Conzultoría Matrimonial y Familiar
El amor es el sentimiento más importante de nuestra vida. El acto sexual, propiamente dicho, libera en nuestro cuerpo una cascada de hormonas que provocan placer, felicidad y apego, al interactuar con diversas funciones corporales; siendo estos los principales beneficios para la salud de practicar el amor. Desde el fortalecimiento del suelo pélvico a un aumento de la autoestima, mantener relaciones sexuales con regularidad es beneficio puro. Si ya disfrutabas del sexo, ahora además lo harás sabiendo que también estás cuidando de tu salud, donde coincidimos la mayoría de los investigadores.
Es una cuestión hormonal, porque aleja el estrés y la ansiedad. Y es que hacer el amor libera endorfinas, la hormona de la felicidad: son sustancias similares a los opiáceos (drogas) en su efecto analgésico, pero también en la producción de sensación de bienestar, por lo que pueden ayudar a tratar la depresión y el estrés.
Mantener relaciones sexuales mejora la memoria; te ayudará a recordar si pagaste el recibo de la luz o cuándo es tu próxima cita con tu consultor matrimonial. Está demostrado que las relaciones sexuales mejoran la memoria gracias a la estimulación en la producción de neuronas, lo que se traduce en el desarrollo de algunas capacidades cognitivas, entre ellas, la de recordar.
Puede ayudar a aliviar el dolor, ya que el orgasmo puede inhibir la emisión de los neurotransmisores responsables del dolor desde la médula espinal, por lo que no llegan al cerebro para activar la señal del dolor, además de liberar endorfinas. El clímax sexual (el venirse, pues) funciona como un analgésico natural.
Ayuda a dormir mejor, porque el quedarse dormido después de mantener relaciones sexuales no es necesariamente una forma de ignorar a la pareja; de hecho, esta conducta es en realidad efecto de hormonas como la oxitocina y la melatonina. Ambas sustancias, que se liberan durante las relaciones sexuales, ayudan a dormir mejor, siendo el hombre el más susceptible.
Protege de problemas cardíacos, ya que un reciente estudio de la Universidad de Queens (Belfast) aseguraba que hacer el amor tres veces por semana puede reducir a la mitad el riesgo de sufrir un infarto o un ictus.
Otro estudio, esta vez realizado por científicos israelíes, mostró que las mujeres que tienen dos orgasmos a la semana tienen un 30% menos de probabilidades de tener problemas cardiovasculares respecto a aquellas que no practican sexo o no logran alcanzar el orgasmo. La razón que hay detrás de estas conclusiones no está clara, pero dado que el sexo evita sufrir estrés y depresión, podría estar librándonos de factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular.
Fortalece los huesos, según científicos estadounidenses, quienes han descubierto que las mujeres menopáusicas que hacen el amor todas las semanas tienen el doble de estrógenos que aquellas que no lo practican. La producción de esta hormona, que tiene un efecto protector en los huesos, disminuye con la menopausia, pero la práctica regular de sexo aumenta su producción, lo que puede compensar esa pérdida.
Reduce los problemas de incontinencia; la razón es sencilla: hacer el amor fortalece el suelo pélvico, lo que se traduce en una musculatura más tonificada que evita la temida e incómoda incontinencia urinaria. Aunque existen ejercicios específicos, como los de Kegel, mantener relaciones sexuales hace que las mujeres fortalezcan los músculos encargados de detener el flujo de orina, lo cual tonifica el suelo pélvico.
Protege del cáncer de próstata, valiosa propiedad que ha sido probada para los hombres mayores de 50 años por un estudio realizado en la Universidad de Nottingham. El trabajo reveló que los varones con una vida sexual activa más allá de los 50, tienen menos posibilidades de sufrir cáncer de próstata.
El hacer el amor conlleva mayores efectos emocionales que físicos, aunado a que evita tener que ir al médico seguido; así que por tu salud, haz el amor. El practicar sexo es una de las actividades favoritas de las personas por muchas razones, entre ellas, porque nos hace sentir bien. Y para que los beneficios sean visibles, como ocurre en cualquier otra actividad física, hay practicarlo con frecuencia.
El Lic. Roberto Bautista es terapeuta de parejas con maestría en Mediación.