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martes, mayo 7, 2024
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Mártires del nazismo y del comunismo

“Los descubrimientos científicos y las invenciones técnicas representan un terrible peligro de desencadenamiento de nuevas guerras. Los químicos podían, a título desinteresado, ocuparse en descubrir la verdad, aunque no fuera más que parcial; pero lo que ha resultado de sus descubrimientos es la bomba atómica, que amenaza con aniquilarnos”.

-Nicolás Berdiaeff (Kiev 1874 -Paris 1948), Reino del César, Reino del Espíritu.


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Beatificados en la visita de Juan Pablo II a Ucrania en 2001, 27 de ellos martirizados por los bolcheviques, la KGB (NKVD), y la policía secreta nazi Gestapo o  los  nazis, hay cuatro hermanas religiosas, un laico, 14 sacerdotes, y nueve obispos.

Las semblanzas de éstos mártires de Ucrania fueron preparadas por la Universidad Católica de Ucrania (www.ichhistory.org ; y www.ucu.edu.ua).


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Parte considerable de ellos nacieron o vivieron en la región fronteriza con Polonia: Lviv, Ternopil, y regiones cercanas. Para comprender mejor la cercanía de Ucrania y Canadá en el tema religioso, hay que considerar que unos cinco a seis millones de los ucranianos son católicos o greco-católicos; desde el siglo XVII han sido martirizados obispos como san Jozafat, que buscaron la unidad entre los cristianos ortodoxos y los católicos rusos o ucranios, que buscan la unión con el Papa Romano.

En 1987 se dio a conocer que la santísima Virgen María se habría aparecido en la remota villa de Hrushiw, en la región de Lviv cercana a Polonia, precisamente desde donde Fernando del Rincón, de CNN, fue despertado hace unos días junto con su camarógrafo al escuchar las seis bombas que desde Crimea lanzaron aviones a 60 kilómetros de la frontera Polaca.

A Vision of Freedom es un video documental (en Youtube) que explica esas apariciones marianas en el contexto de una iglesia católica ucraniana llamada a salir de las catacumbas. Cuevas que precisamente fueron cavadas por los creyentes ucranios desde siglos atrás a causa de las invasiones de los tártaros, mongoles o de los mismos rusos; lugares históricos abiertos al público o turismo en las orillas del río Dniper en el complejo ortodoxo-cristiano llamado Pesher Lavra. Uno de tantos centros religiosos a visitar en tiempos de paz.

Según la correspondencia de los embajadores de México en la Unión Soviética (“Sobre Rusos y Rusia, antología documental”, Secretaría de Relaciones Exteriores), en la época stalinista o bolchevique, el 90 por ciento de los miembros del Partido Comunista eran judíos; el pasado 2 de marzo la Guerra de Putin o la llamada invasión rusa a Ucrania incluyó el bombardeo al monumento judío-ucraniano de Baby Yar a la salida de Kiev, memorial que recuerda las atrocidades de los nazis, que masacraron a más de cien mil hermanos hebreos en la II Guerra Mundial.

Al igual que los soldados obregonistas o callistas en México en la persecución religiosa o Cristiada de 1917 a 1935, por odio a la Fe; los tzares rusos o los bolcheviques en la misma época del siglo XX; tanto como los nazis hitlerianos arrasaron con los templos judíos u ortodoxos cristianos o católicos, especialmente durante el régimen soviético de la URSS y en la Alemania Nazi.

En junio del 2001 el Papa Juan Pablo II beatificó a 28 personas víctimas de la KGB o de la Gestapo: las religiosas Josaphata, Olympia, Lavrentia; y al cantor litúrgico Volodymyr Pryima; a los sacerdotes mártires: Feodorov, Konrad, Ishchak, Baranyk, Senkivskyl, Kovalyk, Kawcs, Bairak, Lysko, Sheptytsky, Tsehelskyl, Ziaryk, Verhun, Zarytskyl; y a nueve obispo mártires: Khomyshyn, Romzha, Budka, Kotsylovskyi, y Lakota, Charnetskyl, Lukach, Sleziuk y Velychkovskyi.

Los 28 nuevos santos de Ucrania “sobre la persecución, la violencia y la muerte, prefirieron aquello que renunciar a su Fe”. (Juan Pablo II, junio 27 de 2001 en Lviv, Ucrania).

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

 

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