Dice el libro de Jeremías (10, 17-18): “Pánico en el país. Prepara tus maletas y sal del país, tú que estás rodeado de sitiadores. Pues así habla Yahvé. Miren, voy a lanzar muy lejos a los habitantes del país y lo haré perseguir de manera que los alcancen”. Coincide con la barbarie ejecutada por Vladimir Putin desde febrero 2022.
El Salmo 27 (3) señala: “Si se sitia un ejército contrario, mi corazón no teme si se levanta contra mí la guerra; aún tendré confianza”. En el Salmo 35 (19-20): “Que no canten victoria mis enemigos traidores, ni se guiñen el ojo. Esa gente no quiere la paz, sino que traman siniestros planes contra los hombres pacíficos”.
Asimismo, en el libro de Deuteronomio (20, 1): “El estado de guerra. Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos, y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no le tengas miedo porque está contigo Yahvé, tu dios aquel que te sacó de Egipto”.
Isaías (10, 1-4): “Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y con decretos organizan la opresión que despoja de sus derechos a los pobres de mi país, e impiden que se les haga justicia. Que dejan sin nada a la viuda y se roban la herencia del huérfano. ¿Qué harán el día de la invasión, cuando desde lejos venga el castigo? ¿A dónde huirán y quién los ayudará? ¿Dónde encerrarán sus riquezas? No quedará más que doblegarse entre los prisioneros o caer con los muertos.
Se menciona también en Deuteronomio (24, 1): “Por una sociedad solidaria. Si un hombre está recién casado, no irá a la guerra ni se le molestará con otro servicio; que pueda quedarse un año entero en su casa y hacer feliz a su esposa”. Ojalá todos los soldados estuvieran recién casados.
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Finalmente, Rusia querrá reconstruir Ucrania cuando la anexe… y la reconstruirá injustamente. Como se menciona en Habacuc (2, 12): “Ay de aquel que construye una ciudad en base a sangre y funde un pueblo con medios injustos”.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.
