El Valle de Guadalupe, cuna del vino bajacaliforniano, se encuentra en una crisis entre el alza en la incidencia delictiva, la escasez de agua, la llegada de nuevos proyectos gastro- turísticos y las irregularidades en permisos que se otorgan para operar en la zona. Pero lo que más preocupa a los empresarios vitivinícolas de Ensenada, es la organización de eventos masivos en el Valle. Dos grupos importantes en este sector se han enfrentado por esta situación. De un lado están los miembros de la organización ProVino que ahora buscan mayor control para la realización de espectáculos multitudinarios, siendo que algunos de los integrantes como el Foro Santo Tomás han realizado, previo a la pandemia, al menos unos 50 shows con gran asistencia. Por el otro lado están las casas productoras de vino que no se han afiliado al organismo, estas acusan a ProVino de monopolizar la organización de eventos en el Valle de Guadalupe, con el amparo concedido a los vitivinicultores para regular obras y eventos. La Asociación de Vinicultores de Baja California, el Comité Provino de Baja California, el Consejo Estatal de Productores de Vid de Baja California (Sistema Producto Vid) y la Asociación de Vinícolas de El Porvenir fueron los promoventes del amparo. Dicho recurso legal exige al alcalde Armando Ayala, que los permisos para la celebración de cualquier evento que se lleve a cabo en la zona, apliquen el programa y reglamento. Con relación a los eventos masivos, ya sea conciertos o cualquier otra concentración multitudinaria, cumplir con la realización de un estudio de impacto urbano, ambiental y de riesgo que solucione dichos elementos. En lo que coinciden ambas partes, es en la irregularidad en la entrega y cobro de permisos por el Ayuntamiento de Ensenada y la desatención total por parte del ex empleado de Jaime Bonilla. En ProVino sólo están afiliados 73 proyectos vinícolas de los 170 que existen actualmente en el puerto, por lo que fuentes expresaron a DICHOZ no estar de acuerdo en que sea esta organización quien lleve la batuta en el reordenamiento del Valle. Recapitulando, la falta de agua, la inseguridad, la corrupción y la irregularidad en los permisos para explotar uno de los principales puntos turísticos de Baja California, han hecho del paraíso rústico y alcohólico, un infierno.