Cifras oficiales y estatales coinciden en un
aumento de casi el 20% en arribo de
cruceros comparando el primer semestre
de 2019 (pre pandemia) con 2022. Sin
embargo, ambas instancias reconocen que
han descendido de los buques entre 52 mil
y 74 mil cruceristas menos. Falta de oferta
y confianza, principales causas para no
descender: Canaco
Las cifras de arribos de cruceros y descenso de pasajeros en el Puerto de Ensenada se tornan engañosas, pues mientras se resaltan alrededor de 27 arribos más en el primer semestre de 2022 en comparación con el de 2019, los cruceristas que dejan los barcos para conocer la ciudad ha tenido una drástica caída de entre 52 mil y 74 mil menos.
Falta de oferta atractiva para los cruceristas, miedo a quedar aislados en México en caso de enfermar de COVID, pedigüeños y abusos en locales comerciales, son algunas de las situaciones que ha detectado la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Calle Primera, símbolo de la actividad turística en la ciudad.
Un comparativo de arribo de cruceros reportado por el Puerto de Ensenada de enero a junio 2019 y el mismo periodo del año en curso, arrojó que el arribo de grandes buques turísticos ha aumentado de 140 a 167, es decir, 27 más.
Con cifras de 2019 (pre pandemia), Ensenada se ubicaba en tercer lugar nacional en arribos de cruceros, por detrás de Cozumel y Mahahual, con más de 600 mil pasajeros.
En eso coincide la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, al contabilizar la llegada de 674 mil 469 pasajeros en 269 arribos durante el mismo año, superando a puertos como Cabo San Lucas en Baja California Sur y Puerto Vallarta, Jalisco.
“Gracias a la recepción de cruceros turísticos en nuestro país en 2019, la Organización Mundial de Turismo clasificó a México en séptimo lugar de llegada de estos cruceros y el decimosexto en ingreso de divisas por el turismo de dichas embarcaciones”, celebró la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante.
En la misma tónica, el estudio Indicadores Turísticos 2022 Primer Semestre de la Secretaría de Turismo de Baja California, dado a conocer el lunes 8 de agosto, indica que al cierre del primer semestre del año corriente, el Puerto de Ensenada registró un incremento en el arribo de cruceros, pasando de 140 hace tres años, a 167 durante 2022, con un incremento de 19%, registrando la primera tendencia positiva tras la caída de este indicador desde 2019.
Sin embargo, en las gráficas del Gobierno de México poco se habla y/o reconoce que la caída de pasajeros va en picada. Las mismas cifras oficiales del Puerto de Ensenada establecen que en 2019 llegaron 356 mil 332 personas, mientras que en 2022 han sido 282 mil 135, lo cual representa una disminución de 74 mil cruceristas.
Por su parte, el estudio del gobierno estatal es claro al señalar que “en pasajeros desembarcados aún no se logra superar cifras de 2019, ya que al cierre del primer semestre sumaron tan sólo 200 mil 316 los pasajeros desembarcados” (52 mil 993 menos).
Mientras el arribo de cruceros ha aumentado un 19%, en cifras del gobierno estatal, los pasajeros desembarcados registran -21%. Tanto en cifras totales como porcentajes, se repite la fórmula: más cruceros, menos pasajeros desembarcados, menos gasto y derrama en esta actividad.
UN CRUCERO DE ANTES VALÍA TRES DE AHORA: PRESIDENTE DE CANACO
Rafael Chávez, quien preside la Cámara Nacional de Comercio en Ensenada, lo tiene claro: “Llegan más cruceros, es cierto, pero, por ejemplo, un crucero de los de antes valía por tres de los de ahora”.
En su opinión, los cruceros de este año llegan al puerto con entre 700 y 800 ocupantes, de los cuales desciende aproximadamente el 40% y se los “pelean” los guías de turistas.
A unos los llevan a La Bufadora, a otros al Valle de Guadalupe y otros son dejados en Calle Primera, “pero no ves la derrama en la Primera, seguimos trabajando en un nivel medio-bajo”, sostiene el titular de Canaco Ensenada.
Con el regreso de los cruceros, a partir de septiembre de 2021, volvieron los niños pedigüeños y vendedores sin permiso que ofrecen mercancía igual o similar a los negocios establecidos que se convierten en competencia desleal, ante la acción de sólo dos inspectores municipales para toda la calle.
“Con los niños pedigüeños no puedes hacer casi nada porque, en caso de quererlos retirar, los mismos turistas se oponen, igual los locales; en el caso de quienes venden pulseritas sin permiso, tampoco puedes echarles a la Policía, lamenta Chávez.
Otro problema es el pago de rentas en dólares: “Todo mundo se quedó acostumbrado a cobrar (en dólares) en el tiempo en que esto era bonanza y ahora esto está en vías de extinción”.
A ello hay que sumar, apunta, que los estadounidenses que llegan en crucero temen contagiarse de COVID y ser aislados en nuestro país. Otro problema es el de la música a muy alto volumen en los bares a pie de banqueta.
“Al turismo norteamericano dale cosas que no conozca, que no tenga; aquí las tenemos, pero nadie quiere invertir, todo mundo quiere ganar con los bares y cantinas. A final de cuentas estamos agarrando pennys y dejando los dólares, porque mientras más atractiva hiciéramos la ciudad, más turistas vendrían”, reflexionó el líder del comercio organizado, para rematar:
“Sinceramente nos hace falta hacer una introspección de qué hay en Ensenada, qué les podemos ofrecer (a los cruceristas)”.
Si bien, no se trató de un crucerista, el 2 de agosto, un visitante de Tijuana fue agredido por una persona en situación de calle mientras caminaba por Calle Primera y Macheros.
Policías que atendieron el reporte encontraron a la víctima, de unos 60 años, tendido en el piso y ensangrentado, ya que, de acuerdo con su versión, otro masculino le propinó un golpe en la cabeza con un barrote y huyó. El turista tuvo que ser trasladado a un hospital para recibir atención médica.