La escritora norteña (Tamaulipas, 1964), ganó este año dos premios muy importantes. Primero, en septiembre, la Universidad de Talca, de Chile, anunció que Rivera Garza se hizo merecedora del Premio Iberoamericano de Letras “José Donoso” 2021 debido a que “su escritura versátil y comprometida se ha convertido en las últimas décadas en referencia en el ámbito literario hispanohablante”.
Cristina Rivera Garza es el cuarto autor mexicano en ganar el Premio “José Donoso”; le antecedieron José Emilio Pacheco (el primero, 2001), Juan Villoro (2012) y Mario Bellatin (2018).
Luego, el viernes 5 de noviembre, ganó la tercera edición del Premio Nuevo León Alfonso Reyes, convocado por el Gobierno del estado, a través del CONARTE y la Secretaría de Cultura, y por las instituciones académicas U-Erre, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey (UDEM) y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
El Premio Nuevo León Alfonso Reyes 2021 le fue concedido a Cristina Rivera Garza “por la creación de una obra que cuestiona las estructuras tanto del lenguaje como de la sociedad, y vuelve maleable la memoria desde la perspectiva familiar, de registro comunitario e histórico. Visibiliza las violencias de género e impulsa la construcción de lazos, redes y relaciones no solo trasnacionales sino generacionales”.
El Premio Nuevo León Alfonso Reyes se entregó por primera vez a Margo Glantz, en 2019; en 2020, Donna Haraway.
Es autora de las novelas “Desconocer” (1994), “Nadie me verá llorar” (1999), “La cresta de Ilión” (2002), “Lo anterior” (2004), “La muerte me da” (2007), “Verde Shanghái” (2011), “El mal de la taiga” (2012) y “Autobiografía del algodón” (2020). También es autora del poemario “Los textos del yo” (2005) y de los ensayos “Los muertos indóciles. Necroescrituras y desapropiación” (2013) y “Había mucha neblina o humo o no sé qué” (2016).
Este año publicó la novela “El invencible verano de Liliana”, editada por el sello Literatura Random House, donde narra el asesinato de su hermana Liliana, cometido presuntamente por Ángel González Ramos el 16 de julio de 1990.