechables. Al final permanecerá la calidad, sería importante que con el presupuesto del Instituto Mexicano de Cinematografía se construyan circuitos de distribución en salas de cine, y también destaco que el 80% de los largometrajes mexicanos en competencia son dirigidos por mujeres, hay gran avance, pero habrá que celebrar por completo cuando se igualen los salarios, se entienda en la industria del cine que deben exisitir licencias de maternidad, y ajustarnos a las realidades”, precisó.
En referencia a la programación de FICM, “la migración es uno de los retratos más constantes, al igual que la violencia y la violencia de género que, después de años de relacionarnos con ella, llegamos con otro enfoque más maduro en términos de cómo se presentan estas historias, creo que el público ha ido creciendo, y por tanto, la juventud con otros valores entiende el tema de manera más abierta, más liberal, con mayor respeto, inclusión, mucho más intolereante con la intolerancia, y eso nos enseña a nosotros”.
La programación del FICM incluye proyecciones virtuales en Cinépolis Klic, Canal 22 y FilminLatino, y en cuanto a estrenos internacionales, sobresale la exhibición de “Triangle of Sadness”, de Ruben Östlund, ganadora de la Palma de Oro del pasado Festival de Cine de Cannes; “Alcarràs”, de Carla Simón, la cual mereció el Oso de Oro del Festival de Berlín; así como las nacionales “El sueño de ayer” (Emilio Maillé), “Pasitos a la fama” (Carlos Carrera), “El poderoso Victoria” (Raúl Ramón), “El grosor del polvo” (Jonathan Hernández) y “Maquíllame otra vez” (Guillermo Calderón), sin olvidar el tributo al realizador mexicano Alejandro Galindo y la presentación del Foro de los Pueblos Indígenas.