A inicios de año se dio un fuerte aumento del costo de la vida, que alcanzó cerca del 7 por ciento; ante tal situación, el aumento de salario del 2022 no tuvo efecto significativo, cuando aún hay trabajadores sin el cambio de salario. Esto implicó mayor carestía para los trabajadores, afectados con la pérdida de prestaciones y condiciones laborales durante la pandemia. Esto ha obligado a disminuir el consumo de algunos productos y servicios, así como trabajar aún más horas para mantener sus ingresos reales. A mitad del año la inflación es considerada como incontrolable; actualmente ronda el 7.5, pero se prevé llegará al 10 por ciento a finales de año. La canasta básica se disparó hasta en un 27 por ciento; ello resiente el bolsillo de las familias trabajadoras.
Esta situación se origina en el sistema capitalista, sometido a la anarquía del mercado y a periódicas crisis económicas. No obstante, la pandemia sí acrecentó la crisis, y ahora un nuevo elemento del panorama internacional ha profundizado la precariedad: la guerra imperialista que se desarrolla en Ucrania, la primera de múltiples conflagraciones por venir. Un solo ejemplo: el costo del trigo se duplicó; con ello el costo del pan y las pastas, que diariamente están en las mesas de la clase obrera y sus familias.
El Presidente de México, luego de negar continuamente el problema de la inflación, decidió medidas para intentar contener la escalada de precios. Esto significa reconocer el problema, pero es un intento que hasta ahora no ha surtido efecto real sobre la situación cotidiana de los trabajadores, que -previsiblemente- no frenará el deterioro de la situación de la clase obrera y los sectores populares de México. La propuesta implica la fórmula de los gobiernos burgueses anteriores para sortear periodos de crisis: unidad nacional, conciliación de clase, pacto obrero-patronal; sobre la cual la historia nos dice debemos rechazar.
El llamado paquete contra la inflación y la carestía sirve a los monopolios tanto con las medidas que anuncia como con las que omite: impedida toda determinación de fondo en favor de los trabajadores, la gestión socialdemócrata destinará grandes sumas de dinero para elaborar o abaratar insumos necesarios para la producción privada de mercancías y reducir costos de producción; con ello incentiva más la especulación y el crecimiento en las ganancias de los monopolios, a costa de la clase obrera, de los sectores populares.
El deterioro en las condiciones de vida no deriva excepcionalmente del gobierno de López Obrador; la crisis tiene origen en el sistema capitalista de explotación. Las medidas paliativas que toma ahora Morena, o las que propondría cualquier otro partido político burgués (PRI, PAN, PRD, MC, etc.) aunque pudieran variar, serían igual de inefectivas, pues tanto el “gasolinazo” bajo el gobierno de EPN como la actual subida de precios con AMLO, expresan una política antiobrera y antipopular, que solo favorable a los monopolios.
Lo evidente es la incapacidad de cualquier gestión o gobierno burgués para hacer frente a los grandes problemas nacionales que padecen los trabajadores. Los trabajadores solo pueden confiar en sus propias fuerzas para cambiar la creciente situación de pobreza, no deben tener expectativa en la gestión actual o en las anteriores.
La desmovilización, la falta de organización en que el actual gobierno sumió a organizaciones y sectores de trabajadores, se desmoronarán ante la creciente pauperización. Se están dando condiciones necesarias para que los trabajadores hagan patente el creciente descontento y malestar que les aqueja, y se abran a una propuesta política que verdaderamente responda a sus intereses, la que no puede ser otra que un poder obrero y de todos los trabajadores que ponga a su servicio la riqueza hoy en manos de monopolios.
El PCM considera que el fracaso del actual gobierno es ya una certeza; es necesario que la clase obrera, trabajadores precarizados e informales, desempleados, juventud, mujer trabajadora, campesinos pobres, todos los trabajadores, pasen de la pasividad y la expectativa en el actual gobierno a su crítica y confrontación; de la pasividad actual a la ofensiva contra los monopolios y cualquier forma de gobierno burgués.
¡Responder a la subida de precios por los monopolios, con la ofensiva de la clase obrera! ¡No más confianza en el gobierno de López Obrador! ¡Ni un trabajador más en situación de hambre y miseria!
Atentamente,
Bernabé Guzmán, Partido Comunista de México
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