“Lo más preocupante es la militarización del país”, expresó a ZETA el narrador que acaba de publicar su libro de cuentos “Lealtad al fantasma”, bajo la edición de Alfaguara
La crueldad, adulterios tragicómicos y lo fantástico es lo que caracteriza a la colección de cuentos “Lealtad al fantasma” de Enrique Serna, editada este año por la editorial Alfaguara. “Casi todos los cuentos los escribí durante la pandemia, con excepción del último, ‘Lealtad al fantasma’, que lo escribí por ahí del 2016 o 2017. Son ideas que se me habían ido ocurriendo mientras yo escribía ‘El vendedor de silencio’”, expresó Enrique Serna en entrevista para ZETA.
DE LO FANTÁSTICO
Un profesor enamorado de una alumna es chantajeado por un estudiante cuya historia da un giro tan inesperado como fantástico; una pareja protagoniza sus melodramas maritales mientras está de por medio una mascota, que podría decidir el rumbo de ambos; un ombusdman es engañado por su médico que quiere quedarse con su esposa. Esos son solo algunos de los argumentos de los cuentos que propone Enrique Serna en “Lealtad al fantasma”.
Un elemento que caracteriza a dos cuentos (“El anillo maléfico” y “Lealtad al fantasma”), de los siete que integran la colección, es lo fantástico.
“Mira, yo, cuando era chavo, me inicié justamente escribiendo cuentos fantásticos. Mis autores de cabecera en aquel tiempo eran Edgar Allan Poe, Lovecraft, H. G. Wells, y en mis primeros esbozos como escritor yo trataba de imitarlos. Entonces, creo que esto es hasta cierto punto un regreso a mis orígenes, que ya también había andado por ese camino en ‘La ternura caníbal’ (Páginas de Espuma, 2013), donde hay un cuento, ‘El converso’, que también es un cuento fantástico”.
— ¿Podrías hablarnos de este elemento fantástico en tu cuento realista “El anillo maléfico”, que da un giro o vuelta de tuerca fundamental a la narración?
“Un giro negro, diría yo. Hay un juego metaliterario ahí donde el personaje habla con su autor, discuten cuál va a ser el rumbo de su historia y finalmente el autor complace al protagonista, haciéndole lo que le pedía. Yo introduje esa bisagra en el cuento, que lo divide en dos partes, porque quería contar dos posibilidades de esa historia: una, la de un pecador que sucumbe a la tentación y eso lo mete en un conflicto espantoso; y otra, la de un hombre que se resiste a la tentación heroicamente. Y ver en los dos casos hacia dónde lo llevaba eso. Yo tenía en mente a dos poetas, William Blake y Blanca Varela, porque William Blake dice: ‘El que desea, pero no actúa, engendra pestilencia’. Y Blanca Valera dice: ‘No sabes cuánto me arrepiento de mis virtudes’. En cuanto a ‘El anillo maléfico’, va por esa línea porque mi protagonista es un personaje que primero sufre por arrepentirse de haber pecado y después por arrepentirse de no haber pecado”.
DEL MELODRAMA AL CUENTO CRUEL
En “Lealtad al fantasma”, Enrique Serna entrega relatos que pasan del melodrama a la tragicomedia, la crueldad, el humor negro y la ironía.
“En ‘Lealtad al fantasma’ hay más bien historias de adulterios y una historia de amor, que es ‘Abuela en brama’, pero no tienen un tratamiento melodramático; al contrario, el género de estas narraciones es el cuento cruel, que nació como una reacción contra el sentimentalismo que imperaba justamente en los melodramas en el siglo XIX. En los melodramas nos incitan a simpatizar con el bien, a creer que tenemos compasión, sentimientos nobles y que el mal no puede anidar dentro de nosotros”, contó Serna, quien de hecho recordó cuando escribía melodramas para la televisión:
“En el siglo XIX, autores como Villiers de L’Isle-Adam, Baudelaire, Oscar Wilde, y más adelante en el siglo XX muchos otros como, por ejemplo, Kafka, Virgilio Piñera, Rubem Fonseca, se encargaron como de arrojar un balde de agua helada a esos valores melodramáticos exactamente. Yo leí a estos autores cuando tenía alrededor de 25 años y fueron un gran deslumbramiento para mí, en parte porque yo en ese tiempo había sido argumentista de telenovelas en donde -ahí sí- estábamos obligados al género del melodrama; pero en mis cuentos lo que yo he tratado es tener una compenetración emocional con los personajes, aunque al mismo tiempo un distanciamiento irónico. Entonces, yo creo que si se trata de compararlos con algún género dramático, yo más bien diría que son comedias condensadas”.
“LO MÁS PREOCUPANTE ES LA MILITARIZACIÓN”
La cruenta realidad del país asoma generalmente en los cuentos de “Lealtad al fantasma”, de Serna. Por ejemplo, en ‘Abuela en brama’ se lee: “La democracia que supuestamente debía acabar con la corrupción, solo había logrado fortalecerla”; o en “El blanco advenimiento”: “Nadie quería vivir en una ciudad con el primer lugar nacional en secuestros y feminicidios”.
— ¿Por qué es importante para ti reflejar en tus cuentos la realidad del país?
“Mis personajes no viven en el limbo; viven en un sociedad y en un contexto social precisos, y eso a veces influye en la evolución de las historias. Por ejemplo, en “Abuela en brama’, esta pareja formada por una dama burguesa, otoñal, y un poeta proletario, pues la historia ocurre durante la campaña electoral de 2018, después de la victoria de López Obrador; entonces ellos están en una ciudad dividida en bandos antagónicos y ninguno de los dos encaja en el mundo del otro, y eso finalmente va a pesar mucho sobre ellos. Yo en ese cuento no expreso ninguna opinión política; me limito a mostrar cómo está la situación, a tomar una fotografía de cómo es la sociedad mexicana de esa época, porque yo creo que la ficción no es un buen instrumento para expresar opiniones políticas, para eso hay otras tribunas que son mejores, como el artículo de opinión, por ejemplo”.
— ¿Qué es lo que más te preocupa del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador?
“Lo más preocupante es la militarización del país y la expansión del crimen organizado, que ahora ya está controlando muchas actividades económicas: el aguacate en Michoacán, el camarón en Sonora y Sinaloa, el agua en algunas partes de Guerrero, y eso es verdaderamente muy preocupante, porque significa que el crimen organizado es un pulpo que tiene cada vez más tentáculos. Ante esto el Presidente López Obrador, realmente, como no tiene ninguna estrategia, quiere que el Ejército pase a controlar la seguridad pública, que la Guardia Nacional pase a formar parte del Ejército y, bueno, ahora han surgido muchos juristas que están escandalizados por este atropello a la Constitución; pero a mí realmente me escandaliza mucho más que él quiera seguir aplicando una misma receta que ya fracasó estrepitosamente en los sexenios de Calderón y de Peña Nieto”, concluyó el autor.