“No se puede defender a la patria de otro modo más que luchando por todos los medios revolucionarios contra los terratenientes y contra los capitalistas de la propia patria, es decir, contra los peores enemigos de nuestra patria”.
-V. I. Lenin, el orgullo nacional de los rusos.
Es una grotesca faramalla nada diferente al “juicio a los expresidentes”.
¿Habrá persona reflexiva que considere que en la “consulta popular” para la “revocación de mandato” de López Obrador, que se llevará a cabo próximamente, el resultado de dicho “plebiscito” sea adverso a los designios del déspota?
El “referéndum” que posteriormente se lleve a cabo no será más que la ratificación para que el virrey colonial del imperialismo norteamericano continúe en el Poder.
Los resultados de “consultas”, “plebiscitos” y votaciones (sean del tipo que fuesen) bajo un régimen burgués nunca serán contrarios a los intereses de la clase burguesa que detenta el Poder.
No tenemos la menor duda de que el sanguinario charlatán de marras será el “vencedor” de tal “referéndum”. Y todos sus jubilosos compinches le alzaran la mano como a un boxeador después de haber abatido a su oponente.
Plebiscitos y votaciones dentro de los marcos del capitalismo son un circo bufo que buscan divertir políticamente a las masas atrasadas. Entretenerlas, llevándolas de un circo a otro de forma continua. Tales votaciones y referéndums son una grotesca farsa.
Los dictadorzuelos no se derrocan a través de “plebiscitos” organizados por sus mismos cancerberos. Esa es una entera absurdidad.
Para derrocar a los déspotas que detentan el Poder es inservible la vía pacífica electorera o la “consulta popular”.
Para tumbar a los dictadores se requiere de férrea unidad y de organización del pueblo. Se requiere de una revolución violenta que sea encabezada por la clase obrera y las masas pobres. Quienes son la mayoría de la población, son los que más sufren el yugo de la dictadura.
La susodicha “revocación del mandato” no es más que otro distractor de régimen. Nada más.
Ni los revolucionarios comunistas ni el proletariado deben de caer en esta trampa. Por ningún motivo.
Unirse fuertemente, cada día más a los pobres y trabajadores, debe de ser la consigna irrenunciable de todo comunista honrado.
Deben los revolucionarios de la clase obrera, continuar e intensificar su trabajo de agitación y propaganda. Ir a las fábricas a volantear y a vocear convocando a las masas trabajadoras a levantarse a la huelga general política, a la lucha revolucionaria contra sus opresores.
Hay que editar un periódico, aunque sea de pocas hojas al principio, pero con la firme idea de que dicha publicación sea semanal. Como aconseja el gran Lenin. Y que éste se reparta gratuitamente. Principalmente en las fábricas y maquiladora. Tal y como lo hacían nuestros grandes maestros del Partido bolchevique.
Que continúe la dictadura amloísta con sus decadentes circos, que siga realizando “consultas” y “referéndums”, con un pretexto y con otro. Que prosiga con su repugnante show mañanero, con sus “criticas” a los conservadores, a los “neoliberales”, etc… En otras palabras, que el virrey colonial continúe tratando de distraer, y engaratusar a las masas atrasadas.
Los revolucionarios marxistas deben de denunciar -de forma permanente, sin desmayo alguno- a este maldito bufón. Y sin separarse de las masas pobres seguir agitándolas y organizándolas, sin parar en sacrificio alguno, única forma de poder derrumbar violentamente a este maldito charlatán que todas las mañanas hace piruetas y chistoretes para divertir políticamente al pueblo.
Denunciar, amplia y resonantemente, que la dictadura, al mismo tiempo que “divierte” al pueblo con sus bufonadas, prosigue con la militarización del país y creando cuarteles para esa feroz jauría de la “Guardia Nacional”. Perros nazi-fascistas de la clase burguesa capitalista.
Simultáneamente, los revolucionarios, deben de asestar demoledores golpes a esos falsos comunistas (revisionistas y socialdemócratas) que no son más que paleros del criminal dictadorzuelo. “Comunistas del rey” les llamaba el gran, Carlos Marx.
La lucha revolucionaria requiere de grandes sacrificios. ¿Pero, a qué verdadero comunista le asusta una larga lucha preñada de grandes riesgos? Un verdadero revolucionario es valeroso y duro como el granito, decía el gran Stalin, y no se asusta con los aullidos de los feroces lobos de la burguesía.
La “Revocación de Mandato” es una completa farsa. Nada diferente de la anterior, “Juicio a los expresidentes”. Un circo bufo. Despreciable diversión política.
Atentamente,
Javier Antuna.
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