La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, en Estados Unidos, pidió 10 años de prisión para Iván Reyes Arzate, alias “La Reina”, ex director de la División Antidrogas de la Policía Federal (PF) mexicana, de 50 años de edad y preso en el Centro Correccional Metropolitano (MCC, por sus siglas en inglés), ubicado en Brooklyn.
El ex funcionario federal mexicano está acusado de conspirar para distribuir, poseer e importar 450 kilos de cocaína a Estados Unidos, cargo que aceptó el 19 de octubre del 2021, por lo lo que será sentenciado mañana miércoles 9 de enero, por el juez Brian M. Cogan, en la sala 8D de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, con lo que podría alcanzar una pena de entre 5 y 40 años de cárcel.
La defensa de Reyes Arzate quería una sentencia mínima obligatoria de cinco años para su cliente, pena que consideraba suficiente, por lo que argumentó ante el juez federal que una pena más larga crearía disparidades con sentencias aplicadas a “otros funcionarios corruptos”.
“El Gobierno [de EE.UU.] afirma respetuosamente que una sentencia de 10 años de prisión es suficiente pero no mayor de lo necesario en base a los hechos de este caso”, indicaron, por su parte, los fiscales neoyorquinos, quienes agregaron que la “conducta corrupta” de “La Reina” amerita una pena de esa magnitud.
“El acusado cometió este delito únicamente para obtener ganancias financieras a pesar de que disfrutó de una educación estable en México, recibió un título universitario en Derecho y fue empleado como oficial de policía de alto rango en un puesto muy delicado. En pocas palabras, el acusado eligió la codicia y la corrupción por encima del bienestar de los ciudadanos de México y los Estados Unidos”, insistió la Fiscalía de NY a Cogan.
“Alrededor de septiembre y noviembre del 2016 siendo servidor público en México y a cambio de un pago, estuve de acuerdo en darle a una organización criminal datos que facilitaran la distribución de cocaína”, dijo, a las 11:05 horas (tiempo local) del 19 de octubre del 2021, Reyes Arzate al juez Brian M. Cogan, en la sala 8D de la Corte Federal del Distrito Este de NY.
Vestido con un traje entre gris y verde que usan los presos en el MCC de Brooklyn, Reyes Arzate dijo tener 49 años de edad, así como haber concluido una Licenciatura en Derecho en la Universidad Insurgentes y estar lo suficientemente lúcido para entender lo que estaba sucediendo.
El ex director de la División Antidrogas de la PF confesó entender poco inglés y por dicha razón se recurrió a los servicios de un intérprete. Luego le fue mostrado el acuerdo de culpabilidad en el que reconoció su firma. Al final, para que quedara constancia, Reyes Arzate leyó el documento. “Sabía que era un delito lo que hacía y entiendo que la cocaína es nociva”, dijo el ex funcionario federal mexicano.
En abril del 2021, el fiscal Michael Robotti escribió en un memorándum al juez Brian M. Cogan, que “las partes siguen negociando una declaración de culpabilidad y, sobre la base de esas negociaciones, el gobierno recientemente proporcionó al abogado defensor un acuerdo de declaración de culpabilidad”.
Ante ello, el fiscal neoyorquino pidió al juez federal estadounidense, más tiempo “para permitir que las partes concentren sus esfuerzos en las negociaciones de declaración de culpabilidad y para que el acusado y el abogado defensor revisen el acuerdo”.
La Fiscalía de Nueva York pidió que la audiencia programada para el 18 de agosto del 2021 se pospusiera por 60 días, para afinar el acuerdo de culpabilidad, pero también para permitir que Mark de Marco, abogado de Reyes Arzate, atendiera un juicio por asesinato en el Distrito Sur de Nueva York a mediados de septiembre de ese mismo año.
“Las partes solicitan respetuosamente que el tribunal suspenda la próxima conferencia de estado y programe una audiencia de cambio de declaración de culpabilidad en persona en aproximadamente 60 días. Actualmente, las partes han llegado a un acuerdo de principio para resolver este asunto, pero aún necesitan tiempo adicional para finalizar el acuerdo de culpabilidad por escrito”, indicó Robotti.
“El tiempo adicional para finalizar el acuerdo de culpabilidad también se solicita porque el abogado defensor está programado para comenzar un juicio por asesinato en el Distrito Sur de Nueva York a mediados de septiembre”, agregó el fiscal neoyorquino, en su memorándum.
“En consecuencia, las partes solicitan respetuosamente que el tribunal suspenda la conferencia de estado programada para el 18 de agosto de 2021 y programe una audiencia de cambio de declaración de culpabilidad en aproximadamente 60 días”, abundó Robotti.
