*Amé hasta donde pude amar, dice el poeta.
*El asesinato de mi hijo Francisco, me rompió.
*Hay que reconstruir el país. Expresa el activista.
“Un día sin nosotros sosteniendo a estos imbéciles que dicen que van a transformar el país, cuando ya lo están hundiendo o la oposición que está disputando la administración del infierno, expresa Javier Sicilia, poeta y activista mexicano.
Colaborador de la revista Proceso, asistió a la Feria Internacional del Libro de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en su XXIII edición; escuchó y habló en la presentación de Las proporciones de la resistencia, acercamientos a la obra de Javier Sicilia, libro preparado por Carlos González, Luis y Fernando Linares, Enzia Verduchi, y Miguel Ángel Osuna, bajo el sello editorial de Cetys Universidad el lunes 4 de abril en el foro de la FIL, en la Vicerrectoría de Mexicali.
Líder y fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, tras el asesinato de su hijo Juan Francisco Sicilia Ortega y otros seis jóvenes más, en Cuernavaca, Morelos, un 28 de marzo de 2011, a un mes de que estuviera en la FIL UABC de 2011.
Inquieto el poeta, porque justo cuando iniciaría la presentación del libro al que fue convocado, se suspendió el evento por casi 10 minutos el lunes 4 de abril, iniciando un simulacro del Sismo de 2010 que afectó Mexicali, el Valle y la región. Reinició el evento, donde el Dr. Jorge Ortega (presentador), insistió en la pregunta al homenajeado activista: “Javier, ¿cómo ves México?”. La respuesta de Sicilia fue directa y contundente:
“¿Qué existe todavía? Me parece que es una palabra que hace referencia a algo. No lo veo; lo veo roto, lo veo en un caos monstruoso, en una confrontación inmensa, en una violencia atroz, en un débito que tenemos para reconciliarnos a partir de la justicia. Es decir, si me preguntas, yo creo que México no existe; existimos unos seres que hablamos el español, y que nos cuidamos, nos decimos o nos matamos. Un mundo salvaje”.
“Yo creo que hay que reconstruir el país, pero no por las vías que tenemos; no hay salida por las vías democráticas (entre comillas) o por las vías políticas, no sé qué camino; lo que queda de México está en los momentos de bondad que tenemos unos con respecto a otros y fuera de eso no existe México para mí… Yo creo que la única forma es si encontráramos una agenda común que nos desbordara a todos a la calle, ¿no? Y no la hemos encontrado. Yo no sé cómo toleramos todavía, y nos preocupamos mucho de los ucranianos y estamos tolerando las desapariciones, las masacres diarias; los campos de exterminio están ahí, las fosas clandestinas, los niveles de horror. Estamos, no te entiendo… es para que saliéramos a la calle y decirle al Presidente y a los partidos, y a todos, y a los criminales, así no, así no vamos a trabajar, como hicieron las mujeres hace dos años, un día sin mujeres”.
“Eso es un día sin nosotros sosteniendo a los criminales, un día sin nosotros sosteniendo a estos imbéciles que dicen que van a transformar el país, cuando ya lo están hundiendo o la oposición que está disputando la administración del infierno, cuando salgamos así, todos, así no, paramos este país, y a ver cómo lo resuelven; creo que en ese momento aparecerá México”.
Originario de la Colonia del Valle en la Ciudad de México (1956), no le gusta que le digan maestro. “No soy ningún maestro, dime Javier”, recuerda Miguel Ángel Osuna, prologuista del libro editado por Cetys Universidad, quien le conoció en los cursos de verano del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), allá por 1993; y a través de la revista de Ixtus, dirigida por Sicilia, a quien Osuna conoció cuando aquel platicaba con Gabriel Zaid (Letras Libres) y Julio Hubard; así como Alberto Athié, quien “ahí me anotó un número en un papel y me dijo: Llámale a Javier Sicilia, tienes que platicar con él. Le dará gusto saber que tiene un lector en el norte tan conectado con su pensar”.
Miguel Ángel Osuna, sacerdote y profesor en el Cetys Campus Mexicali, apunta en el prólogo haber leído toda la obra literaria siciliana, del considerado (como el dramaturgo jalisciense Vicente Leñero, fundador de Proceso) un escritor católico.
Presente en la FIL UABC el 4, con un promedio al día de 14 mil asistentes este 2022, y concluyendo la fiesta de los libros el 5 de abril, con la lectura de poemas, Javier Sicilia reflexionó a pregunta del público sobre uno de los temas del libro Espiritualidad y misticismo como relato y como retrato, de Luis Linares; y La mística desde su reverso: sobre la an-arquía divina o “El no que mantiene la vida”:
“El asesinato de mi hijo, es de ese orden en mí; entonces me dejó sin la posibilidad de escribir, un golpe tan brutal, porque lo que toqué o lo que me tocó fue el mal. Para mí es ahorita el tema más difícil. Cómo expresar eso que sucedió. Cómo reconstruirme. Cómo me reconstruí entre comillas a partir de la experiencia del movimiento; y darse cuenta al final, que uno se pregunta si todo eso valió la pena”.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali.
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