El flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) que salió de Baja California durante los últimos dos años, sumó 955 millones de dólares, indicó Roberto Valero, presidente del Centro de Estudios Económicos.
Asimismo, precisó que en 2021 las desinversiones llegaron a 439 millones de dólares, y en 2020, a 516 millones de dólares.
La desinversión más grande se registró en el sector construcción, con 99.1 millones de dólares (mdd), seguido por el sector de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica (-19.7 mdd); fabricación de productos metálicos (-14.4 mdd) e industria de bebidas y tabaco (-8.5 mdd).
Además, la industria alimentaria registró una desinversión de -7.9 millones de dólares; le siguen fabricación de automóviles y camiones (-7.4 mdd) y fabricación de aire acondicionado, calefacción y refrigeración industrial (-3.6 mdd), entre otros.
El analista económico observó que diversos factores están incidiendo en que empresas se relocalicen a otras partes del país, “primero tenemos la persecución que hizo el gobierno de Jaime Bonilla Valdez a las empresas, sin importar su tamaño; el otro factor es que desde hace tiempo las empresas han estado pidiendo una mejor infraestructura y mayor inversión en investigación y desarrollo”, dijo.
En ese sentido, la principal relocalización fue la de las empresas japonesas que se fueron al Bajío, a Aguascalientes y Guanajuato.
Adicionalmente, los estragos causados por la pandemia de COVID-19 están haciendo que las empresas comiencen a relocalizarse en lugares más cerca de donde se encuentran sus cadenas de valor. Esto pudo favorecer a Baja California, que tendría que haber estado preparado para recibir a empresas, sobre todo de origen estadounidense; sin embargo, “como somos el Estado que menos invierte en infraestructura, en la frontera Norte se restó el atractivo para las empresas”, expuso Roberto Valero.
En entrevista con NEGOCIOZ, el especialista refirió que las empresas que deciden invertir en BC son armadoras, generan empleos en los que 90% registraron ingresos hasta por 2 salarios mínimos y, de septiembre de 2021 a enero de 2022, en Tijuana se perdieron 16 mil 616 empleos, la mayoría (15 mil 179) contratados directamente, lo que implica que “no se ha estado ocupando tanto persona” ante el incremento de los contagios de la enfermedad respiratoria, o que “hay tanta rotación derivado de los salarios bajos”.
Para Valero, si bien existen casi mil maquiladoras, estas se relacionan con 30 mil empresas micro y pequeñas, que son las que dan la mayor parte del empleo y requieren de incentivos fiscales y consumidores.
“No hay una estrategia de retención de empresas y las autoridades continúan saliendo a vender al Estado como vecino de California, que tiene mano de obra barata, pero a las empresas ya no les interesa tanto la mano de obra barata, porque son empresas altamente tecnificadas, que necesitan muchos técnicos, que tampoco estamos generando”, abundó.