Con la lectura colectiva en voz alta de “Ensayo sobre la ceguera”, FIL Guadalajara iniciará actividades del programa “Guadalajara, Capital Mundial del Libro 2022”
Con un maratón de lectura presencial en voz alta de la obra maestra de José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera”, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) iniciará el 23 de abril actividades del programa “Guadalajara, Capital Mundial del Libro 2022”, anunció este jueves 24 de marzo FIL Guadalajara.
“Con la lectura de una de sus obras fundamentales, ‘Ensayo sobre la ceguera’, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara rendirá homenaje al escritor portugués José Saramago, en el centenario de su nacimiento, y festejará veinte años de actividades en plazas públicas por el Día Mundial del Libro en nuestra ciudad”, informó FIL Guadalajara.
El Día Mundial del Libro es una celebración creada en 1995 por disposición y acuerdo de la Unesco. Desde 2002, la FIL Guadalajara festeja este día con una lectura pública en voz alta. En estos maratones, que además de Guadalajara se extienden a otros municipios de Jalisco, se han leído las obras de Juan José Arreola (2002, 2011 y 2018), Julio Cortázar (2003), Pablo Neruda (2004), Julio Verne (2005), Jorge Luis Borges (2006), Gabriel García Márquez (2007), Agustín Yáñez (2008), Horacio Quiroga (2009), Jorge Ibargüengoitia (2010), Bram Stoker (2012), Jane Austen (2013), José Emilio Pacheco (2014), Lewis Carroll (2015), Mary Shelley (2016), Ignacio Padilla (2017), Fernando del Paso (2019), Ray Bradbury 2020) y Augusto Monterroso (2021). Este año el turno es para “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998.
En el arranque de las actividades, el 23 de abril, Día Mundial del Libro, FIL Guadalajara encabezará el maratón de lectura en voz alta de “Ensayo sobre la ceguera” en Paseo Fray Antonio Alcalde, de Guadalajara, desde las 10:00 hasta las 17:00 horas.
FIL Guadalajara detalló que las personas que deseen inscribirse para leer un fragmento de la obra deberán acudir el 23 de abril al Paseo Fray Antonio Alcalde y registrarse en los módulos que la FIL dispondrá para ese fin; asimismo, cada participante recibirá, como marca la tradición de Saint Jordi que inspira el festejo del Día Mundial del Libro, una rosa y un ejemplar del libro “Ensayo sobre la ceguera”, como obsequio de la Feria Internacional del Libro, con apoyo de Penguin Random House.
Además, el Sistema de Educación Media Superior como el Sistema Universitario de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara realizarán, como en años anteriores, lecturas espejo en sus distintas sedes, del 25 al 29 de abril. La Red Estatal de Bibliotecas Públicas de Jalisco también se unirá a la celebración, con lecturas espejo del libro de José Saramago en sus espacios.
También como parte de las actividades por el Día Mundial del Libro, FIL Niños llevará el 23 de abril al Paseo Alcalde, la Imprenta Subversiva para la Niñez: una unidad móvil, equipada con una imprenta, donde los participantes podrán crear carteles subversivos basados en diez principios: ayuda, apoya, copia lo bello, labora, estudia, ama, protege, cultiva, no tengas esclavos y trabaja. Mediante una serie de talleres autodirigidos, los niños podrán experimentar con máquinas de impresión, con el lenguaje y la construcción de mensajes que expresen sus anhelos y propongan formas de convivencia libres de violencia en su comunidad. La Imprenta Subversiva forma parte también de Guadalajara, Capital Mundial del Libro, y de abril a junio llegará a espacios públicos de la ciudad.
Cabe destacar que Guadalajara fue designada Capital Mundial del Libro 2022, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). En el programa “Guadalajara, Capital Mundial del Libro 2022”, la Universidad de Guadalajara (UdG) contribuirá con más de 800 actividades enfocadas en la promoción del libro y la lectura, la recuperación de espacios públicos y el fomento de la cultura de la paz.
SOBRE “ENSAYO SOBRE LA CEGUERA”
En la obra maestra de José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera” (Alfaguara, 1995), el autor portugués cuenta la historia de cómo súbitamente algunas personas empiezan a quedarse ciegas y debido a que inexplicablemente cada vez son más los invidentes, éstos son puestos en cuarentena para evitar la propagación de la epidemia de ceguera blanca.
Más allá de las reflexiones, aforismos y otras sentencias en torno a la ceguera, en “Ensayo sobre la ceguera” José Saramago (1922-2010) lleva al lector hasta el hacinamiento adonde los invidentes son confinados para evitar que la epidemia se propague; es ahí donde el narrador portugués explora las condiciones humanas extremas de los ciegos al contar cómo tendrán que resolver sus necesidades fisiológicas sin la vista, basta decir que en la caótica cuarentena sucede de todo y el instinto animal de las personas sale a flote con tal de sobrevivir o por puro placer, aunque la humanidad siempre se asoma.
En las ediciones recientes de “Ensayo sobre la ceguera” publicadas por Alfaguara (de 2020, por ejemplo, editadas durante la pandemia), a manera de epílogo (en sí mismo otra obra dentro de una obra), el libro incluye una recopilación de las confesiones de José Saramago sobre el proceso de gestación de su celebérrima novela, revelaciones que por cierto están contenidas en “Cuadernos de Lanzarote (1993-1995)” (Alfaguara, 1997), título publicado originalmente un año antes de que ganara el Premio Nobel de Literatura en 1998, antología que contiene los tres primeros cuadernos o diarios del añorado autor portugués, los de 1993, 1994 y 1995, que en sí mismos son todo un agasajo imperdible.
“Esta mañana, cuando me desperté, me vino la idea del ‘Ensayo sobre la ceguera’ y, durante unos minutos, todo me pareció claro excepto que del tema pueda llegar a salir alguna vez una novela, en el sentido más o menos consensual de la palabra y del objeto. Por ejemplo, ¿cómo meter en el relato personajes que perseveren en el dilatadísimo lapso de tiempo narrativo del que voy a necesitar? ¿Cuántos años serán necesarios para que se encuentren sustituidos por otras, todas las personas vivas en un momento dado? Un siglo, digamos que un poco más, creo que será bastante…”, reveló Saramago el 20 de abril de 1993; más adelante, el 21 de junio del mismo año, resolvió mientras escribía su diario:
“Dificultad resuelta. No es necesario que los personajes del ‘Ensayo sobre la ceguera’ tengan que ir naciendo ciegos, unos tras otros, hasta sustituir por completo a las que tienen vista: pueden cegar en cualquier momento. De esta manera queda recortado el tiempo narrativo”.
Una de las dudas más comunes de los lectores de “Ensayo sobre la ceguera” es sobre cómo se refiere o nombra el narrador a los personajes ciegos (“la chica de las gafas oscuras”, “el niño estrábico”, “el viejo de la venda negra”, “la mujer del médico”, por citar algunos), incógnita que José Saramago reveló el 24 de julio de 1994:
“Una cosa sería hacer una novela sin personajes, otra pensar que es posible hacerla sin gente. Ésa fue mi gran equivocación cuando imaginé el ‘Ensayo sobre la ceguera’. Tan grande fue que me costó meses de desesperante impotencia. Tardé demasiado tiempo en comprender que mis ciegos podían pasar sin nombre, pero no podían vivir sin humanidad. Resultado: Una buena porción de páginas para la basura”.
Y así sucesivamente, el epílogo-libro de las ediciones recientes de “Ensayo sobre la ceguera” rescata cronológicamente los secretos que Saramago confiesa en sus diarios sobre la gestación de su obra maestra a la que hay que volver.