No es poca cosa el asunto relacionado con las mujeres y las terribles agresiones que están sufriendo. Su vida está en peligro, no importa la edad. Y si en el pasado se les culpabilizaba por la forma de vestir o hablar, lo de hoy no tiene nombre; niñas jovencitas están siendo agredidas física y sexualmente. Y como en todo tipo de crimen, la terrible impunidad viste de valor a los cobardes agresores.
¿En qué punto de la vida nacional las agresiones toman carácter de pandemia y destrucción total? ¿Qué sector de la población está fallando? Esta destrucción no nace de generación espontánea. Pensemos: si la educación empieza en el hogar, si papá o mamá o alguno de ellos en solitario son los que cuidan el desarrollo integral de los hijos, ¿están cumpliendo en la transmisión de los valores?
Y en las escuelas ¿cómo están trabajando? Maestros (ellos y ellas), ¿están en el buen ánimo de ver a los educandos como seres moldeables que necesitan ser apoyados en forma integral? Y por supuesto, ¿las autoridades están cumpliendo con entregar en tiempo y forma los honorarios? Es una gran pena que les retrasen sus pagos, no tan solo los recientes, sino los correspondientes a jubilaciones y prestaciones en general.
Y volviendo a lo escrito en los primeros párrafos. Sin contar con estadísticas actuales, sí se puede mencionar lo publicado por el INEGI en el 2019. “De los 46.5 millones de mujeres de 15 años o más que hay en el país, el 66.1% (30.7 millones) se ha enfrentado a la violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida”.
Una vez que se identifica el problema (como la falta de educación adecuada), quien debe solucionarlo es la autoridad. Nos consta que, en cada Ayuntamiento, con menor y mayor eficiencia, tratan de ocuparse del problema. Excepcionalmente tienen éxito, pues llaman a personas que no tienen ni la experiencia ni los conocimientos para ser eficientes. Ignoran a quienes han trabajado y lo han hecho bien, porque no son de su grupo político. En esa forma no habrá soluciones definitivas, ni siquiera avances.
Nota 1. Muchos están empeñados en convencernos de que “no hay oposición”. Bueno, ya quedó demostrado que sí la hay. La reforma eléctrica oficial, no pasó. Y como de costumbre, el Presidente y sus borregos ya determinaron como “traidores a la patria” a quienes no les hicieron el juego.
Nota 2. A las anarquistas que se disfrazan de feministas, les permitieron todo tipo de agresiones; ahora están fuera de control. Se vale protestar, pero no destruir ni agredir físicamente.
Nota 3. En memoria de Lourdes Maldonado (Q.E.P.D.) y Margarito Martínez (Q.EP.D.); seguimos esperando castigo a sus asesinos.
Luz Elena Picos es directora de Red Social de Tijuana.
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