“Las partes acuerdan que una orden de demora excluible es apropiada aquí sobre la base de la anterior designación de caso complejo de la Corte en este asunto y las negociaciones de declaración de culpabilidad en curso de la parte”, informó la fiscal Jacquelyn M. Kasulis, en otro documento.
El 14 de septiembre del 2020, el fiscal general de Brooklyn, Seth D. Ducharme, informó que el 24 de agosto de ese mismo año, se interceptó una “voluminosa de comunicaciones electrónicas”, como parte de los descubrimientos con los que se pretendía que Reyes Arzate, se declarara culpable de los tres cargos por distribución de cocaína que pesan en su contra.
El 24 de enero del 2020, el Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que buscarían que el ex director de la División Antidrogas de la PF mexicana, testificara en contra de quien fue su jefe, Genaro García Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Gobierno de México, proporcionando información de los supuestos sobornos que le dieron los hermanos Beltrán Leyva.
FISCALÍA DE NY TIENE “MILES DE PÁGINAS” QUE INCULPAN A LA “LA REINA”, EX DIRECTOR ANTIDROGAS DE LA PF
El 19 de febrero del 2020, Ryan Harris, fiscal auxiliar del Distrito Este de Nueva York, afirmó que había “miles de páginas” con transcripciones de grabaciones telefónicas y mensajes que inculpan a Iván Reyes Arzate, alias “La Reina”, ex director de la División Antidrogas de la Policía Federal (PF) mexicana.
“La Reina” se se entregó en febrero del 2017 al Gobierno de Estados Unidos y en mayo del 2018 fue sentenciado en Illinois a 40 meses por cargos de obstrucción de justicia y por vender información confidencial a una facción del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, por 3 millones de dólares. Pero a unas horas de obtener su libertad, fiscales de Nueva York le levantaron otra acusación por narcotráfico.
Además, Reyes Arzate fue acusado de interferir en actuaciones policiales de autoridades mexicanas y estadounidenses contra el narcotráfico. Cuando estaba por cumplir la condena una condena de tres años de prisión, fue transferido a Nueva York y acusado de tres nuevos cargos de narcotráfico.
El fiscal Harris señaló en una breve audiencia judicial realizada en la Corte del Distrito Este de Nueva York, que el Gobierno estadounidense estaba en un “proceso de negociación” con el ex mando policíaco, quien compareció en la audiencia vestido con un uniforme de preso color negro. Reyes Arzate se declaró inocente de cargos de tráfico de cocaína.
Según la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, “La Reina” lideró la unidad de investigaciones especiales de la Policía Federal, entre 2008 y 2016. En esa época habría entregado información y ayudado a cárteles como el de los Beltrán Leyva y El Seguimiento 39, asociado al Cártel de Sinaloa.
Esa etapa coincidiría con la época en que Genaro García Luna era titular de la SSP del Gobierno Federal de México, quien ahora encuentra preso en el MCC -la misma cárcel de Brooklyn en la que se encuentra Reyes Arzate-, y que ha sido acusado por la misma Fiscalía de tres cargos de asociación delictiva para el tráfico de cocaína.
El 12 de febrero del 2020, el juez Brian M. Cogan -el mismo que presidió el juicio del capo sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”-, designó el caso de Reyes Arzate como “complejo”. El argumento del fiscal neoyorquino para etiquetar así el caso del ex jefe policíaco mexicano, fue por “las más de dos mil grabaciones en un dispositivo Blackberry que suman miles de fojas” que a la Fiscalía le ha llevado tiempo procesar.
Además, el juez pidió a los fiscales neoyorquinos que se apuraran en entregar las pruebas a los abogados de Reyes Arzate, para que éste las revise desde prisión. La Fiscalía ha asegurado que muchas de estas fueron discutidas durante el juicio a “El Chapo”.
Los fiscales del Distrito Este de Nueva York, también han dicho que algunas pruebas en el caso de García Luna, que también preside el juez Cogan, serán las mismas que en el caso del ex jefe policíaco Reyes Arzate.
El 24 de enero del 2020, el Gobierno de EE.UU. aseguró en un documento judicial enviado al juez Cogan, que García Luna supervisaba, entre otros, la unidad especial de la PF mexicana -entrenada por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)- que comandaba Reyes Arzate.
“Por tanto, ambos casos de corrupción y colusión con los cárteles narcotraficantes están relacionados”, dice la agencia, que recordó que ayer jueves 23 de enero se reveló que Reyes Arzate tiene un caso pendiente en la Corte del Distrito Este de Nueva York, acusado de tres delitos por tráfico de cocaína, y que muy probablemente que serán juzgados en el mismo Tribunal que García Luna y que Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”.
