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sábado, octubre 26, 2024
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Adiós a don Luis Agustín Cetto (1934-2022)

A los 87 años, la ciudad de Tijuana despidió a un excepcional empresario, un hombre visionario y heredero de una tradición familiar invaluable para la industria vitivinícola de Baja California y de México

Foto: Ramón T. Blanco Villalón.- Luis Cetto.- Misa de cuerpo presente de Luis Agustin Cetto Cetto en la Iglesia del Espiritu Santo

El lunes 25 de abril se despidió un forjador de Baja California, a quien particularmente se le extrañará en Tijuana: Don Luis Agustín Cetto, un empresario visionario que llevó el legado de su padre, Angelo Cetto, a su máximo esplendor en el Valle de Guadalupe.

El origen de esta próspera familia data a 1924, cuando don Angelo llegó a México y radicó en estas tierras fronterizas donde continuó con la labor que realizaba en su natal Levico Terme, donde era dueño de un viñedo.

Eran los tiempos de la prohibición del alcohol en Estados Unidos y este contexto facilitó la actividad vinícola en la región. Así que don Angelo estableció una bodega de producción y almacenamiento de vino, una vinatería, y comenzó a atender al naciente comercio y turismo local con la marca Vita Uva.

Foto: Cortesía Julio Rodríguez.- Luis Alberto Cetto

Sobre esta piedra fundacional, Luis Agustín consolidó una marca mundialmente famosa: L.A. Cetto. Nacido un 28 de agosto de 1934 en Tijuana, siendo el segundo hijo de la familia Cetto, a don Luis se le conoció a partir de 1951 –año en que tomó las riendas de la empresa- por su liderazgo y una vocación emprendedora sin duda heredada con creces. En 1965 recibió a otra figura clave de la industria vitivinícola en Baja California: Camilo Magoni, procedente de Morbegno, Italia. Desde este punto de partida el proyecto familiar creció hasta transformarse en la Vinícola Cetto, en la

década de los setenta.

Entre una larga lista de logros, está el haber producido el Codornieu, el primer vino espumoso no elaborado en España, además de abrir el mercado a las exportaciones, razones que llevaron a don Luis a recibir el título de “El empresario del año”, por la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, y un merecido lugar en El salón del empresario mexicano.

De ahí que el reconocimiento a la vida y obra de don Luis Cetto se haya expresado desde voces tan distintas como la de Miguel Torruco Márquez, secretario de Turismo federal, quien honró la memoria de “un pionero y gran impulsor de la industria vitivinícola en Baja California. Tuve el honor de conocerlo, era toda una personalidad”.

A la par, vía Twitter, el Consejo Mexicano Vitivinícola destacó la figura de un “promotor de la industria vitivinícola mundial, quien gracias a su trayectoria de vida, el vino mexicano pudo tomar un lugar más relevante en el mundo”.

El CMV enfatizó: “Lamentamos la pérdida de un hombre emprendedor, visionario y sobre todo gran padre de familia, quien llevó en alto el nombre de Baja California y de México al mundo. Nuestro respeto a su esposa doña Eloísa, a sus hijos Luis, Alejandra y Adriana, y colaboradores. Descanse en Paz”.

Foto: Ramón T. Blanco Villalón

Don Luis, además de este colosal trabajo, formó una gran familia y preparó el camino para la sucesión que desde 1983 formalmente asumió su hijo, Luis Alberto, quien ya desde la preparatoria comenzaba a explorar la parte administrativa de la vinícola, y desde entonces amplió la perspectiva del negocio al que convirtió en toda una institución.

De esta manera, aquella primera exportación que se hizo a Los Ángeles en 1972 se multiplicó para abrir mercados hasta en Chile y Argentina, grandes productores de vino.

A la fecha, el catálogo de L.A. Cetto suma más de 40 vinos: 10 Clásicos, 5 variedades de Reserva Privada, 4 vinos Don Luis, 5 Boutique, 4 Sierra Blanca, 4 Estaciones, 4 Conmemorativos, 3 Especiales, y 2 Península. Esta gama de Chardonnay, Merlot, Tempranillo, Pinot Noir y Syrah, entre otros, son parte ya del pasado, presente y futuro de Baja California que se distribuye desde en tiendas de autoservicio, cadenas de supermercados, entre grupos restauranteros y diversas cavas, para el gusto de un amplio público.

Una historia continua que parte de una raíz con Angelo, germina con Luis Agustín y sigue dando futuro con Luis Alberto, obteniendo distinciones como el galardón que L.A. Cetto recibió en Vinalies Internacionales 2022.

Más de mil 200 hectáreas de viñedos que, además, los visitantes siempre pueden recorrer en el Valle de Guadalupe, en particular espléndidos durante la tradicional vendimia de L.A. Cetto. Tierras prodigiosas que don Luis trabajó y cuya memoria estará siempre viva entre el vino y la vid.

Foto: Ramón T. Blanco Villalón

 

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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