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domingo, octubre 27, 2024
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19 de diciembre de 1994

De nueva cuenta llegó otro aniversario de la matanza allá en Acteal, Chiapaz, que la escribo con “z” porque no sabemos cuándo llegará la paz a ese estado, con tantas tragedias. Ser frontera tiene el denominador de su problemática, por el paso de inmigrantes y la escasa autoridad y ley que rige en esas tierras mayas, desde hace siglos olvidada, muy débil o nula. En Acteal, Chiapaz, de madrugada en 1994, guerrillas y autoridad hacen cruel asesinato a familias completas, niños, ancianos, y los masacran al fuego de pistola. Era el gobierno Zedillista manchado de sangre, estrado con tan lamentable caso.

Ahora la (in)autoridad, en diciembre de 2021, de nueva cuenta tiñó de rojo a Chiapas al fallecer 56 migrantes extranjeros que no debían haber entrado a México vía Chiapas de Corzo. El INM (Migración) no está haciendo bien su trabajo; la corrupción juega un papel importante para que personas dedicadas al contrabando humano sobornen a la “ley” y dejen pasar centroamericanos, quienes solo pasan a morir y a generar desorden o problemas, pues se portan bestialmente cuando son abordados por la ley mexicana.

Chiapas es un estado privilegiado con la naturaleza, pero maldecido con gobiernos opresores que no ponen la ley, así como abusos, pues son gobernados por gobiernos modernos, mas no por alguien que haya vivido la penuria del olvido y del rechazo o desprecio por el color de piel y por tener varias lenguas en su habla; de ahí el rechazo del “hombre moderno” que ha gobernado Chiapaz.

Desde explosiones de huachicol, crimen, ruta de drogas y demás han marcado al estado por décadas. No sé cuántas tragedias, negligencias, abusos criminales, xenofobia y violaciones a derechos nos esperen en el 2022. Por eso no dejemos nada sin solución; la ley existe y debe exigirse, pues Chiapaz es un estadio pobre en regiones que los gobiernos no entran. Tantos y tantos apoyos gubernamentales que se han anunciado en Chiapaz… y sigue la pobreza.

Recordemos el 1 de enero de 1994: el hambre y la miseria los hizo actuar en esa fecha. Por eso hoy la justicia injusta se pone de manifiesto, que lo perdido ya es cosa del pasado. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero ya pocos olvidan lo de Acteal de 1994; a casi 30 años aún están familiares y niños que hoy son mayores de edad, que se preguntan por sus padres, tíos, quién los mató, qué hicieron. Quizá discriminación, odio, erradicación de grupos o pueblos de población analfabeta por sus tierras cafetaleras, envidias, etc.

Chiapaz debe ser ya un estado con ley, que la sociedad civilizada entre a comunidades indígenas y mejoren el vivir de esos pueblos porque la gobernabilidad es pareja. Si las intenciones de esos gobiernos no los avergüenzan, por ciudadanos de la parte y apariencia de siglos atrás, y por el simple hecho de “como te ven te juzgan”…

Espero lo mejor para Chiapaz y que columnistas, rotativos, noticias televisadas y demás medios ya no la pongan en los primeros encabezados informativos porque ya es penoso y humillante lo que se hace con el pueblo chiapaneco.

 

Atentamente,

Leopoldo Durán Ramírez.

Tijuana, B.C.

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