¿QUIÉN ES IVÁN REYES ARZATE, ALIAS “LA REINA”?
Reyes Arzate, exdirector de la División Antidrogas de la Policía Federal mexicana, quien se entregó a la Justicia de Estados Unidos en febrero del 2017, se declaró culpable el 11 de mayo del 2018, de vender información confidencial al Cártel de los Beltrán Leyva por 3 millones de dólares, así como de interferir en actuaciones policiales de autoridades mexicanas y estadounidenses contra el narcotráfico.
Durante una audiencia con la jueza federal de Distrito, Amy St. Eve, en la Corte Federal de Chicago, el ex funcionario de la Policía Federal mexicana -entonces de 47 años de edad-, declaró que no pensaba impugnar los cargos en su contra, para así evitar un juicio en el que podría ser condenado a por lo menos 25 años de prisión.
Joseph López, abogado de Reyes Arzate, le dijo a la agencia española EFE que la declaración de “no impugnar” reconocía la probabilidad de que los fiscales federales pudieran probar los cargos de conspiración y obstrucción de la justicia en el juicio, y porque no quiso arriesgarse a perder, aunque no creía que hubiera hecho nada malo.
“En México, no es inusual reunirse con las personas a las que se investiga […] Pasa todo el tiempo. La DEA se frustra mucho con eso, pero es una práctica aceptada bajo el modelo mexicano”, señaló el litigante.
Aunque la Fiscalía estadounidense pedía 10 años de cárcel para el ex director de la División Antidrogas de la PF mexicana, en noviembre de 2018 fue condenado a solo 3 años de prisión, dado que Reyes Arzate se entregó en Chicago y colaboró con la DEA.
Reyes Arzate le dijo en abril del 2017, a un juez federal en Chicago, que no tenía ingresos, esto a pesar de haber recibido un pago de al menos 3 millones de dólares de parte del Cártel de Los Beltrán Leyva, a quienes supuestamente les vendió información durante al menos siete años.
El ex comandante de la división antidrogas de la PF, a quien en el mundo del crimen lo conocían por los alias de “Ayala” o “La Reina”, entró, en esa ocasión, a una Corte de Distrito de Illinois, con los tobillos encadenados. Allí, el juez aceptó que Reyes Arzate era elegible para recibir asistencia legal subsidiada.
Según la Fiscalía estadounidense, Reyes Arzate filtró a los Beltrán Leyva información confidencial que la PF y otras instancias gubernamentales de inteligencia mexicanas compartían con la DEA y con el Departamento de Justicia estadounidenses. En este entonces él era su principal contacto.
El abogado de Reyes Arzate afirmó que la DEA conocía los contactos de su representado con los miembros del Cártel de los Beltrán Leyva y que decidió trabajar con el entonces funcionario mexicano de todos modos, incluida la capacitación en la sede de la agencia en Virginia. “Ha hecho muchas cosas buenas para la DEA”, dijo López, entrevistado por la agencia AP.
Un informe del Departamento de Justicia estadounidense detalla que Reyes Arzate compartió a miembros del Cártel de los Beltrán Leyva que la DEA había obtenido autorización judicial para interceptar sus llamadas y les filtró información obtenida por agentes federales de ambos países en interferencias telefónicas y fuentes confidenciales, en una investigación de tráfico internacional de drogas y lavado de dinero.
El auto de procesamiento de Reyes Arzate, conocido como “La Reina”, indicó que la droga era producida en Colombia, llevada a México y de allí transportada a Chicago para su distribución y venta en ciudades de Estados Unidos por el cártel Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.
El informe añade que en septiembre de 2016, autoridades estadounidenses conocieron que uno de los narcotraficantes investigados, Ángel Domínguez Ramírez Jr., ex operador de los Beltrán Leyva, tenía en su poder una fotografía de vigilancia del expediente.
A través de conversaciones telefónicas interceptadas, las autoridades supieron que la misma persona que envió la fotografía al narcotraficante, le notificó que él era el blanco principal de una investigación federal. Según el informe, elementos del Cártel discutieron por teléfono sobre la obtención de la información filtrada, lo que llevó a uno de los operadores a identificar la fuente como “Iván”.
En la escucha telefónica, el narcotraficante incluso expuso que “Iván” previamente filtró información a otro cártel mexicano. “¿Quién es Iván?”, preguntó un líder del cártel, cuyo nombre no se ha revelado. “El jefe”, le respondió un subordinado, en aparente referencia a la posición de Reyes Arzate como oficial de alto rango en la Policía Federal.
