El dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y el material particulado, son los principales contaminantes de la cuenca ambiental de La Paz. Las chimeneas de las terminales eléctricas y el uso del automóvil, son los factores que detecta la sociedad civil y piden acciones locales como la creación de impuestos para contrarrestar
La contaminación del aire ha sido una problemática denunciada en La Paz desde hace años. Por ser la ciudad que carga con las consecuencias ambientales de la producción de energía en Baja California Sur, así como otros factores que agravan la situación, asociaciones civiles proponen que las autoridades apliquen nuevas medidas como la aprobación de impuestos que sirvan para desarrollar soluciones.
Jaqueline Valenzuela, directora del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA), asociación que en la última década se ha dedicado a monitorear la situación de la cuenca ambiental de La Paz y del Estado, expone que en el escenario actual es probable que no haya cambios en la política energética del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Reforma Energética avalará el uso de combustibles fósiles para generar energía durante los siguientes años, uno de los principales factores de emisiones de contaminantes en la ciudad Capital.
“Creemos que el tema de la política federal hacia el tema de electricidad no va a cambiar, es un tema que ya va caminando paralelamente a soluciones que podemos promover desde lo local”, menciona.
CERCA enfatiza que es necesario aplicar acciones paralelas para que el problema no siga creciendo, y uno de los objetivos es fijar la atención en las centrales que funcionan con combustóleo.
Las propuestas se enfocan en mejorar la calidad del combustible que se usa y que puedan aplicarse aditivos e instalarse sistemas de control ambiental en cada una de las chimeneas que operan en La Paz.
No obstante, la idea principal es promover un impuesto a las emisiones, esto obligará a la fuente a cumplir con límites y reglamentaciones, de lo contrario, habrá gastos y operaciones que las empresas no contemplan.
“El Estado tiene la facultad de generar un impuesto de este tipo, que serían acciones paralelas para mantener en control los niveles de contaminación. Esto ya funciona en otros estados”, dijo.
Por ahora trabajan y presionan para que proyectos recientes, como electrificar bombas e iluminación en una comunidad, ya no se ejecuten con combustibles fósiles; solicitan que se lleven a cabo con sistemas aislados y micro redes que en Baja California Sur pueden funcionar.
El objetivo, enfatiza, es evitar que crezca la contaminación y generar recursos para la solución de una problemática tan señalada.
LA PROBLEMÁTICA EN LA PAZ
Para entender la dimensión de la problemática, la directora de CERCA explica que cada año documentan, trabajan y publican una base de datos que ayuda a dar una idea de la situación con la emisión de contaminantes en La Paz.
El último antecedente con el que cuenta la asociación sobre medición de la calidad del aire respecto a las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) es de 2019-2020, el cual permite saber cuáles son los promedios anuales y si se rebasa o no el límite permisible.
En ese periodo, CERCA constató que hubo un lapso de 120 días se sobrepasaron los límites de contaminación de tres partículas. La asociación ha detectado en los cortes de datos que el dióxido de azufre sigue siendo uno de los contaminantes que está prácticamente presente todo el año, cuando aparecía en los estudios por temporadas.
Asimismo, existe predominancia del dióxido de nitrógeno, sustancia que está en cantidades mayores de concentración, según la especialista. La tercera partícula que encuentran en el medio ambiente de La Paz es el material particulado, relacionado con la aparición prematura de tumores malignos.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está poniendo muchísimo foco en cuáles son las afectaciones del material particulado y ajustando los límites a la baja, para que, en cuanto se rebasen, la población pueda actuar con acciones de prevención.
En este sentido, Jaqueline Valenzuela recordó que los datos de asociaciones relacionan millones de muertes con los sistemas de calidad de aire. En malas condiciones producen problemas neurodegenerativos como Alzheimer prematuro o Parkinson, según se ha documentado en investigaciones.
Además, la exposición a un ambiente contaminado con estas partículas está relacionada con enfermedades pulmonares crónicas.
Esta situación toma más relevancia que nunca en medio de una pandemia en la que el sistema respiratorio es el primero que está comprometido.
En 2016, Pro Aire calculó una afectación de mil 688 millones de pesos por costos en salud solamente por este contaminante. En ese contexto, anticipan que, para el año en curso, debe ser mayor.
“Ahorita podemos ver en la temporada de invierno que prácticamente se puede hacer visible cómo esta concentración está sobre la ciudad. Prácticamente desde cualquier punto de la ciudad puedes observar la concentración de la contaminación, principalmente generada por las centrales de generación de electricidad de la CFE”, subrayó.
Son la segunda fuente principal de contaminación, la segunda en un porcentaje similar al de los automóviles.
Los datos oficiales arrojan que el 43% de las emisiones surgen de las terminales eléctricas, mientras que el 51% proviene de los vehículos.
Los tres contaminantes tienen un comportamiento estacional, derivado de automóviles y asentamientos en terrenos no pavimentados.
“La ciudad cuenta con muchas áreas donde no tenemos pavimentos aún, sabemos que hay el hábito de manejar los automóviles a cierta velocidad y también viene de las fuentes fijas”, agregó Valenzuela.
Algo que ha sido prevenido por la pandemia provocada por la COVID-19, pero ayuda a que no sigamos respirando tan directamente esas partículas, es el uso de cubre bocas. Por ello, independientemente de la crisis sanitaria, las mascarillas deben permanecer en el uso diario.
LOS AVANCES
Jaqueline Valenzuela reiteró que, aunque la política pública en materia energética no cambie, existen otras alternativas que pueden aplicarse desde los municipios para contrarrestar la situación.
En ese contexto, confirmó que se encuentran en pláticas con el Ayuntamiento de La Paz para crear la primera caseta normativa que cumpla con todos los estándares para informar sobre el estado de la calidad del aire de manera formal y técnicamente avalada.
Con esta primera caseta, asegura la titular de CERCA, el Municipio podrá, a través de esta información, generar alertas para la población sobre los horarios de mayor exposición y las zonas críticas de contaminación.
“El avance ha sido sólido para poder llegar a este momento importante para nosotros. Si bien, continuaremos con los monitoreos ciudadanos, por supuesto que necesitamos que la autoridad formalice mecanismos para informar a la población”, reiteró.
Tomando en cuenta que actualmente se pugna para establecer impuestos que comprometan en lo económico a las empresas a respetar los límites de emisión, los municipios estarán obligados también a transparentar los datos, ya que, si el tema llega a la recaudación, será necesario evidenciar en qué rango se aplican las multas.
Asimismo, documentando todas las violaciones a las normas de salud ambiental, se turnarán los reportes a las instancias correspondientes, en aras de un mejor acceso a la información y acciones punitivas.
Ahora que realizan el corte de datos de 2020-2021, hay un escenario diferente, ya que las Normas Oficiales se han actualizado, lo cual conlleva a que los límites permisibles de emisión de azufre bajen.
Con estos cambios, el CERCA deberá manejar diferentes metodologías para calcular los límites de contaminantes, reportes trimestrales y otras métricas que no contempladas anteriormente; sin embargo, la lucha por poner en la agenda y evidenciar la problemática que compete a toda la comunidad, continúa.