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domingo, octubre 27, 2024
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IP: Iniciativa Privada o Iniciativa Permisiva

De ser oposición en 2017 contra los polémicos proyectos de Francisco Vega de Lamadrid, ahora los empresarios se envuelven y mimetizan con los simpatizantes de la gobernadora Marina Ávila Olmeda

Hay una gran diferencia entre ser una oposición responsable a una oposición complaciente, puesto que la primera busca cuestionar lo que se encuentra mal y construir en lo positivo, y la segunda se convierte en comparsa. Pero en Baja California, tanto la política como el empresariado, recaen en el segundo punto.

En 2017, la administración de Francisco Vega de Lamadrid comenzaba con la fiebre social que provocaría la convulsión de su gobierno. Entre proyectos polémicos -algunos con evidente corrupción y tráfico de influencias- y la falta de liquidez ocasionada por el mal uso de recursos públicos, la última administración estatal panista sufrió descalabro tras descalabro, encontrando en los movimientos sociales y la férrea postura del empresariado, un fuerte opositor que desestabilizó su dirección, al grado de “derribar” gran parte de sus planes.

Día tras día, Mario García Franco, Rodrigo Llantada, Juan Manuel Hernández Niebla, Kurt Honold, Octavio Sandoval López, entre otros, cuestionaban proyectos como las desaladoras de Rosarito y Ensenada, además del C5i, ofreciendo ayuda abierta para solucionar el “boquete financiero” que dejaba el gobierno kikista.

Mediante amparos, cabildeo, foros y conferencias de prensa, fueron lo suficientemente fuertes para oponerse a la gestión panista, la cual se encontraba en llamas y sin la capacidad de hacerse de un solo aliado.

Hoy, el empresariado no sólo está desactivado, sino que además es complaciente, dócil. Algunos de los mencionados se han vuelto aliados de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, como Rodrigo Llantada, quien incluso participó en las mesas de transición de la mandataria estatal, y otros hasta colaboradores, como Kurt Honold.

Empresarios como Mario García Franco o Juan Ignacio Guajardo, entre otros que abiertamente apoyaron a otras ofertas políticas -incluso Guajardo convocó a encuestas para apoyar a la panista Eva María Vázquez como candidata a la alcaldía de Mexicali-, hoy prefieren ser omisos para señalar lo que está mal. O proyectos empresariales como OCUPA, donde hoy se entretienen más compartiendo memes o mostrando una cara amable, en lugar de cuestionar la opacidad del gobierno o trabajar por la comunidad.

Precisamente una de las posturas más férreas de la Iniciativa Privada se dio contra el proyecto C5i, impulsado por la empresa Seguritech Privada, SA de CV, aquella que los morenistas cuestionaban, pero que ahora defienden y hacen negocios con esta.

Los empresarios lograron tambalear ese proyecto, pero ahora, nadie se atreve a cuestionar, menos aún, a exigir respuestas sobre lo que el Poder Ejecutivo del Estado pretende con este sistema de videovigilancia que compromete 250 millones de pesos anuales en total opacidad para los próximos cinco años, y que de forma irrisoria, no tendría la capacidad de resolver los problemas de criminalidad sí no cuenta con policías o patrullas que atiendan los incidentes.

Se trata del mismo proyecto de “Kiko” Vega, más costoso, aprobado en la misma opacidad y con una nula intención de abrirlo al escrutinio público, pero ahora, nadie se atreve a cuestionarlo.

Queda claro que los empresarios -aquellos que se dicen preocupados por el bienestar de la entidad- no sólo no entienden que no entienden, sino que no les importa, con tal de seguirse beneficiando de las relaciones con el poder.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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