Hay un tema que en los gobiernos de todo el mundo, principalmente el nuestro, ha existido: la corrupción; y he de decirles que es una condición humana, de quien llega a tener su propio negocio, dirección, administración o cualquier puesto de mando, principalmente en las fuerzas armadas, secretarías de estado, presidencias municipales, gobernadores, diputados, senadores, fuerzas policiacas y Presidente de la República.
Tengo tanta información en mi memoria, desde el momento en que la información leída o vista llegó a mis manos, y no voy a enunciar o enjuiciar a otros países, porque no me compete, pero la represión en México no solo es característica de los gobernadores en el poder, sino que desde el seno familiar se nos reprime por cualquier hecho, baladí o grave, siempre y cuando dependen del motivo, educación o exigencia. O momento del represor.
Históricamente lo hemos leído desde los asentamientos humanos de los pobladores: del México tribal, México colonial, México insurgente; del México liberal, México conservador, México de la Reforma; del México dictatorial, México revolucionario, México postrevolucionario; del México partidista, del México actual…
Hoy la represión en un gobierno de un partido que llega con muchos ideales de cambio y que a veces, de querer hacerlo, han llegado hasta una tolerancia extraordinario (a la cual yo alabo porque, a pesar de las provocaciones por elementos de los que ejercen el poder, se manifiesta la libre expresión), no la he visto ejercida por el ciudadano Presidente.
Dígase lo que se diga por presidentes municipales, gobernadores, maestros, estudiantes normalistas y universitarios, madres y familiares de desaparecidos que forzosamente quieren ejercer sus protestas y derechos que se tienen, pero que a fuerza del momento quieren que se resuelva de golpe y porrazo sus demandas y peticiones… les digo que ésa no es la vía, porque se están convirtiendo en represores.
En meses pasados me vio a la mente una de las más grandes represiones para los estudiantes normalistas, universitarios y politécnicos del 68. En mi mente queda esa fecha en que su servidor, ya ejerciendo la profesión, salvase a más de una docena de estudiantes perseguidos, dándoles cobijo y alimentación mientras dejaban de ser perseguidos.
Y otra de la memoria de antes es la entonces Huelga de Residentes e Internos para conseguir los derechos que hoy se les otorgan. Algunos fueron desaparecidos o desterrados, obligándoseles a conseguir refugio y trabajo en el extranjero; y para ellos, que quedan en mi memoria y recuerdos, les digo que hoy, a cinco años, muchos de nuestros egresados en Medicina hacen una residencia de especialidad sin saber de las luchas logradas antaño por los desaparecidos y desterrados, y aún conservo mis recuerdos para el personal médico de base que apoyó dicho movimiento.
Gracias, y si eres represivo en tu hogar, empresa, gobierno, cambies en bien tuyo, de los tuyos y de tu pueblo que te admira como mexicano.
Atentamente,
Dr. José Fernando Jaramillo Cisneros.
Tijuana, B.C.
Correo: drferja@hotmail.com