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miércoles, octubre 2, 2024
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Delitos de guante o cuello blanco

Delitos de guante blanco o delitos de cuello blanco son los nombres que se les da a aquellos delitos que se realizan sin aparente contacto delictivo con las personas. Aunque ambos reflejan conductas delictivas contra el patrimonio y el orden socioeconómico, no hay que confundirlos, ya que los delitos de cuello blanco afectan a una mayor parte de sujetos pasivos, siendo también mayor el desvalor de la acción debido a la posición de sus sujetos activos. A este reto dedicose con éxito Santiago Nieto Castillo y espero que con creces lo supere Pablo Gómez.

Los delitos de cuello blanco son aquellos en los que el delito o crimen suelen realizarse por personas con un estatus socioeconómico alto. Los más comunes son: el tráfico de influencias, el fraude, el lavado de dinero, el cohecho, el vaciamiento de empresas, la quiebra fraudulenta, el peculado, la malversación de fondos económicos; la delincuencia organizada y el mismo narcotráfico de lo que en México e internacionalmente se liga a grandes pseudo empresarios, cuerpos de seguridad y pseudo políticos.

Los delitos de guante blanco, en cambio, son aquellos delitos relacionados con el hurto, el robo, el plagio, la apropiación indebida, la estafa, hackers, delitos cibernéticos en las redes, entre otros, realizados sin violencia o intimidación directa. Se trata de delitos patrimoniales “limpios”, que no ofrecen concurso con ningún otro tipo de delito contra la persona. Un ejemplo típico es el ladrón de cuadros de un museo que roba una pieza sin que nadie se dé cuenta a tiempo, habiendo el ladrón entrado, aprehender la cosa y marchado del lugar con ella.

Edwin H. Sutherland, sociólogo y uno de los criminólogos estadounidenses que más influencia ha tenido en el siglo XX, introdujo el concepto de crimen de cuello blanco por primera vez en un discurso de toma de posesión ante la AAS (Asociación Americana de Sociología) o ASA por sus siglas en inglés (American Sociological Association), en diciembre de 1939; más tarde (1949) publicó su monografía “White-Collar Crime” o “Delito de cuello blanco”. Como ya se mencionó, este tipo de delito es cometido por personas con un alto estatus social, político y económico con apellidos familiares de falso prestigio.

Estos delitos de “guerra fría” muy vigentes y socorridos en la ciudades y pueblos del planeta, con miedos fundado en amenazas, secuestros, pago por protección, derecho de piso se han cometido desde épocas antiguas, ya que los burgueses y familiares cometen estafas entre sí mismos.

Tal es el caso del legislador griego Solón de Atenas (683 a.C. -559), quien en forma de poesía escribió su punto de vista respecto a lo que realizaban los comerciantes en Egipto. En Grecia se expone un discurso dado por el orador Lisias, quien solicita se les dé pena de muerte a las personas que acaparan el grano o cereal, el pan… en sí los suplementos básicos para la vida de la población ya que creaban mitos de que ciertos puntos comerciales habían sido bloqueados y así evitaban la competencia, dándoles una gran clientela y dominaban por tanto los mercados.

En Roma se promulgó “la Ley de Justiniano”, donde todo aquel que conspira para elevar y adueñarse del precio de la canasta básica debería ser multado, debía ser vetado del comercio o en el peor de los casos ser desterrados; incluso se dio aliento a mujeres y esclavos para que dieran fe de estos hechos y así poder actuar contra los criminales.

Los delitos de esta índole en el antiguo derecho hebreo se consideraban incluso más graves que muchos de los delitos violentos. Aquellos que realizaban delitos en secreto eran considerados como no contemplados por Dios y por eso merecían ser castigados de una manera más severa.

El concepto de los delitos de cuello blanco o guante blanco tienen gran trascendencia en las teorías de la conducta delincuente, debido a que esto da una alerta dirigida a un área amplia de la conducta criminal que ha sido descuidada por muchos criminólogos y los medios de comunicación.

Este tipo de delitos se han vuelto cada vez más comunes en la sociedad actual; los grandes criminales ya no son solo aquellos que hacen una masacre con la venta de armamento, ahora son aquellos que están con un sombrero y detrás de un escritorio o una posición de poder mediático, financiero, político, administrativo o económico.

 

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

Autor(a)

Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ortiz Ramírez Héctor Ortiz Ramírez Hector O 37 cygnus9304@hotmail.com
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