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lunes, octubre 28, 2024
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Las remesas de Estados Unidos, pero ¿y los paisanos?

Parlamento

 

 

 

Son muchas las fallas en política exterior de nuestro país en los últimos 3 años de Gobierno. Pasan por el abandono de los foros internacionales, pues más allá del obligado septiembre en la ONU, la inasistencia de alto nivel de México en DAVOS, las Cumbres G-20, y no se digan las relativas al medio ambiente, resultan injustificadas y hasta paradójicas frente a la pretensión del Presidente mexicano para que a los demás países vengan a invertir en México, no obstante el menú de atentados contra la seguridad jurídica de esas inversiones.

El amasiato absurdo con Donald Trump y la suma del tabasqueño a la idea de un nuevo tratado de libre comercio (TMEC), es el pacto más neoliberal que ambos populistas, pudieran haber cocinado, en el más contradictorio ambiente “nacionalista” de ambos. Exigen apertura al tiempo que cierran la puerta propia.

Pues lanzar un TMEC y en menos de un año ya estamos listos para enfrentar la primera controversia, en panel internacional, por disputa en la industria automotriz. En este caso, lo relevante no es la existencia de la disputa, sino la viabilidad de ganarla.

Como abogado, siempre he dicho que los juicios se ganan o se pierden en los contratos y no en el juicio per sé. El tiempo lo dirá, pero también sabremos la calidad de los renglones que firmó el Presidente López Obrador en su TMEC.  Mucho me temo que nos irá mal. Dice el adagio gringo: “What goes around comes around”.

Pero el renglón más criticable de López Obrador en política exterior es su festejo -como logro propio- del récord de remesas que enviaron nuestros paisanos en 2021: más de cincuenta mil millones de dólares. Esa fuente de ingresos al país desplazó a los ingresos petroleros que fueron, por décadas, la principal fuente de ingresos desde el exterior. Pero, ¿qué políticas públicas hay en México, frente a los paisanos que envían las salvadoras remesas?

De entrada, hay que reprochar que ya no existe programa institucional -como existió en el pasado- que acompañe e incentive el envío de remesas con causa social y colectiva. Este gobierno terminó de matar el programa más exitoso y solidario, como lo fue “3 por 1”, donde el gobierno mexicano empataba y hasta multiplicaba, la inversión que hacían los clubes y asociaciones de oriundos en el exterior, señaladamente desde Estados Unidos de América, en sus comunidades de origen. Con ese programa se rescataron escuelas, se construyeron pozos, plazas públicas, campos deportivos y hasta se remozaron edificios en pueblos mágicos.

Pero al Presidente le encanta saludar con sombrero ajeno. Vergüenza le debería de dar que mientras festeja las remesas, su Gobierno incumple sistemáticamente con el artículo 2 fracción XI de la Ley del Servicio Exterior Mexicano, que a la letra dice:

ARTÍCULO 2.- Corresponde al Servicio Exterior:

  1. Destinar los ingresos recibidos por los servicios establecidos en la Ley Federal de Derechos, prestados por cualquier representación consular en el extranjero, con el objeto de cubrir, previa autorización de la Secretaría, los gastos relativos a las actividades y programas de la misma, en términos del Reglamento…

Dicho artículo era más potente cuando nació en 2002 en reforma promovida por Vicente Fox, a instancias del Canciller Jorge Castañeda, puesto que vinculaba la totalidad de la recaudación en los Consulados, a programas de protección consular. Como nunca, la red consular tuvo recursos para atender a nuestros paisanos. Así se financió exitosamente por años, el programa de defensa en casos de pena de muerte, que incluyó el exitoso caso Avena V.S. Estados Unidos, en la Corte de la Haya, mediante lo cual se logró anular un número importante (no todas) de sentencias de muerte contra mexicanos por violación a la convención de la ONU en materia de relaciones consulares (notificación consular).

También tuvimos un poderoso Programa de Asesoría Legales en el Exterior “PALE”, para asuntos de justicia laboral, civil y penal ordinarios y no se digan los programas del IME (Institutos de los Mexicanos en el Exterior) en materia de cultura, salud y deporte. Hoy son programas extintos, pálidos o en franca inanición. Dichos dineros provenían, curiosamente, de los servicios que pagan los paisanos en los consulados por pasaportes, matrículas, poderes notariales etc. Más tarde, Enrique Peña “suavizó” o flexibilizó el manejo de esos recursos, pero Andrés Manuel, simplemente “se los tragó”, dejando a los Consulados más flacos que nunca.

Un reporte de transparencia publicado por Latinus en 2021, da cuenta de que los recursos para protección consular cayeron en 21% con este gobierno, pero en algunas representaciones consulares, alcanza hasta el 52%. La inversión en consulados y los recursos para protección, presentan una criminal tendencia la baja en los últimos tres años.

Esa es la peor política exterior, la que practica López Obrador contra nuestros nacionales que están fuera de México. Sí, contra ellos, contra los que apoyan en gran medida nuestra estabilidad económica y social con sus remesas de gran calado. ¡Cumpla la ley, señor Presidente! El 100% de la recaudación consular que regrese a los Paisanos… ¡y del presupuesto nacional, agregarles un poco más!

 

El autor es maestro en Derecho y fue diputado federal de la LVII Legislatura (1997-2000), ex cónsul general de México en Estados Unidos, subsecretario de Gobernación y ex magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

Correo: juanmarcos@jmgutierrezyasociados.mx

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