17.5 C
Tijuana
martes, octubre 1, 2024
Publicidad

Gallego primerizo

Un gallego está en el hospital, esperando a que su mujer dé a luz. Sale el médico y le informa que han sido trillizos.

“¡Qué bárbaro que soy, tengo un cañonazo!”, dice orgulloso el gallego, a lo que el doctor responde:

“Pues a ver si lo limpia entonces, ¡porque han salido lindos y negritos, negritos!”.

Autor: Manolo.

 

Tío futbolista

Llega Jaimito a la escuela y la maestra le dice:
¡Felicitaciones Jaimito, felicitaciones!

“Maestra, ¿por qué me felicita, si hoy no es mi cumpleaños?”.

Es que eres el primero en llegar al colegio.

“¡Ah! Es que mi tío es futbolista profesional”.

¿Qué tiene que ver eso con que llegues temprano a la escuela?

“¡Que tengo que evitar una patada en el trasero!”.

Autor: Pepito.

 

Calabazotas y cazuelotas

Dos campesinos se encuentran en un bar. Entra la conversación, uno comienza a presumir:

En mi pueblo se dan unas calabazotas grandotas, grandotas, como de 2 metros.

“¡No me diga! En mi pueblo se hacen unas cazuelotas, ¡pero cazuelotas!, como de 2 metros”.

¿Y para qué son esas cazuelotas?

“¡Para cocinar sus calabazotas!”.

Autor: Anónimo de Sembrando Vida.

 

Tiros

Una pareja de campesinos había deseado toda su vida tener hijos e intentaban, intentaban y nada, hasta que un día les dan la buena noticia de que tendrían un hijo varón, al cual bautizarían como Tiros.
Ellos muy felices lo criaron y, cuando el joven cumplió los 18, se fue a la ciudad. Los meses pasaron y pasaron, y los padres no sabían nada de él. Hasta que un compadre se acerca a la casa y les enseña un periódico en cuyo titular se lee “Tiros en la universidad”.

Entre todos se felicitan y matan a la vaca más gorda y grande, y festejan por el triunfo. Pasan unos dos meses y el compadre vuelve para informarles:

“Tengo noticias de su hijo: Tiros para abogado”.

Vuelven a matar otra vaca grande y hacen una gran fiesta. Todo el pueblo se enteró, todos fueron invitados.

A los cinco meses vuelve el compadre con malas noticias. Ven el titular del periódico y leen: “A Tiros lo mata la Policía”.

Autor: Otro compadre.

 

El engaño

Un hombre decide disfrazarse de pobre y pedir limosna. Un día estaba sentado, justo pasa su novia, lo ve y le dice:

Mi amor, ¿eres tú?

“Creo que usted me confunde, señorita”.

Iré a la casa de mi novio y comprobaré si es verdad.
Él se apresura, va corriendo a su casa y se quita el disfraz. Cuando su novia llega, le cuenta:

“¿Sabes una cosa? Allá había un hombre muy parecido a ti, pidiendo limosna”.

Y él le contesta:

“Mi amor, ¡ya te dije que no era yo!”.

Autor: Soltero, por menso.

 

Pruebas… ¿de amor?

Si tu hombre o mujer tiembla cuando lo abrazas,
Si sientes sus labios ardientes como brasas.
Si su respiración se agita,
si hay en sus ojos un brillo febril…
Corre, porque de seguro ¡tiene gripa!

Autor: Un virólogo.

 

*

Dos indiecitos se iban a casar. El juez pidió al indito:
A ver, firme aquí.

“’Pos no sé firmar”

Bueno, la huella.

“¡No, ‘pos ella tampoco!”.

Autor: Anónimo de una zona rural.

 

Tres de Pepito

Pepito está con su papá, quien le pregunta:

¿Qué quieres ser de grande, hijo?

“Un imbécil”.

Pero, ¿por qué?

“Porque un amigo pasa por la calle y le dicen: ‘Mira a ese imbécil, ¡qué carro tiene!”.

 

 

Pepito se pierde en un museo y le pregunta a un guardia:

“Señor, ¿ha visto a una señora sin un niño, como yo?”.

 

Llega una señora bastante fea a una tienda en la que Pepito trabaja.

“Por favor, deme una escoba”.

Pepito pregunta:

“¿Se la envuelvo?, o se va a ir en ella”.

Autor: Jaimito.

 

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas