* Del móvil, el de apodo “Cabo 16” dijo que fue “por mitotero… porque se la pasaba quemando a gente de aquí (colonia Sánchez Taboada)”
* Dos testigos con reserva de datos declararon que se debió a “publicaciones en redes sociales y Facebook”
* Uno de ellos refiere que “lo mandaron matar” por las publicaciones que hacía en redes sociales y el pleito con Ángel Peña, quien dice, recibe información de “Cabo 16”
* La testigo, de oídas, mencionó que fue porque “estuvo haciendo publicaciones en redes sociales, Facebook y que había expuesto a la familia del ‘Cabo 20’, y que hasta fotografías le había pasado al periódico ZETA, y por las broncas que tuvo con José Ángel Peña Enríquez, que es el que le hacía las publicaciones al ‘Cabo 16’”.
* “No sabemos todos los móviles, pero los únicos responsables del homicidio son ellos”: fiscal estatal Ricardo Carpio
“Fue por trabajo, no se sí ellos estaban confundidos, pero fue por trabajo periodístico, no porque tuviera una deuda con ellos, porque haya tenido un incidente con ellos, ni que no los saludó; el tema fue trabajo” dijeron a ZETA los fiscales general del Estado, Ricardo Iván Carpio, y el especial para Homicidios de Periodistas, Atalo Machado Yépez.
Octavio Monzón Guerrero y/o Adrián Nicolás Ramos “El Uber”, identificado por la Fiscalía General del Estado (FGE) como autor material del homicidio del fotoperiodista Margarito Martínez, se reservó el derecho a declarar. En ninguna de las dos audiencias a las que ha asistido con abogado de oficio, la de vinculación y la de imputación, el detenido ha declarado sobre el crimen, la forma y los motivos.
José Ochoa Díaz “El Huesos”, precisamente quien reclutó a Monzón y a una mujer para asesinar al fotoperiodista, también se ha reservado su declaración.
El jefe de ambos delincuentes, tanto de Monzón como de Ochoa, quien, de acuerdo con la FGE fue el autor intelectual del crimen contra Margarito Martínez, el de nombre Christian Adán Velázquez J., alias Christian Alán Velázquez J., alias “Cabo 16” y/o “El Jaguar”, tampoco quiso declarar.
Sin embargo, el relato de la indagatoria sí contiene tres versiones:
- El contenido de una intervención telefónica autorizada del “Cabo 16”.
- La referencia de una testigo con reserva de datos (una especie de testigo protegido).
- La referencia de otro testigo de oídas, es decir, que escuchó que “se dijo que…”.
Con relación a quien ordenó (hasta el momento el presunto autor intelectual, aunque la investigación continúa para Christian Adán Velázquez “Cabo 16”, quien ordenó la muerte de Margarito, existe una intervención en la que después del crimen, habla del homicidio sin mencionar el nombre del fotoperiodista y usa frases como “Por chismoso”, “Por mitotero”, “Porque anda publicando”, “Anda quemando”, “Qué bueno”, “Porque se la pasan quemando a gente de aquí”, hasta ahí.
El testigo masculino, un narcomenudista que rechazó realizar el homicidio y ayudó a esconder la pistola, declaró específicamente:
“Entre las pláticas que tenía con ‘El Uber’ me refiere a que al reportero Margarito lo mandaron matar porque hizo unas publicaciones en las redes sociales, y por las que traía pleito con José Ángel Peña Enríquez, quien tiene como unos 35 y 39 años de edad, como 1.70 de estatura, es de complexión delgada pero panzón, de tez moreno quien trabaja para ‘El 16’ haciéndole publicaciones de sus homicidios en sus redes sociales, ya que ‘Cabo 16’ le pasa la información, primero para calentar y exhibir a los contrarios y luego el hermano de Ángel Peña que es policía municipal le envía los partes informativos para que cheque la información, de hecho los he visto como ‘El Cabo 16’ ha pasado por él en un taxi y se van juntos, de hecho en un homicidio de una mujer por la Calle Cuarta en la Zona Centro de esta ciudad, Ángel Peña estaba preguntando a mí directamente si sabía de ese homicidio y lo que yo supe fue que le mandó decir al ‘Cabo 45’ que ya no indagara más en ese homicidio y por esa amenaza Ángel Peña dejó de trasmitir un tiempo, pero después ‘El Cabo 16’ ordenó que al Ángel Peña no se le tocara que hiciera nada, porque Ángel Peña sería él encargado de dar las noticias quemando a los policías de las actuaciones que hicieran mal, para exhibirlos, por eso ‘El Cabo 16’ le pasaba datos de operativos o lugares que tenía que acudir a dar las noticias”.
La testigo con reserva de datos, una narcomenudista que “punteó” el homicidio del fotoperiodista, expuso concretamente:
“‘El Uber’ me dijo que toda la bronca fue porque Margarito estuvo haciendo publicaciones en redes sociales, Facebook y que había expuesto a la familia del ‘Cabo 20’, y que hasta fotografías le había pasado al periódico ZETA, y también por las broncas que tuvo con José Ángel Peña Enríquez que es el que le hacia las publicaciones al ‘Cabo 16’, y por el en vivo que hizo con Margarito; que por eso fue que el 16 le dio la orden al ‘Huesos’, y luego ‘El Huesos’ le dice al ‘Uber’, ya no me platicó más…” .
Conforme a datos contenidos en la indagatoria, estas dos últimas personas tuvieron contacto con el autor material, y estuvieron presentes en diferentes momentos del homicidio: el hombre un día antes, cuanto planearon el ataque, y el día del asesinato pero por la tarde, cuando “El Uber” llegó en una moto con una mochila -conteniendo la pistola- que llevaron a enterrar. La muchacha estuvo, antes, durante y después del asesinato, cuando “El Huesos” le entregó a Monzón el dinero para pagar por el crimen en una cancha de basquetbol el 18 de enero.
Hecho público el contenido de las entrevistas en la audiencia del viernes 4 de marzo, y tras la conferencia del lunes 7, cuando la FGE anunció las imputaciones por el homicidio, ZETA habló con los fiscales Ricardo Iván Carpio y Atalo Machado Yepez, donde la voz preponderante la llevó el fiscal general del Estado.
— ¿Entonces el personal de ZETA se debe preocupar?
“En su justa dimensión, no es que tenga el conocimiento de algún riesgo ni nada, podría prestarse a malas interpretaciones. Si yo tuviera que traducirlo, pensaría que son una serie de cosas, lo consideraría no como el móvil, sino como una parte de. Creo que no podemos decir, que ‘fue por esta publicación’, ‘en esta edición’, sin tomar en cuenta todo lo demás”, respondió Carpio.
“Porque dos personas diferentes en dos momentos diferentes están señalando -Octavio Monzón Guerrero ‘El Uber’- les dio una misma explicación, redes sociales y Facebook, y sólo una de ellas señaló eso en particular -al Semanario-, ¿por qué? Porque así se lo dijeron, es su perspectiva de lo que escuchó. Pero necesitaríamos tener la entrevista de cada uno de ellos -los detenidos-, para decirle puntualmente cuál nota cree que le afectó, y eso no lo tengo porque no declararon”, agregó Machado.
—-¿Es ZETA el punto del móvil?
“No. En lo técnico que puedo demostrar, no dice ZETA”.
— ¿Es falso que el móvil sean las publicaciones del Semanario?
“Creo que podemos decir, sin lugar a dudas, que es falso que se pueda determinar, que fue específicamente, por ese el único motivo. No sabemos todos los móviles (los asesinos se negaron a declarar), pero los únicos responsables del homicidio son ellos, no es un trabajo periodístico (una publicación del Semanario), o el trabajo de toda una vida (de Margarito)”.
LAS CÉLULAS DE “CABO 20”
El fotoperiodista Margarito Martínez trabajó prácticamente con todos los medios de comunicación de Baja California, con el personal de ZETA tenía relación amistosa y de compadrazgo, portaba los chalecos y las credenciales del Semanario.
