Un “grupo internacional de hackers”, auto denominados Guacamaya, obtuvieron al menos 6 terabytes de información confidencial, a través de correos electrónicos (que incluye textos, archivos adjuntos, cartas, videos), alojados en servidores la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) mexicana, que datan desde el año del 2016 hasta septiembre del 2022.
La información fue compartida por los denominados “hacktivistas” al medio digital Latinus, que la dio a conocer la noche del 29 de septiembre del 2022, a través del programa semanal que conduce el periodista Carlos Loret de Mola Álvarez, quien calificó como “la más grave vulneración a la ciberseguridad del Gobierno de México en su historia”.
Entre la información -que fue testada en algunas partes por Latinus-, destacan informes de inteligencia que detallan la verdadera condición de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, según dicha versión, estaría enfermo de padecimientos como “angina inestable de riesgo alto”, gota e hipotiroidismo.
Según lo indica la tarjeta informativa 0037, citada por Latinus y diridida a Luis Cresencio Sandoval González -titular de la SEDENA-, el 2 de enero del 2022, la ambulancia aérea G450, matrícula 3915, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Palenque, Chiapas, para trasladar al mandatario nacional al Hospital Central Militar de la Ciudad de México, acompañado de su esposa, Beatríz Gutiérrez Müller y del hijo de ambos, Jesús Ernesto López Gutiérrez.
Loret de Mola Álvarez citó una serie de documentos confidenciales -los cuales no mostró-, que indicaban que ese mismo día, el político tabasqueño tuvo que ser monitoreado, canalizado y medicado, antes de volar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez (AICM), desde donde fue trasladado, “de inmediato”, en un helicóptero Black Hawk UH-60M, matrícula 1075, a las instalaciones del Hospital Central Militar, “con diánostico grave”.
El periodista enfatizó que Latinus testó “para proteger la identidad de médicos militares y particulares” que atendieron al titular del Poder Ejecutivo Federal. Luego, citó el número de tarjeta SIIO/0036, del Grupo de Servicios Especiales de la Policía Militar, se describe que López Obrador fue diagnosticado con “anguina (sic) inestable de riesgo alto”. Según Loret de Mola Álvarez, este es “un preocupante mal cardíaco”, que puede provocar infartos.
Latinus recordó que después de este episodio, al presidente le tomaron muestras de sangre y de labotario en el Palacio Nacional. Una semana después, el 10 de enero del 2022, el político tabasqueño anunció que estaba contagiado de COVID-19, pero omitió mencionar algo respecto al traslado de emergencia, ni del diagnóstico con cáracter de grave que le habían dado los médicos militares y particulares.
Según reveló Loret de Mola Álvarez, entre ese día y hasta el 20 de enero del 2022, el mandatario nacional tuvo al menos 10 consultas médicas, entre ellas la de su cardiológo particular, Patricio Heriberto Ortiz Fernández. Luego, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) informó que, el viernes 21 del mismo mes y año, a López Obrador se le realizó un cateterismo, el cual arrojó que el corazón y las arterias del mandatario se encuentran “funcionando adecuadamente”, por lo que no fue necesario realizar ningún otro tipo de intervención.
A través de un comunicado de prensa, la institución -cuyo titular ya era Adán Augusto López Hernández- señaló que el procedimiento duró alrededor de 30 minutos y que tuvo inicio a las 16:30 horas del 21 de enero del 2022, como una medida preventiva ante los problemas de salud que tuvo el mandatario nacional en años pasados.
“Por los antecedentes del señor presidente, se le realizan estudios preventivos cada seis meses (laboratorio, electrocardiograma, prueba de esfuerzo y/o tomografía) por los resultados de su último chequeo, el equipo médico que lo atiende consideró necesario realizar un cateterismo cardiaco”, explicó la SEGOB en un comunicado, en el cual también indicó que el político tabasqueño se encontraba “en perfecto estado de salud”.
Después de 11 días de haber dado positivo al coronavirus SARS-COV-2 (que causa la enfermedad COVID-19), el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó, el viernes 21 de enero del 2022, al Hospital Central Militar de la Ciudad de México, de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Ello para ser sometido a una revisión rutinaria, según lo informó Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República.
“Esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó al hospital central militar de la @SEDENAmx para llevar a cabo una revisión médica de rutina programada”, dijo el funcionario federal, en su cuenta de la red social Twitter. El mandatario nacional, de 68 años de edad, acababa de reponerse de su segundo contagio de COVID-19, además de que tiene problemas cardíacos, derivado del infarto agudo de miocardio que sufrió en 2013 y por el que fue hospitalizado.
Después de rememorar todos estos sucesos, Loret de Mola Álvarez reveló que tras dicha hospitalización, el presidente recibió al menos 28 terapias físicas. Luego, citó la tarjeta informativa número SIIO/4955, dirigida al titular de la SEDENA, que indica que, el 21 de septiembre del 2021, el político tabasqueño acudió al Hospital Central Militar en la capital de la República, para recibir atención médica en las siguientes especialidades: reumatología; ortopedia; radilogía; y laboratorio, resultando el diangóstico de que padecía “gota”, una forma de artritis caracterizada por dolores agudos, enrojecimiento y sensibilidad de las articulaciones.
Los médicos militares recetaron medicamentos para dicho padecimiento a López Obrador, quien, sin embargo, no los aceptó. Sólo permitió que le prescribieran terapias físicas y rehabilitación. Luego, el 22 de diciembre del 2021, acudió al mismo Hospital Central Militar, donde al mandatario nacional le diagnosticaron hipotiroidismo -afección en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea-, para el cual, le recetaron sustitución hormonal con levotiroxina.