En el informe se precisó que en noviembre del 2016, Reyes Arzate presuntamente se reunió en persona, en la Ciudad de México, con el capo Ángel Domínguez Ramírez Junior, quien le ofreció reducir la violencia en Tamaulipas. Ese mismo mes, la Unidad de Asuntos Internos de la PF abrió una investigación en su contra y lo separó de su cargo en la corporación. En enero renunció a la dependencia y en febrero se entregó a la DEA.
Además, según lo informó en su momento el diario Reforma, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, uno de los ex líderes de los Beltrán Leyva, declaró en EE.UU. que, desde 2008, Reyes Arzate era “un oficial corrupto de la PF que apoyó a los Beltrán” junto con otros tres mandos de la corporación.
Incluso, “El Grande” detalló que en 2009, durante un encuentro en Cuernavaca, Morelos, Reyes Arzate y otros dos agentes informaron a Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, los detalles sobre un informante de la DEA que había facilitado el decomiso de cargamentos de cocaína desde Colombia, lo que llevó al secuestro, tortura y ejecución de dicha persona.
Según recordó el mismo rotativo, en ese tiempo, Reyes Arzate se encontraba bajo las órdenes directas de Ramón Eduardo Pequeño García, ex jefe de Inteligencia y después titular de la División Antidrogas, en la extinta Secretaría de Seguridad Pública, que encabezó García Luna.
Reyes Arzate era un agente de élite entrenado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), en Quantico, Virginia. Llegó a la PF finales de 2007, luego de seis años en la Agencia Federal de Investigación (AFI), de la Procuraduría General de la República (PGR).
Antes de ser agente de la PGR, dijo ser dueño de un negocio relacionado con el servicio público de pasajeros y ser ejecutivo de ventas en una institución bancaria, además de sólo contar con bachillerato concluido.
Durante seis años formó parte de la unidad especializada en la investigación, búsqueda y captura de los principales líderes del crimen organizado. Reyes Arzate participó en la detención de Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, y de otros integrantes de las organizaciones criminales de Los Zetas y del Cártel del Golfo.
EL TESTIMONIO DE “EL GRANDE” CONTRA “LA REINA”
Alias “El Grande”, testificó en la audiencia de sentencia de “La Reina” ante el juez federal de distrito Harry Leinenweber, donde dijo que era común que los cárteles tuvieran a policías federales de México en sus nóminas, y que con frecuencia los sobornaban para que los operativos policíacos se realizaran contra grupos rivales.
Joseph Lopez, abogado de Reyes Arzate en Chicago, le preguntó en un momento dado Villarreal Barragán, si los pagos “llegaban hasta arriba en la cadena, casi hasta el presidente”, a lo que el presunto narcotraficante respondió: “Sí, señor […] Así es como lo hacen”.
La agencia AP narró que los fiscales estadounidenses interrogaron a varios testigos durante una audiencia que duró cinco horas, en un intento por respaldar sus argumentos de que Reyes Arzate merecía una sentencia en prisión de 10 años.
La fiscal Katherine Sawyer dijo a la Corte que la sentencia que la defensa pretendía para “La Reina”, 17 meses de prisión, equivaldría a un darle “un manotazo”. Sin embargo, en una declaración al juez, Reyes Arzate defendió su labor policial, pero Leinenweber lo interrumpió en cierto momento para preguntarle: “¿Es su postura afirmar que usted no hizo absolutamente nada malo?”
Si bien “La Reina” aseveró que era no era su postura, según AP, nunca admitió haber cometido un delito ni ofreció disculpas durante su declaración de 10 minutos. El juez dijo que algunas partes de la declaratoria de Reyes Arzate le parecieron “inquietantes”, pero agregó que la sentencia de 10 años recomendada por la Fiscalía era “demasiado alta”.
Por otra parte, el agente de la DEA, Matthew Sandberg, quien llegó a trabajar con “La Reina” en México, testificó “con un tono parco y prosaico durante la mayor parte de su tiempo en el estrado […] Pero se le quebró la voz cuando empezó a describir la manera en que la divulgación de Reyes Arzate, a quien llegó a considerar un amigo, puso en peligro la vida de agentes como él e incluso de sus familias […] ‘cosas no pueden pasar a menos que haya agentes corruptos”, afirmó en aquel momento, según la agencia.
En el 2008 fue nombrado comandante de la Policía Federal, siendo parte de un selecto grupo de policías entrenados por la DEA en Quantico, Virginia. Como tal manejaba información sensible que, presuntamente, terminó vendiendo para proteger a los capos.