Estaba contratado con algunas empresas a las que debía entregar material exclusivo, y en otras como ZETA era freelancer, vendía fotografías únicamente de escenas de homicidios. Esa información era pública, porque fotos de esas mismas escenas, eran las que vendía y se publicaban en otros periódicos y portales de noticias.
El viernes 14 de enero de 2022, tres días antes del asesinato de Martínez Esquivel, la portada de ZETA fue “Las células del ‘Cabo 20’”, en la que se publicaron los rostros de 33 hombres y mujeres identificados por la Mesa de Coordinación por la Paz y Seguridad de Baja California como miembros preponderantes de las células criminales al servicio de David López Jiménez. Uno de ellos, se presentó en las oficinas del Semanario para aclarar que lo estaban confundiendo con su hermano muerto.
La mayoría de las fotografías habían sido tomadas en alguna captura realizada por autoridades estatales, municipales o federales, algunas extraídas de páginas de Facebook o de documentos oficiales.
Es evidente que los criminales sabían el día, la hora y el origen de las imágenes, y que ninguna había sido tomada o facilitada por Margarito Martínez.
NARCO EXPONE A SU FAMILIA
Respecto a la declaración de la mujer que señala que Margarito “había expuesto a la familia del ‘Cabo 20’”, en la misma nota, en el apartado titulado “Los antecedentes impunes de ‘El Lobo’” y un recuadro encabezado “Sus mujeres”, se menciona a algunos miembros de su familia, que el criminal ha expuesto públicamente por la información de sus capturas. Y cuando el mismo delincuente ha solicitado o ha permitido que sus abogados llamen a sus familiares como testigos de descargo, en los diferentes procesos que ha llevado el Estado en su contra por diversos delitos, como en:
* 2010, por lesiones en robo con violencia.
* 2014, por robo de vehículo en Tijuana en 2014.
* 2017, investigado, capturado e investigado por un narcolaboratorio en la colonia Sánchez Taboada.
* 2019, en Mexicali, “por delitos contra la salud, en la modalidad de venta, el producto era metanfetamina”.
* 2020, el 29 de marzo en Querétaro, por posesión de un arma de un arma calibre .38 Súper y 300 gramos de polvo blanco.
La información de los familiares en los expedientes -en poder de las autoridades y de este Semanario- es extensa, ya que “Cabo 20” está catalogado como objetivo prioritario de captura y generador de violencia desde 2018.
Las carpetas contienen imágenes, direcciones y la forma en como la familia del traficante ha sido presuntamente beneficiada con las actividades ilícitas del “Cabo 20”, pero debido a que las autoridades no tienen cargos en contra de sus parientes, en el trabajo periodístico no hubo fotos, fueron citados sólo con un nombre y únicamente un apellido, los apellidos que comparten y ya se conocen públicamente, porque son los mismos de David López Jiménez “El Lobo”.
Si Margarito Martínez sabía o no la identidad de estas personas, es totalmente desconocido.
UMECA PERMITE QUE “CABO 20” SIGA PRÓFUGO
En Baja California, por delitos federales, la delegación de la Fiscalía General de la República ha iniciado dos carpetas en contra de David López Jiménez: una en 2017 en Tijuana, en la que se decretó el “no ejercicio de la acción penal”; la segunda corresponde a la captura del 10 de febrero de 2019 en Mexicali, “por delitos contra la salud, en la modalidad de venta”, la cual llegó a una sentencia que, por ser menor, fue suplida y quedó a cargo la Unidad de Medidas Cautelares (Umeca).
Para llevar su pena en libertad, las obligaciones dictadas a López fueron -entre otras- que no podía salir de Mexicali, que debía presentarse a firmar y conseguir un trabajo en la Capital de Baja California, al haber declarado tener dependientes económicos.
Sin embargo, abandonó Mexicali y la Umeca no solicitó su aprehensión ni le retiraron los beneficios de la pena, como ordena la Ley ante el incumplimiento de las medidas. Hace dos años, cuando fue detenido en Querétaro con armas y drogas, la Umeca tampoco informó del proceso pendiente en Mexicali. (Se presume inocente, mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial, Artículo 13 del Código Nacional de Procedimientos Penales)