— Doctor, ayúdeme. ¡Dígame qué tengo!
“Con esa cara, ¡espero que don de gente!”.
Autor: Un lector simpático.
Sobrevivir a 2022
Luego de sumar, restar, multiplicar y hacer mil maromas con números, un esposo termina una cuenta e informa a su mujer:
“Amor, ya encontré la manera de sobrevivir a 2022 con mi salario y la inflación, sólo que tiene algo malo… ¡Uno de los dos se tiene que ir de la casa!”.
Autor: Cualquier mexicano.
Súper poderes
Le preguntan a un mexicano:
— Si pudieras escoger un súper poder, ¿cuál escogerías?
“¡El adquisitivo!”.
Autor: Otro mexicano.
Administrador comunitario
— Me contrataron como community manager en un barco pesquero.
“¡Qué raro! ¿De community manager?”.
— Sí. ¡Soy el encargado de llevar las redes!
Autor: Un miembro de la Generación Z.
Petición al hada madrina
— Si se te apareciera un hada madrina con su varita mágica y te dijera que pidas un deseo, ¿cuál sería?
“¡La varita, ¡obvio!”.
Autor: Anónimo de Redacción.
Se solicita dependienta
— Hola, vengo por el anuncio de “Se solicita dependienta”.
“Ahí está en la pared. Puede llevárselo”.
— Gracias, ¡me encanta ese anuncio!
Autor: Anónimo de una universidad.
Café frío
Un sonso entraba todos los días a la cafetería y preguntaba:
— Buenas, señor. ¿Tiene café frío?
“No, sólo hay café caliente”.
Fueron semanas enteras que el bobo entraba y preguntaba día tras día:
“Buenas, señor. ¿Tiene café frío?”.
Y la misma respuesta del paciente dependiente:
“No, sólo hay café caliente”.
Un día el hombre decide quitarse al bobo de encima con tanta pregunta, así que enfría un café al punto de dejarlo casi congelado. Preciso, a la misma hora de siempre, como todos los últimos días, entra y pregunta:
“Buenas, señor. ¿Tiene café frío?”.
Contento, el dependiente contesta:
“Sí, ¡sí hay café frío!”.
Y el tontín:
“¿Me hace el favor y me calienta uno?”.
Autor: Un adicto a la cafeína.
Chaqueta a la medida
Una esposa reprocha a su marido:
— ¡Cómo te atreves a decirme que no he adelgazado! Mira, esta chaqueta hace años no me la pongo, ¡me queda apenas!
“Amor, ¡es la tienda de campaña!”.
Autor: Un nutriólogo.
Lo que comen los animales
La profesora pregunta a Pepito:
— ¿Cómo se llaman los animales que comen hierbas?
“Herbívoros”.
— ¿Y los que comen carne?
“Carnívoros”.
— ¡Muy bien! ¿Y los que comen de todo?
“¡Los ricos!”.
Autor: Un niño de la 4T.
En la carnicería
— ¡Su carne tiene hormonas, señor carnicero!
“¿Cómo lo sabe, señor?”.
— ¡Señorita!
Autor: Mejor así lo dejamos.
Canción en misa
El cura dice en la iglesia:
“Hermanos, estamos en plena misa, así que quiero complacer a cualquier hermano o hermana que quiera que cantemos una canción”.
Un hombre levanta la mano y exclama desde la banca que ocupa:
“Padre, quiero que cantemos la canción de la democracia. ¡Esa me gusta mucho!”.
— ¿La canción de la democracia? Esa no la conozco.
“Cómo que no la conoce, Padre. La canción de la democracia la cantan todos los domingos, es más, ¡fue aquí donde la aprendí!”.
— Pues no la recuerdo, hijo, pero si quieres tararéala un poco para que la recordemos.
“¡Claro! La canción de la democracia dice así: ‘Demo-cracia al Señor, demo-cracia, demo-cracia por su amor!’”.
Autor: Un morenista… ajá.
Nuevo Testamento
Aterrado por la visita del anciano ricachón del pueblo, el pastor le pregunta:
— ¿Qué lo trae por aquí?
“Me casé con una mujer joven que debe ser cristiana, porque ¡se la pasa preguntándome por el Nuevo Testamento!”.
Autor: Un viudo.
San Pedro
Tocan a la puerta del Cielo. De adentro pregunta San Pedro:
— ¿Quién es?
“¡Necesito ver a Jesús!”.
— No está.
“Usted como siempre, Pedro, ¡negándolo!”.
Autor: Un cristiano.
Endeudado
Cansado de sus deudas un hombre decide suicidarse. Sube al edificio más alto de la ciudad y, cuando está a punto de tirarse, un tipo se lanza sobre él y se lo impide, mientras le dice “me debe la vida”, a lo que contesta llorando:
“Ay, Dios mío, ¡otra deuda más!”.
Autor: Anónimo de Starbucks.
Olvidadiza
Odio cuando estoy en misa, me paro a comulgar y no me acuerdo dónde estaba sentada. ¡Luego me toca sentarme con otra familia e iniciar una nueva vida!
Autor: Alguien que pernocta en Rosarito.
Carlitos
En una conversación con sus amigas, una mujer dice:
“Para tener 32 años, mi hijo es un hombre muy maduro, ¿verdad, Carlitos?”.
El hijito responde:
“Mira mami, ¡con este frío parece que fumo!”.
Autora: Una madre alcahueta.
Futuro
— ¿De qué te gustaría trabajar?
“De lo que haiga”.
— Y ¿seguir estudiando no quieres?
Autor: Anónimo de otra universidad.
En chino
— Señorita Miss República, ¿sabe algo de chino?
“Sí. Soy muy buena en el chino”.
— ¿Mandarín?
“No, gracias, ¡la fruta a esta hora me causa gases!”.
Autor: Anónimo de un concurso de belleza.